La Correspondencia - 31/10/1919
jueves, 31 de octubre de 2019
miércoles, 30 de octubre de 2019
DON MANUEL GONZÁLEZ MARTÍ Y SU MUSEO NACIONAL DE CERÁMICA - VI
VI
La creación del Museo Nacional de Cerámica coincidió en los años que el Palacio del Marqués de Dos
Aguas estaba a punto de su destrucción tras sus años de abandono, tras haber
sido incautado durante el período bélico. Su propiedad había caído finalmente
en manos del Marqués de Galtero, nada afianzado a Valencia, quien al fallecer
entregó su patrimonio a la Junta de Beneficencia de Barcelona, asociación que
con su desafortunada actuación, había arrendado el Palacio a un centro de
enseñanza para su instalación, tanto en cuanto en 1943 llegó a rotular con su
nombre la puerta principal: Academia San Buenaventura.
Incluso un año antes, llegó a desprenderse el brazo de un atlante de su fachada, sin que las autoridades pudieran actuar para su mantenimiento.
El Ayuntamiento sensibilizado con el edificio de portada
barroca, intentó su adquisición, y junto a la gestión de D. Manuel González
Martí y otros influyentes personajes de la época, consiguieron que el
Ministerio de Educación Nacional adquiriese el edificio tras cinco largos años
de pleitos con la propiedad, interesados
como estaban para la ubicación
del Museo Nacional de Cerámica, (que inicialmente se había pensado
situarlo en los Jardines del Real, en un anexo al Museo de Bellas Artes, según
proyecto del arquitecto municipal Goerlich). Lo que supuso para D. Manuel la
consecución del objetivo más importante de su vida, como él mismo repetía en
las muchas ocasiones que se presentaban.
Finalmente, el 13 de diciembre de 1949, en un acto presidido
por el ministro Ibáñez Martín, una vez fijada la transferencia y los pagos por
un importe de 2.014.113,61 pts, se llevaba a cabo la posesión del Palacio de
Dos Aguas con la presencia de las autoridades locales, cuya adquisición formal
por parte del Ministerio se llevó a cabo en 1952.
Para su puesta en marcha y como acción necesaria, el 16 de
enero de 1953, se creó el Patronato del Museo Nacional de Cerámica
"González Martí" de Valencia, con el objetivo de "conservar y
mejorar los fondos artísticos de este Museo,... administrar los caudales que
por cualquier razón se aporten al mismo, y proponer el personal técnico a quien
ha de encomendarse la ejecución de sus acuerdos y decisiones". Patronato
que fue constituido por personas ilustres de la vida política, social y
cultural de primer orden de la ciudad.
Fuente: 50 Años (1954-2004) Museo Nacional de Cerámica en el Palacio de Dos Aguas
martes, 29 de octubre de 2019
lunes, 28 de octubre de 2019
ECOS DE SOCIEDAD. LUNA DE MIEL DE LOS PRÍNCIPES MONEGASCOS
Sin duda a Grace Kelly le gustaba la cerámica. Debía saber de la inauguración, hacía dos años, del Museo Nacional de Cerámica, y entre uno de sus atraques por el Mediterráneo eligió el de Valencia por las buenas referencias que tenía de la ciudad.
"Se han casado el príncipe y la actriz, fue el mes pasado,
día 30, y se irán a pasar su luna de miel, y como se solía decir, pasar
su primera vergüenza, navegando a bordo del barco regalado por Onassis hacia
las islas españolas, Ibiza y Formentera". Esta era básicamente la nota fascinante que como "Ecos de sociedad" se hace gala de anunciar la prensa.
Y el día 9 de mayo, por la tarde, nos sorprende la noticia: El príncipe Rainiero y la ya princesa Grace Kelly, amarran su yate, el Deo Juvante II, en nuestro puerto; y la reaccion de los valencianos no se hizo esperar ante la popularidad de la monegasca pareja.
La prensa local está concentrada esperando verlos bajar por las escaleras del yate. No sucede. Se impacientan los periodistas por lo que está ocurriendo en sus ansias de conseguir el reportaje
fotográfico de “la boda de año “.
Alguien sube con un ramo de rosas rojas y
blancas. Pero no se dejan ver. Llegada la tarde y sin comitiva, se introducen en
el yate las primeras autoridades de la ciudad por "tierra, mar y aire": el capitán general Ríos Capapé, el comandante de la Marina Garat Rull y
el de la región aérea Mas de Gamíndez.
Su segundo dia fue muy bien aprovechado, con visitas a la Feria de Muestras, a la Basílica de Ntra. Señora y a la Catedral, al palacio Marqués de Dos Aguas donde está el Museo deseado por la princesa Gracia Patricia. Hasta oyeron misa en la capilla del palacio de la Generalitat, antigua sede de la Diputación de Valencia, donde estampan sus firmas en el libro de honor.
Su segundo dia fue muy bien aprovechado, con visitas a la Feria de Muestras, a la Basílica de Ntra. Señora y a la Catedral, al palacio Marqués de Dos Aguas donde está el Museo deseado por la princesa Gracia Patricia. Hasta oyeron misa en la capilla del palacio de la Generalitat, antigua sede de la Diputación de Valencia, donde estampan sus firmas en el libro de honor.
En la Diputación
Y en devolución a la cortesia de cuando su llegada, los recien casados acudieron a Capitanía General, donde junto a Ríos Capapé fueron saludados por un munícipe en ausencia del alcalde de la ciudad.
En algún momento ha tenido la princesa un presagio, cosas de mujeres, y dicen que está siendo visitada por un ginecólogo valenciano, lo que no impidió a la pareja cenar en la Terraza Rialto.
Hoy ya día 11 nos despiden y continuaron su viaje hacía Madrid, donde sí recibieron a la prensa, deshaciéndose en elogios hacia Valencia.
“Es una ciudad muy agradable y particular, algo aparte de las ciudades
españolas que conozco, me sorprende su alegría y su vida”...“Las mujeres
valencianas son muy simpáticas, aunque no he tratado las suficientes para poder
opinar con certeza”. Así se expresaba Rainiero elogiando además la paella, al mismo tiempo que destacaba la buena impresión del puerto de Valencia.
Postdata: El médico valenciano certificó su embarazo.
Texto de Amparo Zalve Polo
domingo, 27 de octubre de 2019
sábado, 26 de octubre de 2019
LA RED DE TRANVÍAS EN LA VALENCIA DE 1916
Plano de la Guide Bleu de editorial Hachette de 1920.
Remember-València, pg 284 (III).
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
A partir del plano turístico de València incorporado dentro
de las entonces famosas Guías azules (Guides bleus) publicadas por la editorial
turística francesa Hachette, nos encontramos con una ciudad que todavía estaba
básicamente conformada dentro del anillo de la actual línea de autobuses nº 5
Interior, que por mucho tiempo fue el recorrido de la línea de tranvías de
Circunvalación.
Los recorridos de las líneas de tranvías figuran en color
azul en un plano con apariencia y detalles de plano turístico, y si nos fijamos
en ellos atentamente podemos comprobar que es difícil caminar 200 o 300 metros
sin encontrar una línea de tranvía eléctrico o de tracción animal, que además
combina en algún punto con las líneas al Grao y Cabañal o las entonces cuatro
líneas rurales de las que tres estaban electrificadas desde 1900, las de Silla,
Torrent y Pobla de Farnals. Comparemos su densidad con la actual red de
autobuses.
Para distinguir las líneas no electrificadas podemos ver
este plano, que procede de un Diccionario Calleja de 1920, que había en casa de
mi abuela, (aunque esa es la fecha de publicación podemos estimar la situación
de 1914-1916) en el que están marcadas con distintos colores, según cada línea.
En estos años de transición quedaban tres líneas interiores de caballos y una
sin marcar con color por la calle de Jesús al Cementerio. La línea roja era la
de Ruzafa al Carmen, la azul de Glorieta a Quart extramuros y la verde la línea
Diagonal.
En el siguiente plano figuran las líneas electrificadas
interiores y la recién electrificada línea rural a Burjassot, que figura en
verde y nace junto al palacio de la Generalitat, la otra línea verde es la de
Circunvalación. La línea roja corresponde con la primitiva línea de Interior,
pero ahora en los dos sentidos y la azul corresponde a la que va al Grao y
Cabañal, con bucle urbano en los dos sentidos. La otra línea al Grao nace en la
Glorieta va por la plaza de Tetuán, el puente del Real, Alameda y Camino Viejo
del Grao.
Plano de los Tranvías de València de Calleja, coloreado por J. Vte Cabo, marcando las líneas de caballos.
Plano de los Tranvías de València de Calleja, coloreado por
J. Vte Cabo, marcando las líneas electrificadas.
Texto de Enrique Goñi Igual
viernes, 25 de octubre de 2019
LA MUY ANTIGUA PENSIÓN EL RINCÓN
La España del Cid.- Dibujo de Pedro Muguruza en 1929.-
Con una M la ubicación.
En la calle de la Carda número 11, con solares casi enfrente
y en ambos lados, que están a la espera de nuevos edificios que sustituyan a
los que fenecieron, ya que fue desechado el proyecto de continuar la Avenida
del Oeste, aguanta impertérrita la Pensión El Rincón, cuya antigüedad hunde sus
raíces en la valencia musulmana según un plano del tomo segundo de La España
del Cid de Ramón Menéndez Pidal, publicado en 1929.
Asimismo, el 2 de julio de 1995 el diario ABC decía que en
la Guía de Forasteros de Vicente Boix, editada en 1849, “relacionan 39 mesones
en Valencia, diez de ellos extramuros. Que en dos de ellos, los de Teruel y
Crehuetes, alquilaban caballos de posta, y en todos tenían su punto de parada
los ordinarios de los diferentes lugares de España. Y en la calle de la Carda
funcionaban los mesones de La Cruz, el de Líria y el llamado Rincón”,
actualmente el único superviviente de los tres, en un entrante pero con
balcones a la mencionada calle.
En 1898 el arquitecto Felipe García pide permiso “para
reparar el enlucido de la fachada de la casa Mesón del Rincón de José Gómez de
Barreda”, entonces como número 9 de la calle de la Carda, y hubo nuevo repaso
en 1966.
En el primer tercio del siglo veinte compraron el
establecimiento hostelero Jorge Bello Fraj y María Blasco Maicas, continuando
su hijo Jorge Bello Blasco, y desde 1988 el nieto Jorge Bello Sáez, quien sobre
antigüedad del lugar para hospedaje me comenta lo escrito por Ramón Menéndez
Pidal, que la ubicación con el entrante o rincón consta en los planos de
Antonio Mancelli de 1608 y de Tomás Vicente Tosca de 1704, y me enseña
enmarcado el citado artículo del diario ABC.
Su padre añadió el edificio hacia la plaza del mercado con
un amplio local para guardar carros y caballerías, que en los años cincuenta
transformó en garaje con servicio de lavado y engrase, y actualmente está fuera
de uso público.
Mesón, posada, parador, hostal, hostal-residencia y
últimamente pensión, al tener que acomodarse a los servicios que ofrece para 30
personas en sus sencillas habitaciones. Según los viajeros en internet, está
excelentemente ubicado y es buena la relación trato, precio y limpieza.
Más cambios comerciales han habido en el bajo antiguo hasta
llegar a la actual tienda de ropa laboral “El Directo”, centenario negocio con
provisional ubicación hasta que un edificio nuevo sustituya al que tuvieron que
derribar en la calle Bolsería.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
jueves, 24 de octubre de 2019
LA VIEJA ENFERMERIA DE LA PLAZA DE TOROS
Colección Salvador Monmeneu - 1918
La puesta en marcha en 1917 de la nueva Estación del Norte
diseñada por Demetrio Ribes suponía una amplia transformación de la zona. En el
horizonte se pensaba en una nueva y ancha calle para el nomenclátor con el
nombre de Gibraltar, flanqueada en su arranque por la plaza de toros y la
estación. Pero la ubicación de la enfermería del coso taurino frenaba el
propósito, surgiendo además la polémica que enfrentaba a la prensa, pues el
Diario de Valencia optaba por el derribo y traslado de la misma plaza de toros.
Nada más y nada menos.
Pero la cuestión se centraba entre el Municipio y la
Diputación, en el derribo de la enfermería, con su traslado a un nuevo emplazamiento anexo a la plaza de toros, como
no podía ser de otra manera.
Y pintaba bien la cosa, toda vez que en el mes de
junio de aquel año tuvo lugar una reunión en la Diputación entre su presidente sr. Paredes y el alcalde sr. Martínez
Aloy, con la asistencia del sr. Albiñana como director del Hospital, para, a
caballo de la inauguración de la Estación, tratar la apertura provisional y muy
estrecha de la calle Gibraltar desde el lugar ocupado por la enfermería
taurina, que como era necesaria para las corridas de la Feria de Julio, se iba
a dejar en uso, pero cercada por una valla, llegando al acuerdo que a su
término se procedería al derribo. Pero
para tal fin era de necesidad construir la nueva enfermería y dispuesta para el
uso.
Sin embargo, cuando finaliza 1917, el aspecto de la valla
era deplorable y la enfermería seguía en pie, lo que imposibilitaba el ensanche
de la nueva calle, y el decoro que merecía la zona. Tuvieron que pasar cuatro
meses y ya en abril de 1918 la Diputación da vía libre para la adquisición de una
parcela donde construir la enfermería. Pero transcurrió el año y en su último
día seguía paralizada su construcción al quedar desierta la subasta para
adjudicar su obra. La urbanización de la calle Gibraltar y el mal aspecto que
ofrecia era motivo de una constante polémica que no beneficiaba ni a la
Alcaldía, ni a la Diputación, más aún, cuando todo presagiaba que la solución
estaba lejana en el tiempo.
Llegaría el mes de febrero de 1919 y es cuando la alcaldía
entrega a la Diputación una parcela para la construcción de la nueva
enfermería; como contrapartida una vez
derribada la vieja, se entregaría el solar al municipio para el ensanche de la calle
Gibraltar.
Se dice que cuando las cosas van mal, siempre tienden a peor y
es lo que sucedió con la construcción de la nueva enfermería, necesaria para
derribar la vieja. En junio de 1920 la Diputación ponía en entredicho al
arquitecto provincial por la liquidación de las obras llevadas a cabo, por no
estar acordes con lo presupuestado, para el que se pedía una amonestación, que
retrasaba aún más su ejecución.
Ya en su recta final, la construcción de la enfermería anexa
a la plaza, cercana a los chiqueros, sin embargo, pese a que estaba dotada a la
altura de las mejores, tuvo un fallo de gran importancia que la hacía
inservible, al menos por el momento: la ausencia de un corto y fácil acceso al
albero, para el traslado rápido del torero herido para su auxilio, toda vez que
se había construido un camino largo, tortuoso y oscuro.
La única solución y que demandaban los toreros, era la construcción de un túnel con un máximo de unos 15 metros, sin el cual, se negaban a torear el próximo día 13 de marzo, ya en 1921, por lo que la vieja enfermería debía seguir en pie, y por ello, con la calle Gibraltar que más parecía un triste pasadizo de cualquier olvidado arrabal.
La única solución y que demandaban los toreros, era la construcción de un túnel con un máximo de unos 15 metros, sin el cual, se negaban a torear el próximo día 13 de marzo, ya en 1921, por lo que la vieja enfermería debía seguir en pie, y por ello, con la calle Gibraltar que más parecía un triste pasadizo de cualquier olvidado arrabal.
Al final hubo acuerdo, y el 11 de marzo de 1921 el Inspector Provincial de Sanidad, tras reconocer la nueva instalación con sus modificaciones, certificó que
estaba en condiciones de ser abierta para su cometido. Unos días después, el 15 concretamente, se procedió a su bendición por el Arcipreste de la Catedral don
Mariano Herrera, quedando la enfermería a cargo del médico don Francisco Serra, quien da nombre
al actual pasaje aledaño a la plaza.
La calle Gibraltar quedaba libre para que el Ayuntamiento
procediera a su urbanización, tal y como correspondía.
Con mi agradecimiento a Jorge Bolinches.
Con mi agradecimiento a Jorge Bolinches.
miércoles, 23 de octubre de 2019
¡ IGUALES PARA HOY !
Me quedan diez... "veinte iguales” ¡Para hoy!
Voces ambulantes que llenaban nuestras calles con ilusión
formando parte del paisaje valenciano.
En series de mil números cada una, la repetición de cupones
similares, así que el jugador podía adquirir varios cupones “iguales”. Estaba Jesús Gil, que vendía cupón y estudiaba en la
Universidad. El mercado de Colón con el “Nano”, mientras que Parra lo hacía en
Calvo Sotelo, hoy Paseo de Ruzafa, de momento.
¿Sobre la historia en sus inicios?
Diremos “El Porvenir”, por decir alguna agrupación, en la que
los invidentes tenían algún apoyo para solucionar los inconvenientes laborales
de su enfermedad con su rifa diaria. Pero como parece que a efectos similares
siempre hay rencillas, la lotería se los
comió. Y encima sufrieron acosos.
Un 13 de diciembre de 1938, y coincidiendo con el día de su
Patrona, Santa Lucía, un decreto creó la nueva organización, gracias a la cual,
los invidentes podrían subsistír tranquilos. A Valencia no llegó hasta junio
del 1939, al final de la guerra.
¿Dónde?
Al principio en un local de la calle Avellanas, después a la
plaza de Pellicers, más tarde en el palacio de los condes de Parcent (primer
piso) de la calle D. Juan de Vilarrasa, en el sesenta y nueve ocuparon edificio en Marqués
de Zenete, y tras ese deambular, por fin y por hoy, acabaron en la Gran vía
Ramón y Cajal.
¿Cómo?
En los años cuarenta y cincuenta los sorteos se hicieron muy populares.
Los “iguales” de 10 y 20 céntimos, y los premios de 250 pesetas y de 2´50 para
el “rabo”, que era a las dos últimas cifras.
En el salón del primer piso, sobre una mesa, había tres
bombos, y la afluencia de gente que allí llegaba cada noche lo hacía
insuficiente para tanta expectación, por lo que en la esquina de la calle Santa
Teresa se instalaron unos altavoces donde el gentío que se acumulaba allí
pudiera comprobar si su número había salido premiado.
Adquirió el sorteo tal relevancia, que todos los días a las
nueve de la noche, y por línea microfónica, era emitido por La Voz de Levante.
De los “iguales” al “Cuponazo”, y tocádonos o no, la mejor
palabra es: ¡ SOLIDARIDAD !
Texto de Amparo Zalve Polo
martes, 22 de octubre de 2019
TRANVÍAS DE VÍAS Y OBRAS
Barraqueta del servicio Vías y Obras. Foto autor desconocido.
Remember-València, pg 468.
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
Con la instalación de los tranvías de caballos surgió la
necesidad del mantenimiento de las vías en buen estado para que no
descarrilasen los coches, aunque debido al formato de las vías de las primeras
épocas no era excesivamente problemático un descarrilamiento, con un buen
gobierno del caballo se metía en la vía fácilmente el tranvía y adelante, aquí
no pasó nada.
Como el mantenimiento de la calzada ocupada por las vías,
más medio o un metro a cada lado, según indicase la concesión, era obligatorio
para las compañías concesionarias. Pronto hubo que crear un cuerpo de obreros
que se ocupasen de los frecuentes casos en que los empedrados o adoquinados de
aquellas épocas se movían, en general, producto de los golpeteos en las uniones
de vías o por mala calidad del asiento. Con ello nace el servicio de Vías y
Obras.
Mi experiencia personal se plasma en que si las vías son de
gran frecuencia de uso por parte de varias líneas, generalmente aparecen
hundidas respecto del adoquinado o asfaltado que las rodea. Ejemplos calle de
Ruzafa, Xátiva, pl Ayuntamiento, Reina, Marqués del Turia, etc. En el caso
contrario Gran Vía Fernando el Católico, Alameda, Zona de Abastos, Matías
Perelló, era la vía la que acababa sobresaliendo del pavimento.
Independientemente del material automóvil era normal que
algún coche motor fuese destinado al servicio de vías y obras, como el coche
motor barraqueta de la primera serie de los eléctricos arrastrando un vagón
bordes bajos.
Conjunto de Vías y Obras formado por coche motor, quizá un
ex-serie 200, que arrastra un vagón borde bajo y un cerrado con equipo de
soldadura estacionado en cocheras.
Foto Jordi Ibáñez. Calle de Xàtiva.
Pero la cosa se complica más cuando se procede a la
electrificación, hay que poder alcanzar el cableado y con material aislante, la
mayoría de reparaciones se hacían con la red en tensión. Vemos abajo en la foto al
camión torre nº 107 en la calle de Quart, donde están reparando una avería del
cableado. A notar el grupo del gasógeno, lo que nos lleva alrededor de 1950.
Foto Fultuv, autor desconocido, ca. 1950
Ahora en la Gran Vía del Marqués del Turia vemos al mismo
camión, pero sobre los sesenta, ya sin gasógeno, con la torre mejorada y
adaptada a líneas tranviarias y de trolebuses trabajando justamente en un cruce
de ambas líneas.
Foto J. Antonio Tartajo, ca. 1960
Texto de Enrique Goñi Igual
lunes, 21 de octubre de 2019
BOTIFARRONS, RARA AVIS
Una de las costumbres de nuestro gran novelista Vicente
Blasco Ibáñez era descansar a mitad de la mañana en su cotidiano trabajo
literario cuando estaba en su chalet de la playa de La Malvarrosa de Valencia,
para almorzar, con frecuencia, un panet amb botifarrons de ceba.
Sin embargo, desde años atrás es un embutido difícil de
encontrar en Valencia y no sé si ocurrirá lo mismo en otros municipios tanto a
nivel provincial como de la Comunidad. El protagonismo lo tiene el hermano
mayor, la morcilla, a pesar que con la misma composición, pero embutidos en
tripa pequeña, alargado y con menor diámetro, el botifarró compagina mejor con
longaniza y xoricet para los entrepanes.
Harto de buscar, fue una sorpresa encontrar en 2008 este
embutido delgado en José González, carnicería en los palcos 41-47 del Mercado
Central de Valencia. Y allí, además de en las paradas 37-39 del Mercado de
Ruzafa, continúan vendiendo sabrosos botifarrons junto con excelentes carnes y
otros tipos de embutidos. Establecimientos donde José González Belda y sus
hijas Sonia, Ana y Laura, son la cuarta y quinta generación de una saga de
carniceros provenientes de Algemesí.
03-12-2018 José González.- Mdo. Central .- Esteban Gonzalo
Texto de Esteban Gonzalo Rogel.
domingo, 20 de octubre de 2019
SAN JOSÉ DE LA MONTAÑA
1959 - Colección Pedro Aparici Gabarda
En la foto de 1959 vemos el tranvía a Mislata cruzando el camino de Tránsitos, en su tramo de la avenida Pérez Galdós, para adentrarse por la calle Castán Tobeñas, en la que se observan a la derecha una naves de cuadras y corrales, dejando atrás la avenida de San José de la Montaña. Pero veamos el porqué de este nombre.
La Congregación Religiosa Caritativa de Madres de Desamparados fue fundada por la beata Petra de San José con aprobación diocesana en diciembre de 1881. Tras el reconocimiento por diversos papas, fue Pío XII en 1957 quien le dio el respaldo definitivo. Nos habla de su importancia su presencia asilar en tres continentes.
También conocida como la Casa de Madres Desamparados y San José de la Montaña, su dedicación es la de atender a niños huérfanos, pobres y ancianos, con su presencia en Valencia desde 1893 en una modesta estancia de la calle Subida del Toledano, para su traslado a la calle de Almirante, siempre provisional, hasta que encontraron un mayor espacio para ejercer sus deseos en el Huerto de San José de la calle Cuarte en 1894.
La Congregación Religiosa Caritativa de Madres de Desamparados fue fundada por la beata Petra de San José con aprobación diocesana en diciembre de 1881. Tras el reconocimiento por diversos papas, fue Pío XII en 1957 quien le dio el respaldo definitivo. Nos habla de su importancia su presencia asilar en tres continentes.
También conocida como la Casa de Madres Desamparados y San José de la Montaña, su dedicación es la de atender a niños huérfanos, pobres y ancianos, con su presencia en Valencia desde 1893 en una modesta estancia de la calle Subida del Toledano, para su traslado a la calle de Almirante, siempre provisional, hasta que encontraron un mayor espacio para ejercer sus deseos en el Huerto de San José de la calle Cuarte en 1894.
Su actividad escolar tuvo su inicio en 1903, tras la
ampliación de su espacio, donde con el tiempo y en el lugar junto al barrio de
la Pechina, han ido engrandeciendo sus instalaciones y donde permanece.
Con un proyecto del arquitecto Francisco Mora, el 19 de
marzo de 1921 se colocó la primera piedra para la construcción del templo
neogótico y asilo anexo, en unas obras lentas en un principio y que no sería
hasta 1930 cuando su fachada adquiere su actual aspecto en lo esencial.
Con el proyecto de Agustín Borrell Sensat de 1957, se
completaría el conjunto con la construcción de un nuevo edificio, exclusivo
para su dedicación escolar, con la ampliación de su internado, y un mayor
espacio para Casa General de la Congregación.
De esta forma sus instalaciones quedaban diferenciadas en sus dos actividades: como Casa Generalicia, Noviciado, Hogar y Residencia con su acceso desde la Avenida de San José de la Montaña, cuya Congregación le da su nombre, y como Colegio Católico del Inmaculado Corazón de María, con entrada por la calle González Martí, -quien había creado el Museo Nacional de Cerámica sito en el Palacio del Marqués de Dos Aguas- cuya primera piedra se colocó un 28 de mayo de 1961, para reiniciar su actividad docente dos años después.
De esta forma sus instalaciones quedaban diferenciadas en sus dos actividades: como Casa Generalicia, Noviciado, Hogar y Residencia con su acceso desde la Avenida de San José de la Montaña, cuya Congregación le da su nombre, y como Colegio Católico del Inmaculado Corazón de María, con entrada por la calle González Martí, -quien había creado el Museo Nacional de Cerámica sito en el Palacio del Marqués de Dos Aguas- cuya primera piedra se colocó un 28 de mayo de 1961, para reiniciar su actividad docente dos años después.
sábado, 19 de octubre de 2019
LA COMIDA DEL HAMBRE. VALENCIA EN LA GUERRA CIVIL
Sirva como homenaje a todas esas personas que aguantaron el
hambre durante tres largos años y alguno más que arrastró después. La guerra civil española es parte de la historia de nuestra ciudad, considerada además por ser la
capital provisional de la II República desde finales de 1936 hasta 1937.
Por mucho que pueda relatar, habrá gente que podría hacerlo
mejor, ya que tendrá el hambre y la miseria
a fuego en su memoria. Aunque sea en un breve relato de la forma de supervivencia,
intentaré hacerlo con la mínima crudeza por ofrecer el máximo respeto.
Hambre, escasez y miedo. Era el comienzo.
La ropa se hacía a mano en cada casa, jerseys de punto se
tejían, retales que servían para confeccionar pantalones, ropa interior,
medias, calcetines. Se acababa por vieja, y de lo que quedaba sano se reutilizaba para volver a hacerla a
los más pequeños.
Acudían a los cuarteles a pedir sobras. Muchas mujeres se
obligaban a prostituirse. Los fumadores, bien se conformaban con fumar colillas
o bien secaban hojas de patata que machacadas hacían el mismo uso. Incluso
mandaban a los niños a buscar las colillas por la calle para después venderlas
como tabaco picado.
La hambruna era grande. Se creó la Comisaría General de
Abastecimientos y Transportes (Comisaría de Abastos). Los que se encargaban de
sellar las cartillas eran los gobernadores civiles y rezaba en ellas: “Cien
gramos de...”, por lo que se les llamaba “los ciengramitos”
Las cartillas de primera, segunda y tercera categoría, en
función del nivel social, el tipo de trabajo del cabeza de familia y el estado
de salud. En un principio era familiar y más tarde individual.
Pero para algunos ¿Qué menú podían confeccionar con alubias,
café y aceite para una semana? ¡Cocina creativa!
Las algarrobas se echaban en vinagre para que no crearan
gorgojos y así poder engañar al estomago como si fueran lentejas. Los gorgojos
se eliminaban, pero los animales muertos se desenterraban para poder comer. El
sucedáneo del café era la cebada tostada. La piel del plátano machacada servía
para elaborar cremas y purés. Las madres, esposas, hermanas e hijas preparaban
tortillas sin huevo, dulces sin azúcar, fritos sin aceite, y hasta guisos sin
carne. La desnutrición minaba en las familias y la picaresca hizo su camino.
Apareció el estraperlo. Proliferaban los productos en el
mercado negro a los que no se podían acceder normalmente. Los huevos, la carne,
y la leche se vendían a precios muy por encima de lo establecido por la
comisaría correspondiente.
Aparecieron los hornos de pan ilegales. Las esquinas eran frecuentadas por mujeres entradas en años que provistas de una bolsa vendían de estraperlo, exponiéndose a quince días de cárcel (las quincenas). De la misma forma cuando los hombres salían al trabajo a las cinco de la mañana, encontraban en la calle a mujeres que les vendían el tabaco. Hasta falsas embarazadas que ocultaban en el vientre aceite (del caro), harina, carbón o judías.
Aparecieron los hornos de pan ilegales. Las esquinas eran frecuentadas por mujeres entradas en años que provistas de una bolsa vendían de estraperlo, exponiéndose a quince días de cárcel (las quincenas). De la misma forma cuando los hombres salían al trabajo a las cinco de la mañana, encontraban en la calle a mujeres que les vendían el tabaco. Hasta falsas embarazadas que ocultaban en el vientre aceite (del caro), harina, carbón o judías.
La picaresca era
grande para salvar el hambre. Hasta las
madres o abuelas borraban con miga de pan los sellos de la cartilla y mandaban
otra vez a las niñas a la cola del abastecimiento.
Se utilizaron durante trece largos años y miles de largas
colas. La palabra “esperar” fue bien aprendida...
”Espera un poco y
resiste el hambre”.
Texto de Amparo Zalve Polo
viernes, 18 de octubre de 2019
TRANVÍA BOMBARDEADO EN GUERRA
Tranvía en la plaza del Miguelete, ca. 1937. Foto Finezas.
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
Ya conocimos tiempo atrás a nuestros tranvías de guerra
valencianos. Aquí podemos ver el resultado sobre un tranvía normal de uno de
los muchos bombardeos que los sublevados realizaron sobre Valencia durante
nuestra guerra civil.
Se trata de un coche de la serie 100, que circulaba por la
entonces plaza del Miguelete proveniente de la calle Campaneros (hoy lateral
derecho de la plaza de la Reina), estaba ante la calle Zaragoza (lateral
izquierdo de pl. de la Reina) muy cerca de tomar la cerrada curva al pie del
Miguelete cuando su marcha fue truncada por un estallido cuyos resultados se
ven perfectamente en la imagen.
Cuidando los restos del tranvía hay un miliciano. En la
parte trasera del coche, donde no queda apenas nada de la plataforma, se puede
ver la rueda vertical del freno mecánico. En cuanto a todo el mecanismo de
control de velocidad y sentido de marcha ha desaparecido. Lo único que parece
haber resistido algo más es el bastidor metálico, el resto del coche, fabricado
de madera, ha quedado para su renovación total.
Suponemos que no hubo desgracias personales, ya que durante
la guerra hubo una normativa municipal que, ante el aviso por las sirenas de
bombardeo enemigo, prohibía la circulación de todos los vehículos, debiéndose
apartar al borde de las aceras. Los tranvías debían parar en un punto que no
interrumpiera la circulación de los vehículos de auxilio (ambulancias,
bomberos). De acuerdo con la misma normativa para casos de bombardeo el pasaje
debía abandonar el tranvía y dirigirse al refugio más cercano.
El bombardeo debió ser entre 1936 y 1937, puesto que en 1938
dejó de utilizarse el recorrido por Campaneros en las dos líneas que lo
utilizaban, la nº 6 Ruzafa-Sagunto y la nº 11 Estación Valenciana-Cementerio,
sustituido por el paso por orilla río directo desde Glorieta a Serranos. Se
justificaba este nuevo recorrido al evitar el paso de tranvías por las calles
de Navellos y Muro de santa Ana y pl. san Lorenzo donde radica el palacio de
Benicarló, hoy sede de las Cortes Valencianas y entonces del Gobierno de la
República.
De esta forma se evitaban retrasos en la red tranviaria motivados
por la cantidad de visitas oficiales y manifestaciones ante la sede
gubernamental.
Para que nos formemos una idea más detallada de lo
destruido, y poder comparar, arriba vemos una fotografía de un
tranvía de su misma serie pocos años después de su puesta en circulación, en
Glorieta con destino al Cabañal.
Texto de Enrique Goñi Igual.
jueves, 17 de octubre de 2019
EL PRIMER Y ÚNICO PUENTE DEL TRENET SOBRE EL RIO TURIA CUMPLE CINCUENTA AÑOS
27-09-1969 Último tren por el viejo trazado.-
Evelio Portillo.- Archivo Esteban
Gonzalo
El 27 de
septiembre de 1969 un automotor eléctrico de la serie mil, construido por
Macosa de València, pasó por las vías tendidas sobre un largo puente en el nuevo
cauce del río Turia. Fue la primera vez que un tren de vía estrecha cruzaba el
río de Valencia, aunque en este caso el desvío anti riadas del Plan Sur, que
fue oficialmente inaugurado el 22 de diciembre de ese año.
Un puente de
238 metros de longitud, compuesto por 8 tramos de 26 metros para salvar el
cauce y sus inclinados pretiles laterales y dos de 7,50 m. en cada extremo para
viales, las actuales calzadas de la V-30.
27-09-1969 Talgo II procedente de Madrid llegando a paso superior sobre
el trenet.- Evelio Portillo.- Archivo Esteban Gonzalo
Gran obra
para vía doble de ancho métrico que además despejó para los trenets que irradiaban de València la
incertidumbre que se ceñía sobre las líneas que iba gestionando la entidad
estatal FEVE (Ferrocarriles de Vía Estrecha) para cumplir las órdenes
gubernamentales de suprimir los trazados con elevado déficit de explotación y poca
utilidad, incluso sin considerar su posible utilización turística, como ocurrió
con el Ferrocarril de Alcoy al Puerto de Gandía. Peligro que aquí recaía
principalmente sobre la línea de València a Villanueva de Castellón.
27-09-1969 Primer tren hacia el
puente.-
Evelio Portillo.- Archivo Esteban Gonzalo
Su
importante movimiento de viajeros y el que preveían por el aumento demográfico,
principalmente hasta Picassent, fueron su seguro de vida entonces, ya que parte
de la línea tiene de cuando en cuando su continuidad en entredicho, pero sin
tener en cuenta los organismos responsables de su gestión que los proyectos
para mejorar la explotación -vía doble Torrent-Picassent, servicios exprés y
trenes más veloces en tramos suburbanos- no han sido realizados.
27-09-1969 Primer tren sobre el puente del Plan Sur.-
Evelio Portillo.- Archivo Esteban Gonzalo.
Mis
gestiones han sido inútiles para saber la hora del último tren que pasó por el
viejo trazado y el que lo hizo por la variante y el nuevo puente, siendo el
único referente el Talgo II procedente de Madrid que pasó por el terraplén de
su variante por Vara de Quart varios segundos después del referido último tren
y cuando sólo le faltaban recorrer 4,8 kilómetros para finalizar viaje a las
13:40 horas (1) en la Estación de Norte en València.
Marzo 1981 Puente con tren y calzadas V-30.- Esteban Gonzalo
Cada media
hora entre València-Jesús y Torrent y cada hora hasta Villanueva de Castellón,
sin detenciones éstos hasta Torrent, y las mismas frecuencias de retorno, era
el servicio ofertado en 1969.
(1) Guía
Renfe septiembre 1969 en Biblioteca Nacional de España.
Texto de Esteban
Gonzalo Rogel
miércoles, 16 de octubre de 2019
DON MANUEL GONZÁLEZ MARTÍ Y SU MUSEO NACIONAL DE CERÁMICA - V
1947 - Acto entrega Encomienda con placa de Alfonso X el Sabio.
V
Con el fallecimiento de su esposa en 1946, su gran baluarte en sus diferentes facetas, y sin descendencia, quiso hacer entrega de su legado al Estado, a condición de que sus fondos no salieran nunca de Valencia.
Jubilado en enero de 1947, el 6 de febrero del mismo año hizo entrega de su extensa colección en un acto celebrado en el salón Goya del Ministerio de Educación Nacional ante el ministro José Ibáñez Martí. En su correspondencia, al día siguiente, se creó por decreto el Museo Nacional de Cerámica, con el nombramiento de Don Manuel como director vitalicio y con la Encomienda con placa de Alfonso X el Sabio.
Jubilado en enero de 1947, el 6 de febrero del mismo año hizo entrega de su extensa colección en un acto celebrado en el salón Goya del Ministerio de Educación Nacional ante el ministro José Ibáñez Martí. En su correspondencia, al día siguiente, se creó por decreto el Museo Nacional de Cerámica, con el nombramiento de Don Manuel como director vitalicio y con la Encomienda con placa de Alfonso X el Sabio.
La colección del Sr. González Martí estaba formada por unas
6.000 piezas, entre las que destacan las de azulejería y cerámica medievales,
así como un conjunto de reflejo metálico del XVII y XVIII, azulejería del siglo
XVIII y lozas populares del XIX.
Colección que se vio incrementada una vez D. Manuel tomó la
dirección del Museo con importantes donaciones de particulares e instituciones, así como las propias: objetos personales del matrimonio, muebles y abanicos, y su
biblioteca particular.
La entrega material de su legado al Estado tuvo lugar en
febrero de 1947 en su domicilio particular, próximo al Temple, el palacete de
Barberá, con la visita del Marqués de Lozoya que vemos en la foto y un buen número de personalidades.
En 1948 el Ayuntamiento de Valencia quiso honrarle rotulando
con su nombre una calle en la zona de la Pechina, para perpetuar la figura de
su hijo ilustre.
Ahora lo que tocaba era buscar el lugar donde fijar la sede
del Museo Nacional de Cerámica.
Fuente: 50 Años (1954-2004) Museo Nacional de Cerámica en el Palacio de Dos Aguas
Fuente: 50 Años (1954-2004) Museo Nacional de Cerámica en el Palacio de Dos Aguas
martes, 15 de octubre de 2019
COCHERAS DE LOS TRANVÍAS INTERURBANOS
De estas cocheras en Burjasot hay una foto de autor desconocido,
procedente de Remember-València, pg 475. (1890 Ca)
ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
Al mismo tiempo que nuevas compañías creaban nuevas líneas
de tranvías de caballos que comunicaban València con pueblos de sus
alrededores, a estas nuevas compañías les era necesario tener sus propias
cocheras, lo que motivó la creación de cuatro nuevas cocheras, una por cada una
de las líneas creadas en el siglo XIX. Todas estas líneas en 1900 pasaron a ser
propiedad de la nueva Compañía General de Tranvías Eléctricos de Valencia
(CGTEV) que en 1900 electrificó estas líneas, por tanto sus cocheras pasaron
inicialmente a ser propiedad de CGTEV y posteriormente de CTFV.
La primera de ellas fue la línea que en 1889 crea la empresa
Pascual Carles y Cía que nos lleva, desde la calle Conde de Almodóvar por pl.
Nules, pl. Cisneros, Náquera, bajo las Torres de Serranos, puente de Serranos,
Orilla río, av. Burjasot, alcanzando después de atravesar la población de
Burjassot, justo hasta el límite de Godella por la actual calle de Ausias
March, donde tenía sus cocheras a mano izquierda, que vemos arriba. Unos metros más adelante,
pasadas las cocheras, estaba el apeadero del final de recorrido.
Un año más tarde, en 1890 el mismo empresario inaugura una
nueva línea, que desde calle San Vicente y continuando por lo que entonces se
llamó Camino Real de Madrid, es decir la Cruz Cubierta, La Torre, Benetússer,
Alfafar, Massanassa, alcanza Catarroja, donde unos metros más adelante de su
parada final, a la derecha disfruta de unas espaciosas cocheras, que se
siguieron utilizando cuando la línea, ya electrificada, se prolongó años más
tarde hasta el pueblo de Silla.
En 1891 se crea la Compañía de Tranvías del Norte de Valencia,
que en este caso cubre los pueblos que se sitúan sobre la antigua carretera a
Barcelona hasta alcanzar Massamagrell. La empresa adopta una importante novedad
técnica, los tranvías en la parte que va desde Tabernes Blanques hasta
Massamagrell tendrán tracción a vapor, es decir los coches los arrastrará una
pequeña locomotora. Entre Valencia y Tabernes la tracción será por caballos, ya
que así lo exigió la licencia concedida. Cuando la línea se electrificó en 1900
alcanzó su definitivo final de trayecto en Pobla de Farnals.
Sus cocheras se situaron en Tabernes muy cerca del barranco
de Carraixet, a la derecha de la calzada, hoy Cardenal Benlloch, como se puede
apreciar en el plano siguiente.
Parcial del plano 15-III del plano creado para el
Ayuntamiento de Valencia
por el Instituto Geográfico y Catastral, entre 1929 y 1944.
por el Instituto Geográfico y Catastral, entre 1929 y 1944.
La última línea interurbana creada el siglo XIX fue la de
Torrent, que la sociedad Pla y Hermanos inaugura en 1895. Desde las Torres de
Serranos a lo largo de la calle de Quart y Quart extramuros, alcanzaba Mislata
y desde allí seguía a Xirivella, Alaquàs y tras pasar el puente entraba a
Torrent por Xocolaters y Gómez Ferrer, donde a la derecha tenía sus cocheras.
Años más tarde, ya en 1925 es cuando se creó por parte de
CTFV la última línea rural, la de Manises, que tenía el mismo inicio y
recorrido que la de Torrent hasta Mislata, desde allí por Quart de Poblet
alcanzaba su final en Manises junto al antiguo mercado. A esta línea que no
tuvo cocheras propias, se le adjudicaron desde sus inicios las cocheras de
Torrent, y antes de ser eliminada utilizaron sus tranvías alguna de las
cocheras de Valencia, ya que la línea a Torrent desapareció un par de años
antes.
Texto de Enrique Goñi Igual
lunes, 14 de octubre de 2019
LA PALMERA DE VICENTE PERIS
Fotoplano 1957
En un grupo de palmeras existente al final del paseo de la
Alameda y en su confluencia con la calle Albentosa, destaca por su diferente
especie, enorme altura, delgadez y elasticidad, la Whasintonia robusta que
hasta los primeros años sesenta estuvo en el patio del colegio que los Hermanos
Maristas tuvieron en la plaza Mirasol.
Tras el derribo de ese edificio y de
otros para ensanchar la calle Poeta Querol, la antigua de Les Granotes, hasta
la calle de las Barcas, quedó huérfana la palmera y con dos opciones, su
traslado a un lugar idóneo o eliminarla.
Fue lo primero gracias a la iniciativa
del Jardinero Mayor, Vicente Peris Pizarro, quien pidió permiso al entonces
alcalde Adolfo Rincón de Arellano para prohibir la circulación de vehículos una
noche en algunas calles para llevarla a un buen emplazamiento. Al alcalde le
pareció bien y con dos camiones la trasladaron.
Según su ficha de protección genérica de la Regidoría de Parcs i Jardíns, tiene una edad estimada de 80 años, su tronco mide 24,7 metros de altura y 1,30 m. de perímetro, y la copa cuatro metros de diámetro. Esbelta, destaca de sus compañeras filíferas y del cercano bloque de viviendas ferroviarias, y facilita una hermosa postal a los visitantes que pasan por allí. Es una de las palmáceas más altas de València.
Según su ficha de protección genérica de la Regidoría de Parcs i Jardíns, tiene una edad estimada de 80 años, su tronco mide 24,7 metros de altura y 1,30 m. de perímetro, y la copa cuatro metros de diámetro. Esbelta, destaca de sus compañeras filíferas y del cercano bloque de viviendas ferroviarias, y facilita una hermosa postal a los visitantes que pasan por allí. Es una de las palmáceas más altas de València.
Está denominada con el nombre y primer apellido de su
salvador, quien también demostró en otras actuaciones urbanas su gran querencia
por los seres vivos vegetales. El caserón de la plaza Mirasol fue la sexta y penúltima sede
del Colegio Sagrado Corazón (Maristas), siendo la actual, entre las calles
Salamanca y Reina Doña Germana, inaugurada con el curso académico 1953-1954.
Texto y foto actual de Esteban Gonzalo Rogel
domingo, 13 de octubre de 2019
EL INGENIOSO PERNALES
Los ingenieros industriales de
Valencia le hicieron entrega de la insignia de honor en reconocimiento de lo
imposible que él hacía posible.
El Pernales (1912-1983), así hacíase
llamar Don Ricardo Cánoves Macián, sin estudios, más que los primarios; y
trabajando desde la infancia en el negocio de su padre. De ayuda imprescindible
para arquitectos e ingenieros de la época en el gremio de la construcción.
De inteligencia natural, sumada a
su pericia, gran ingenio y afán trabajador pasó fronteras, y con solo su hábito de leer, realizó las más
grandes hazañas que se recuerdan en Valencia, resto de España y parte del
extranjero.
-“Eso solo lo puede hacer el
Pernales” - se comentaba cuando se encontraban en alguna dificultad en relación
a cualquier tipo de transporte. Sus acciones eran increíbles. Durante la riada
del 57, cayó un puente al fondo del Carraixet y él lo rescató. Los tranvías
sobrantes los colocaba como adorno en
lugares insospechados, y si caía algún tren por un precipicio nadie se atrevía
al rescate, tan solo, el Pernales.
Podía con cualquier peso y ¡sin
cortar tráfico!, ya que se encargaba de ingeniar rieles, palancas, rodillos y
artilugios que nadie habría pensado hacer. Siempre le salía bien.
Dos hazañas curiosas en la ciudad
de Valencia:
En la plaza de la Virgen se
colocaban unos grandes postes para anclar los toldos en dos fiestas claves: El
Corpus y La Virgen. El Pernales, en los años sesenta, advirtió
que frente a la Basílica se estaba construyendo un edificio. Ni corto, ni
perezoso, habló con el arquitecto para proponerle unos grandes enganches en la
zona superior. En aquel momento desaparecieron los postes, y mediante unos
cables anclaron los toldos a los enganches.
Otra hazaña destacable fue a raíz
de la aprobación del Plan Sur. El viejo camino del Grao se iba a remodelar,
pero las autoridades urbanísticas se encontraban con el problema de que el
tráfico en la zona tenía que interrumpirse el menor tiempo posible. ¿Y cómo
iban a hacer eso? El proyecto era arrancar los árboles gruesos de las dos
largas hileras, eliminar la doble vía de carro y las dos vías de tranvía. No
hacía falta que le preguntaran cómo, solo hacía falta dejarlo hacer. Nunca
fallaba. Así fue, en dos noches estaba hecho, y sin cortar el tráfico.
¿Si hubiese estudiado, habría
sido El Pernales?
Texto de Amparo Zalve Polo
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