En el año 1400 la muralla cristiana ordenada por el rey
Pedro el Ceremonioso estaba concluida. Hacía dos años que las torres de
Serranos habían finalizado sus obras, construidas con piedras de Alginet,
Benidorm y Rocafort, bajo la dirección del arquitecto D. Pedro Balaguer.
Así pues, la ciudad contaba con dos murallas: junto a la nueva,
la anterior musulmana de la que se conservaban gran parte de sus tramos. De
esta guisa, los antiguos arrabales extramuros quedaban en el interior del
nuevo cerco, pero aislados del centro de la ciudad, por lo que era de necesidad
abrir pasos en la muralla del siglo XI mandada construir por Abd al Aziz, nieto de Almanzor, para
su mejor comunicación con los barrios más concurridos. El "trencat", que daba paso al mercado, sería
el origen de la actual calle Trench, dice la leyenda.
El “barrio de la morería” y por su densidad necesitaba de
una conexión más directa, y las puertas de Bab al Qantara y Bab al Hanax no
eran suficientes para el ir y venir de sus habitantes al centro de la ciudad de
forma directa.
Por esta urgencia fue cuando en 1400 se abrió el portal que debe su nombre a la proximidad de la “Casa Procura del Real
Monasterio de Santa María de la Valldigna”, lugar donde los monjes
cistercienses ejercían su labor administrativa, o como de residencia en ocasión
de su estancia en la ciudad, cuando se trasladaban desde su priorato de Simat.
Paso que llega a nuestros días con su nombre, tuviera o no
puerta: El Portal de Valldigna, siempre tan entrañable como evocador.