sábado, 30 de noviembre de 2013

LA LONJA DE LA SEDA

Archivo Municipal

Todo el esplendor de la Valencia del siglo XV, tanto en lo cultural como en lo económico, debía de reflejarse en una obra civil que siendo de utilidad para el desarrollo de la actividad de sus mercaderes, dejara para la posteridad el sello de su autenticidad. 

Y para tal fin, el Consejo General, durante el reinado de Fernando el Católico, entre otras construcciones en la ciudad más importante de la Corona de Aragón, a la sazón con un gran crecimiento demográfico, tomó la decisión de iniciar las obras del que iba a ser el edificio más representativo del gótico civil valenciano: la Lonja de los Mercaderes o de la Seda. 

Se encargó el proyecto a Pere Compte, “el molt sabut en l'art de la pedra", con la ayuda directa de Joan Ivorra. Sus obras se iniciaron en el año 1482, empleándose quince años para su término. Aunque continuaron con la construcción anexa del Torreón y el pabellón donde se alojaría el Consulat del Mar, obras en las que intervinieron otros tres “picapedrers”, completándose el conjunto en 1548. 

El edificio de la Lonja de Valencia fue declarado Patrimonio Mundial de la Unesco en 1996. Vemos en la foto del Archivo Municipal la gran belleza arquitectónica que mejor representa el esplendor de Valencia en aquella época y que en la actualidad centra la atención de quienes nos visitan, disfrutando, en especial, de su Salón Columnario, donde los arcos de crucería de su bóveda y las columnas que los sujetan, adquieren la vistosidad de un conjunto de palmeras, bello y armonioso.

viernes, 29 de noviembre de 2013

LA PLAZA DE SANTA ÚRSULA



plaza santa ursula_años 50

Años 50 - Recoleta plaza de Santa Úrsula. De las Torres de Cuarte, a su sombra, haciendo esquina con los restos del callizo de la antigua muralla, y desde principios del Siglo XVII la Plaza de Santa Úrsula, ha pasado en silencio, de puntillas, sin hacer ruido, como las mismas monjas de clausura que habitaron su Convento.

Hay dos cosas que han marcado el ritmo de esa plaza, durante decenas de años; de la espadaña de su Iglesia, la pequeña y sonora campana, tocando a misa; y su fuente pública, que en la fachada de la misma se instaló a mediados del XIX. 

Aquella, con su único toque a las ocho de la mañana, y esos tañidos cada Domingo o Fiestas, a media mañana; primero…, segundo... y el tercero a las doce, cada uno con cadencia de pocos minutos, llamando a Misa. 

Y la fuente, donde personas llenan sus botijos, pozales e incluso en ella, lavan la ropa; gentes de cercanas casas, que no poseían agua corriente en las mismas. Ésta imagen se ha mantenido, e incluso desapercibida por los valencianos, durante muchos años, hasta casi los 60. 

Texto - Germán Gómez.


jueves, 28 de noviembre de 2013

CARNAVAL, CARNAVAL…

Niños del Carnaval de Valencia. 1923

Archivo de Rafael Solaz

1923 - A los niños les encanta disfrazarse y sobre todo cuando es carnaval, porque es una fiesta llena de música, color y fantasía. Es una fiesta para divertirse en familia y preparar dulces; todos los niños tenían derecho a divertirse, a salir disfrazados, aunque procedan de una familia rica o que sean hijos de los más humildes campesinos. 

Los niños valencianos de los años veinte esperaban esta época para salir a la calle convertidos, a través de un disfraz, en sus personajes favoritos. Daba igual la economía: los que estaban faltos de recursos sacaban a relucir su ingenio y gracia. Porque una simple sábana podía ser la capa del Cid, la toga de un romano, o un mantel de flores y colores, el vestido de una linda princesa. 

O como los niños de la imagen, posando para una fotografía de estudio, que no muchos se podían permitir, aparecen vestidos de valencianos, de su indumentaria regional, porque estaban orgullosos de su historia y sus tradiciones. Seguramente, después de la sesión fotografía, saldrían corriendo a la calle mientras bailaban y cantaban sonrientes.

Texto: Isabel Balensiya

miércoles, 27 de noviembre de 2013

ESCUELA DE ARTESANOS

escuela de artesanos 1931

1931 - La viuda de D. Bartolomé Monfort, Doctor en Derecho, Abogado de los Tribunales, de la Ciudad y del Reino de Valencia, valenciana como su esposo, mujer virtuosa y sin sucesión, fundó en el año 1561 en la entonces plaza de la Barcas o Vall Cubert un colegio para estudiantes pobres con el titulo de Anunciación de la Virgen, popularmente conocido como Colegio de Na Monforta. 

En el mismo lugar y tras su necesaria restauración se fundó  el 11 de octubre de 1868 la Escuela de Artesanos de Valencia con el objetivo de fomentar la enseñanza gratuita de las Artes y Oficios y al mismo tiempo “…la instrucción moral e intelectual entre las clases obreras, a fin de que alcancen éstas el mayor grado posible de perfeccionamiento y educación en beneficio de su bienestar, por lo que ha venido ostentando el lema de moralizar instruyendo” (Estatutos de la Junta de las Escuelas de Artesanos de Valencia). 

Pasado un siglo, la escuela fue derribada y desde 1968 sigue con sus funciones de siempre en la Avenida del Regne de Valencia, pudiéndose considerar como una institución pionera en la Formación Profesional de los valencianos. En las Artes iniciaron su formación relevantes personajes que iban a destacar en este campo, como fueron Joaquín Sorolla, José Segrelles, Cecilio Plá, los hermanos Benedito, Amadeo Roca, entre otros muchos. Vemos en la foto de 1931 cuando la Escuela de Artesanos tenía su sede en la actual calle de Pintor Sorolla.

martes, 26 de noviembre de 2013

LOS URBANOS

urbano años 30
Corrían los años veinte y la motorización iba apareciendo por el centro urbano de Valencia, por lo que en 1928 y dentro del servicio de la Guardia Municipal se creó la Sección de Circulación destinada a dirigir el incipiente tráfico rodado, dotada de veinticinco miembros conocidos popularmente como “urbanos”. Su uniforme era blanco en verano, mientras que en los meses invernales era de paño negro, pero siempre utilizaban el inconfundible y blanco salacot que los caracterizaba.
 
urbano navidad
Entre los años cuarenta y sesenta, cuando los vehículos se iban adueñando de las calzadas, para ordenar su circulación, la presencia de los urbanos era imprescindible, llegando a alcanzar una muy respetable popularidad como lo demostraba el hecho de que cuando se aproximaban las fiestas de Navidad, los usuarios del automóvil depositaban torno a sus pies o a la peana que los alzaban, los clásicos regalos navideños dejando un estampa de la Valencia entrañable de entonces.
Alcanzó una gran popularidad el guardia urbano, llamado cariñosamente “el manitas”, quien tenía su peculiar forma de dirigir la circulación. Tal fama alcanzó que incluso la gente se paraba para ver sus “actuaciones”, la forma de dirigir al tráfico rodado, gesticulando sus brazos, tanto por delante como por su espalda, los cuales movía con una precisión que llamaba la atención, incluso dirigidos a los peatones para que cruzasen la calle o lo dejaran de hacer. Hombre de estatura media, enjuto, gran mostacho, siempre con gestos de amabilidad y sonrisa en el rostro.
guardia trafico años 70Plaza de la Reina -  Archivo de Rafael Solaz

Contrastan las fotos del apacible urbano de los años treinta y el policía de tráfico que trata de ordenar la circulación en un día de fallas de los años setenta, cuando la presencia de los semáforos y la instalación tecnológica de la “Central del Tráfico”, los hizo innecesarios.

Con la colaboración en el texto de Germán Gómez.

lunes, 25 de noviembre de 2013

LAS JORNADAS DE HUELGA

Huelgas_turno de pan en la calle santa teresa 1916
Foto de Barberá Masip

1916 - Las jornadas de huelga en Valencia, como en toda España, tuvieron su inicio en el reinado de Alfonso XIII, especialmente en el contexto de la I Guerra Mundial. No obstante, la primera huelga de la que se tiene referencia fue en 1855, ciñéndose al ámbito textil de Cataluña por la influencia del movimiento ludista, el hombre contra la máquina, en defensa de los puestos de trabajo que ésta reducía. España se benefició económicamente de su no intervención en el conflicto bélico, al suministrar productos a las naciones en guerra, aumentando así sus exportaciones. Sin embargo, esta bonanza económica no alcanzó a la clase trabajadora, que mientras subían los precios, los sueldos no lo hacían en la misma medida. Esta situación provocó constantes reivindicaciones laborales. Los empresarios no reinvertían los beneficios, por lo que la economía permanecía estancada, siendo caldo de cultivo para las centrales sindicales socialistas y anarquistas cuyos afiliados aumentaban en número y con ellos las jornadas de huelga se repitieron en el primer tercio del pasado siglo. En Valencia era frecuente ver cómo los huelguistas volcaban los tranvías de lo que nos queda abundante documentación gráfica. Estas jornadas, con el cierre de tiendas y comercios y la búsqueda de los alimentos básicos, motivaba la creación de largas colas, como la que vemos en la calle de Santa Teresa, donde las mujeres esperan su turno para ser atendidas en su petición de pan, mientras un guardia permanece expectante ante el paso de los viandantes y un perro olisquea entre el adoquinado de la calle, al tiempo que un joven trajeado y con gorra, se ofrece al fotógrafo protegiéndose del frio con sus manos en los bolsillos del pantalón.

domingo, 24 de noviembre de 2013

INSTITUTO PROVINCIAL DE HIGIENE

Instituto Provincial de Higiene. 1924 calle dr simarro

Archivo de Rafael Solaz

1924 - El Instituto Provincial de Higiene se creó en Valencia en el año 1916, bajo la tutela de la Diputación Provincial, como servicio auxiliar del Hospital General. En su primer periodo se dedicó básicamente a la función de laboratorio bajo la dirección de los doctores valencianos, Juan Torres Balbí y Juan Peset Alexandre. Con la llegada de la II República y la implicación del Inspector Provincial de Sanidad, D. Tomás Peset Alexandre, el Instituto adquirió mayor relevancia ampliando su actividad en el campo del estudio de las enfermedades sociales, así como en la importancia de propagar entre la población la necesidad de una mejor educación sanitaria.

Sus nuevas actividades obligaron a la construcción de un nuevo edificio en la calle Dr. Simarro, 39, actual Micer Mascó, que iba a albergar las cuatro secciones del Instituto de Higiene –epidemiología y estadística, bacteriología, química, veterinaria- los dispensarios antivenéreo y antituberculoso y la escuela provincial de puericultura y dispensario de higiene infantil. 

Vemos en la foto de 1924 el aspecto que ofrecía el Instituto Provincial de Higiene en su primera construcción en la calle Guillem de Castro, 22.

sábado, 23 de noviembre de 2013

MUSEO BELLAS ARTES SAN PIO V

san pio V 1851

Colección Díaz Prósper

1851 - El actual Museo de Bellas Artes, antiguamente conocido como Colegio Seminario San Pio V, fue construido para dar enseñanza al clero secular perteneciente a la Orden de los Monjes Regulares Menores creada por el Papa Pio V. 

Su construcción iniciada en 1683 fue frenada por la muerte de su fundador, el Arzobispo de Valencia Juan Tomás de Rocaberti (1699) y unos años después la de su arquitecto Juan B. Pérez Castiel, así como por la crisis económica de la Guerra de Sucesión, reanudándose en 1728 hasta su terminación en 1744. 

Ya en el siglo XIX y por el gobierno liberal de 1820, dejó sus funciones de Colegio Seminario para convertirse en Academia Militar de Cadetes durante unos pocos años, continuando como Casa de Beneficencia hasta 1835 cuando el Ministerio de la Guerra lo dedicó a almacén del ejercito; en 1843 se convierte en Hospital Militar, función que desempeñó casi cien años. 

Desde 1946 alberga el Museo de Bellas Artes, gracias a la gestión de quien desde 1940 era su director Manuel González Martí en su anterior emplazamiento del Convento del Carmen, siendo declarado Monumento Artístico Histórico en 1962. Desde el inicio de esta actividad, ha tenido numerosas restauraciones para su acomodo, habiendo sufrido grandes daños y pérdidas artísticas en la riada de 1957. 

En la actualidad el Museo Pio V, alberga una de las pinacotecas más importante de España. Vemos el aspecto que ofrecía en 1851.

viernes, 22 de noviembre de 2013

CIUDAD SANITARIA LA FE

Ciudad Sanitaria La Fe, en construcción. 1968

Archivo de Rafael Solaz 

1968 - En el mes de febrero de 1969, el Ministro de Trabajo, Sr. Romeo Gorría, inauguró oficialmente la nueva Residencia General de la Seguridad Social con más de mil camas como uno de los edificios de la futura Ciudad Sanitaría La Fe, recibiendo por parte del Ayuntamiento el título de hijo adoptivo de Valencia. El que iba a ser el mayor centro hospitalario de la ciudad, quedaba emplazado entre los barrios de Campanar, Benicalap y Tendetes en unos terrenos donde sólo había huertas regadas por la acequia de Mestalla y algunas casas de vecinos junto a una fábrica de curtidos. En realidad ya había comenzado su actividad en el año anterior, con su primera intervención quirúrgica practicada en el mes de noviembre.
Como anécdota, a la hora de buscar su nombre se pensó en nominarla, al igual que La Paz de Madrid, con un nombre corto. Así nació la idea de que el único posible era el de La Fe. Con los años, entre 1968 y 1971, la Ciudad Sanitaria de La Fe fue creciendo con la implantación de nuevos servicios, llegando a convertirse en un centro de referencia por su Unidad de Quemados y por la de Trasplantes, de reconocido prestigio internacional por los éxitos alcanzados en las últimas décadas y en especial en los últimos años.
En el año 2010, ya terminadas las nuevas instalaciones en la zona de Malilla, comenzó su traslado abandonando su antiguo emplazamiento donde está previsto que se mantenga alguna actividad asistencial en la zona. Vemos en la foto un momento de su construcción de un proyecto hospitalario cuya idea se había fraguado en 1965.


jueves, 21 de noviembre de 2013

JOAQUÍN SOROLLA

Joaquin sorolla 1901

EL PINTOR DE LA LUZ

1901 - Nació en Valencia en 1863 y desde muy pequeño se interesó por el dibujo; cuando era un zagal de 15 años ingresó en la Escuela de Bellas Artes de la ciudad, dos años más tarde viajaría a Madrid, donde estudiaría la obra de Velázquez y Ribera.

Gracias a su obra “El Palleter”, en 1885, obtuvo una pensión de la Diputación de Valencia para viajar a Roma a estudiar, donde permaneció durante una temporada de cuatro años. Al regresar a España, se marchó a vivir a Madrid y fue en la capital española donde con su obra pictórica alcanzó el fama. Llegando pintar al monarca en los jardines del Palacio Real.

Consiguió la fama internacionalmente con un cuadro que curiosamente tituló “Y aún dicen que el pescado es caro” mostrando con él la difícil situación de los pescadores que arriesgaban su vida en el mar para dar alimento al pueblo. A principios del siglo XX expuso con notable éxito sus obras en Viena, Paris, Chicago, Berlín, Nueva York y Londres.

En 1904, el americano Sir Archer Milton Huntington, director de la HispanicSociety of America , le encargó al pintor valenciano que realizara una colección de lienzos de gran tamaño que representase a España. Para ello Sorolla viajó por toda la geografía española para inmortalizar el sol del mediterráneo y los reflejos de las velas desplegadas, el carisma de los españoles y sus tradiciones y fiestas.

Finalizó sus pinturas en 1919 y en 1920 el pintor tuvo que abandonar su actividad artística por una parálisis producida por una hemiplejía. Tres años más tarde moriría en su casa de Madrid y su cadáver sería trasladado a Valencia, acompañado de una multitud fervorosa y con honores de capitán general, dejando una abundante obra cuyo catálogo sobrepasa los 2200 óleos.

Convirtiéndose en símbolo de la ciudad del Turia como podemos verle en la fotografía, a pesar de que suscitó muchas envidias por parte de la intelectualidad de su época por su éxito alcanzado. Los valencianos hemos reconocido en él a nuestro gran pintor. 

Texto: Isabel Balensiya


miércoles, 20 de noviembre de 2013

REAL CONVENTO DE NUESTRA SEÑORA DEL PILAR

convento de nuestra señora del pilar 1957

Patio de Armas

1957 - Real Convento de Nuestra Señora del Pilar, de la Orden Dominica, fundado en 1618 por testamento de Baltasar Simó de Valterra, bajo la advocación de la Virgen del Pilar de Zaragoza; quien según sus deseos, los futuros religiosos debían de asistir a los enfermos del cercano Hospital General. A lo largo de los años funcionó como su fundador o patrocinador así lo instituyó, hasta que, como consecuencia de las desamortizaciones llevadas a cabo en el siglo XIX, pasó a convertirse en hospital de infecciosos, años más tarde en hospital militar y en 1843 en cuartel. El patio de su claustro, se convirtió en el Patio de Armas, y las estancias de los pisos superiores se acondicionaron para instalar a las distintas Compañías que formaban la Agrupación de Intendencia nº 3. En el patio posterior, cuya fachada daba a la calle de Hospital, se instalaron cuadras para los animales de tiro, y cuando éstos fueron suprimidos en el servicio, sirvió como garaje para coches y camiones. Como cuartel dejó de funcionar en el año 1960 cuando que fue trasladado al Cuartel de San Juan de Ribera en la Alameda, junto a otras unidades de servicios del ejército. En la foto podemos ver las trazas del antiguo convento, así como los cegados arcos, que formaban el claustro cuando cumplía con esta misión. 

Texto y foto: Germán Gómez.

martes, 19 de noviembre de 2013

ASILO SAN JUAN DE DIOS

San Juan de Dios, Malvarrosa, ca. 1910

Archivo de Rafael Solaz

Ca. 1910 - El Asilo de San Juan de Dios y de nueva planta fue proyectado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer. El inicio de su estancia en la Malvarrosa se remonta a 1892 cuando los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios que ya ejercían su ayuda a los niños tuberculosos de la ciudad sumidos en la pobreza, optaron por buscar un mejor y más sano emplazamiento en la proximidad del mar, por lo que adquirieron unos terrenos rodeados de huerta y próximos a la playa.

Al ver que iba quedándose pequeña esta instalación, los Hermanos Hospitalarios se decidieron a recorrer las calles de Valencia a la busca de las ayudas económicas necesarias para un nuevo centro hospitalario que fue inaugurado en el año 1908. 

Su labor al cuidado de los niños pobres no sólo fue para este tipo de dolencia, sino también para otras de tipo degenerativo que aconsejaban su hospitalización. 

El nuevo edificio de tres plantas se caracteriza por el uso del ladrillo y la cerámica, tendentes a mostrar un estilo neomujédar sin desdeñar el hierro y cristal de acuerdo con el modernismo entonces imperante. 

En la actualidad el centro hospitalario y desde el año 1991, pertenece al Grupo Nisa. 

Vemos en la foto de pocos años después de su inauguración el aspecto que ofrecía el Asilo rodeado de huerta y alguna que otra barraca valenciana.

lunes, 18 de noviembre de 2013

ESCUELAS PIAS EN FALLAS

escuelas pias en fallas

Corría el año 1953. El curso había empezado sin nada especial que reseñar. Todavía el bachiller de siete años con su inseparable y temido “Examen de Estado”. El primer trimestre, incluido su trimestral examen, había ya vencido. Las familiares fiestas navideñas ya habían pasado. Empieza el frio Enero, a los inquietos alumnos del último curso de Bachiller les surgió la incipiente idea de plantar una falla en el patio del amplio claustro del Colegio, ¡sería la primera falla! y cómo no, la fiesta iría acompañada de tracas y petardos. Ésta idea fue abundada por la visita que ese año hizo el Padre General de la Orden, Vicente Tomek, a quién le darían el nombramiento de la Presidencia de Honor de la Falla. Había que obtener la autorización del Padre Blay, rector en ese momento, el cual no se pudo resistir a tan magnífica idea, quién la autorizó plenamente. 
En el siguiente mes, corto y helado Febrero, se notaba entre los alumnos del curso cierto nerviosismo, conversaciones, corrillos, quedadas por la tarde luego de la salida, había que nombrar una Junta para la Falla. Había que darse prisa, Presidente, Vicepresidente, encargado de Festejos, Tesorero, Recaudador; todo estaba controlado. Esta Junta supo trabajar sus cargos y sobre todo los fondos para llevar adelante el festejo; todo ello sin olvidar sus diarios estudios. 
Hasta un “ Llibret de la Falla” se imprimió, y nada más y nada menos que intervino el laureado poeta Vicente Andrés Estellés, inspiradísimo, pues obtuvo, concedido por “Lo Rat Penat”, el premio del “Plat de Gloria”; ahí es nada. 
Y volviendo a nuestra falla; plantada pocos días antes de las oficiales de Valencia, representaba en la parte inferior escenas del Colegio y caricaturas de padres y algunos alumnos, simbolizaba la dificultad que los alumnos tenían que salvar para acceder a la Universidad; un dificultoso hilo de palomar desde la parte inferior, el Colegio, por donde debían de subir los alumnos, en inestable equilibrio, hacía lo alto de la falla, donde les esperaba el Juan Luis Vives de la Universidad. Fueron gozosos y alegres días los que deparó ésta falla que todos los alumnos del Colegio celebraron con natural alegría. 

Texto: Germán Gómez.



domingo, 17 de noviembre de 2013

ARCHIVO DEL REINO DE VALENCIA

archivo del reino años 50

Años 50 - Por decisión de Alfonso IV el Magnánimo, en sesión de Cortes de 1419, se instó a la creación de un Archivo Real, llamado a custodiar las ordenanzas de las diferentes instituciones que configuraban el Reino de Valencia, siendo Jaume Desplá su primer archivero, quien había sido escribano en las sesiones del Compromiso de Caspe.

Y el lugar elegido que las albergara fue el Palacio del Real, donde ya con anterioridad se cumplía con la misión de archivo de las disposiciones que los diferentes órganos administrativos llevaban a su efecto. Pasando por muchas vicisitudes y hasta finales del siglo XVIII, el Archivo Real cumplió con su misión de concentrar toda la documentación que por razón de su origen estaba dispersa entre el Real Patrimonio, la Bailía General, el Mestre Racional, el Justicia Civil, la Diputación y otros organismos. Fue Carlos III quien al haber expulsado de España a los jesuitas, decidió que fuera la Casa Profesa de la Orden donde se albergara la totalidad del Archivo General.

Sin embargo esta ordenanza no se llevó a cabo hasta la destrucción del Palacio del Real en 1810, lo que obligó al traslado a la citada Casa Profesa de la Compañía de Jesús. Con su nuevo emplazamiento y en años posteriores se fue acumulando documentación de otras instituciones pasando a ser el Archivo General, el Archivo del Reino de Valencia. Debido al insuficiente espacio y ante la necesidad de su mejor cuidado, en 1965 se trasladó al nuevo edificio de la Alameda donde se incorporaron las nuevas tecnologías para un mejor cuidado documental. Con la entrada en vigor del actual Estatuto de Autonomía también alberga la documentación fruto de las transferencias del Estado a la Generalitat Valenciana.

La foto corresponde a cuando el Archivo General estaba sito en la Casa Profesa de la Compañía de Jesús en los años cincuenta.

sábado, 16 de noviembre de 2013

LA CATEDRAL DE LOS SENTIDOS

Mercado Central.interior. Años 40

Archivo de Rafael Solaz

Años 40 - Las pesadas puertas de hierro se abren, cual flores, al recibir la caricia matutina del sol.

El mismo sol que se cuela a través de las vidrieras de colores, policromando el suelo con raudales de luz de diferentes matices.

Las escaleras de piedra que dan entrada están desgastadas por el uso y el paso del tiempo, como los huesos de los octogenarios ancianos que acuden todas las mañanas.

La Catedral de los Sentidos despierta despacio estirando sus añejas vigas, tan antiguas como sus fieles parroquianos.

Coronado el cimborrio, la Cotorra brilla con esplendor al igual que su leyenda. ¡Cuántos padres por amor a sus hijos, han recurrido a ella! Por la promesa de un huevo de oro muchos niños quedaban huérfanos, a su Destino abandonados.

Aquello quedó en el pasado, ahora el Arcángel Custodio de los pobres es un reclamo para los eclesiásticos de la huerta que acuden todas las mañanas acompañados por monaguillos de albas rojas de tirantes, ayudándoles a colocar los objetos de su sermón del día sobre el altar.

Los feligreses comienzan a entrar en el Templo de los Sabores, habitantes de Babel, hablan todos los acentos y recorren las cuatro naves de peregrinación, como hormigas afanosas de aprovisionarse de alimentos.

A las doce, con el Ángelus, comienza la misa, el acto sacramental de sermonear con las oraciones a los fieles que cada uno atiende a los pasajes que incitan sus sentidos.

Los Apóstoles de la Malvarrosa son los primeros en llegar portando con ellos sus redes de pescadores llenas de plata viva y joyas marinas.

José de Arimatea comercia con la sangre de Cristo, ofreciendo un Santo Grial a un anciano Nicodemo quien acepta gustoso para celebrar su cena ¡Dios sabe si será la Última!

También hay Vino de Canaán, mezcla de agua y néctar de uva, que en tinaja de cartón hace para jóvenes y pobres de una reunión callejera una fiesta vagabunda.

Continuando la peregrinación podemos encontrarnos la artesanía divina de un Dios alfarero que nos ofrece distintas razas de pucheros. No muy lejos le acompaña una virgen rodeada de flores y plantas aromáticas.

Siguiendo la ruta catedralicia cambiamos de capilla, donde el Buen Pastor nos muestra su Cordero Místico, junto a la Sodoma y Gomorra, orgía de cuerpos desnudos: machos y hembras se entrecruzan de tal forma que solo la meretriz sabe a quién pertenece cada miembro.
Todo peregrino que se aprecie su misión es visitar el relicario donde las solemnes momias de faraones porcinos, envueltas en vendajes de rejillas, cuelgan de las esquinas.

De la zona Nazaret, el Maestro panadero, parte y reparte el pan nuestro de cada día, predicando un Nuevo Testamento, calmando el hambre del más humilde siervo.

El Sagrario de Azúcar atrae las miradas curiosas de los infantes que esperan ansiosos la llegada del sacerdote que les haga comulgar con una hostia roja y empalada, mientras sus padres observan a la tentativa Magdalena, insinuando sus curvas melosas, incitándoles a caer en el segundo Pecado Capital, para luego tener remordimientos de culpa que no se absuelven al confesarse con Don Báscula.

En este templo también hay lugar para Lucifer que amontona sobre su altar, escorpiones, gusanos y langostas, predilectos protagonistas de las más crueles plagas de Egipto, a la espera de ser llamadas para una exótica venganza culinaria.

Satán incita a degustar sus pecados a las mujeres enlutadas que a su paso niegan con la cabeza y se santiguan corriendo.

A la salida, cual catedral que se aprecie, aparecen los mendigos ciegos de la Suerte, que a cambio de unas limosnas, nos ofrecen una estampa de esperanza financiera.

Así es la Catedral de los Sentidos, así es nuestro Mercado Central.

Texto: Isabel  Balensiya

viernes, 15 de noviembre de 2013

EL “CHARLATÁN”


el charlatan años 40

Años 40 - Hasta avanzados los años cincuenta era frecuente observar en las calles unos corrillos de gente que se formaban en torno a la figura de quien era conocido como “el charlatán”. 

Vendedores ambulantes con una verborrea especial que ofrecían peines, crecepelos, relojes, carteras de bolsillo, navajas albaceteñas, maquinillas y hojas de afeitar y un extenso surtido de productos que gracias a la forma de ofertarlos los hacía apetecibles. Primero les marcaban un precio que iban bajando con su peculiar estilo: ¡Y este reloj chapado en oro que vale veinte duros, no será ni por diez duros, ni por cinco duros! ¡Os lo dejo por diez pesetas!, ¡diez pesetas!, pero además y de regalo un mechero con una bolsita añadida con cien piedras de mechero! ¡Todo por diez pesetas! ¿Quién quiere el lote? A la una, a las dos… 

¡Para Vd caballero que ha levantado la mano, todo por diez pesetas y además y también de regalo: una peineta para su señora!

Esta era la peculiar forma que actuaban los charlatanes que aparecían en las cercanías del Mercado Central, al igual que en los días de fiesta por las calles más concurridas. De todos ellos quien alcanzó fama nacional pues a lo largo de cincuenta años recorrió toda nuestra geografía, fue León Salvador, quien por su comercial y brillante oratoria se ganó el atributo de Don León Salvador, a quien vemos en esta foto de los años cuarenta con su señorial distinción.

jueves, 14 de noviembre de 2013

IGLESIA DE SAN ANDRÉS

Iglesia de San Andrés. 1932
Archivo de Rafael Solaz

1932 - La antigua Iglesia de San Andrés es una de las más antiguas de Valencia pues fue construida tras la Reconquista sobre una mezquita. A principio del siglo XVII y por decisión del Arzobispo Juan de Ribera fue reconstruida de nueva planta con su nueva fachada barroca de 1648.

Terminada la Guerra Civil y debido a su estado de deterioro estuvo a punto de ser demolida, siendo trasladada a la calle de Colón donde en la actualidad se ejerce el culto al Santo.

No obstante, inicialmente y con anterioridad a la construcción de éste nuevo templo, ejerció sus funciones como parroquia en un refugio antiaéreo que estaba situado bajo la Gran Via de Germanias. 

Parroquia San Andrés años 40

Sin embargo, al ser declarada en 1942 Monumento Histórico Artístico Nacional, se procedió a su restauración del antiguo templo pasando la propiedad de la Iglesia a la Orden de los Carmelitas Descalzos. Su vuelta al culto bajo la advocación de San Juan de la Cruz se puso en práctica en la anexa Capilla de la Comunión a mediados de los años cincuenta, por lo que la antigua Iglesia de San Andrés ha estado cerrada durante muchos años, abriendo sus puertas en ocasión de la exposición “La Gloria del Barroco” inaugurada en el año 2009. 

Vemos arriba el aspecto que ofrecía su portada principal en el año 1932 en la entonces plaza de San Andrés, pero que tras una importante remodelación urbana se abrió la calle Poeta Querol donde se puede observar la magnífica restauración acometida en su fachada.


En este fotoplano de 1944 se observa su ubicación temporal en la Gran Vía Germanías, una vez terminada la Guerra Civil hasta la construcción del nuevo templo en la calle Colón.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

EL LANDÓ

LANDO 1926

1926 – Su recuerdo, salvo su presencia en ocasión de algún evento decimonónico, nos sirve para rememorar nostálgicos fastos en especial en los días de bodas -aunque también prestaba su servicio para trasladar a las autoridades ante actos de especial relevancia- que por el número de caballos utilizados no dejaba duda de la elevada clase social a la que pertenecían los novios. Y aunque entró en desuso con el nuevo siglo ante la aparición del automóvil, que también era señal entonces de lujo y ostentación, el landó siguió utilizándose hasta avanzado el nuevo siglo. El cochero y el postillón lujosamente vestidos, así como el mayor número de caballos no dejaban duda alguna de la alcurnia de la feliz pareja, que una vez terminado el enlace matrimonial, era conducida hasta el lugar donde se iba a celebrar el ágape nupcial, no sin antes acudir al estudio fotográfico para perpetuar el día de la boda. Ante la Iglesia del Temple vemos con todo su esplendor un landó con seis enjaezados caballos posando ante el fotógrafo, dispuesto con su elegante colaboración a dar mayor suntuosidad a tan feliz jornada.

martes, 12 de noviembre de 2013

LA ESTACIÓN DEL NORTE

Estación del Norte. Años 20

Archivo de Rafael Solaz
Años 20 - A principio del siglo XX el Ayuntamiento de Valencia estaba situado en la antigua Casa de Enseñanza de la calle de la Sangre y con la pretensión de su ampliación y construcción de una nueva fachada recayente a la plaza Emilio Castelar y la sazón con el deseo de aumentar la superficie de la misma, fue de necesidad el traslado de la Estación del Norte, en ella situada, a un nuevo emplazamiento. Se decidió entonces su traslado junto a la Plaza de Toros, dejando en manos del arquitecto valenciano Demetrio Ribes su construcción quien prestaba sus servicios en la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Iniciada la obra en 1907, se inauguró en el año 1917, optando su creador por el estilo modernista de la época con la utilización del hierro y el recurso de la marquesina, incrustando en su fachada la simbología valenciana en base a su cerámica y agricultura, fundamentalmente, así como otras referencias alusivas tanto a la ciudad como la misma Compañía en su estrella de cinco puntas. El edificio central de la Estación del Norte por su belleza y emblema de la ciudad, está llamado a ser, con la construcción del futuro “parque central”, uno de los lugares predilectos como centro cultural. Y no sólo por su fachada, sino por la exquisitez de su interior en donde la cerámica vidriada, la madera y el cristal decoran en ricas alegorías las costumbres valencianas, tanto en el vestíbulo central, en sus taquillas, como en las salas anexas. Vemos en la foto de los años 20, cuando la motorización aún no se había adueñado de las calles, el tránsito de carros y tartanas sobre una calzada adoquinada. Al igual que el paso algo ligero de un trajeado caminante cuando el paso de peatones era inexistente.

lunes, 11 de noviembre de 2013

MONUMENTO A SALVADOR GINER

monumento a salvador giner 1921

1921 - El monumento al Maestro Giner corresponde a otra de las estatuas viajeras que hemos tenido en nuestra ciudad. En esta ocasión con cuatro emplazamientos hasta el actual de la Gran Vía Fernando el Católico en sitio próximo a la Sociedad Coral El Micalet, entidad musical fundada en 1893 de la que el maestro fue su primer director. 

Obra del escultor Vicente Navarro Romero, fue inaugurada en la Glorieta el 22 de mayo de 1921, pero debido a la reforma del jardín, en febrero de 1926 se decidió su traslado a la Alameda junto al kiosco de música cercano al puente del Mar. 
Colección Salvador Monmeneu. 1923 Ca.

Con la conversión del puente en peatonal, se dio ocasión a un nuevo traslado y en el año 1943 se ubicó en la plaza del Arzobispo donde estuvo situada hasta 1960, año que tras su ya último viaje ocupa el lugar definitivo, siendo embellecido el monumento en 1974 con una fuente a su alrededor. Nacido en el seno de una familia musical en la actual calle que lleva su nombre del popular barrio del Carmen, compuso obras populares, religiosas, zarzuelas y operas, siendo tal su fama que incorporado a la vida cortesana, recibió el encargo de componer una misa de Requiem para la reina María de las Mercedes. 

Vemos la foto de la Glorieta, en su primer lugar, donde la estatua sedente del maestro valenciano recibe un cariñoso homenaje.

domingo, 10 de noviembre de 2013

LA “TÓMBOLA DE D. MARCELINO”

Tómbola Valenciana de Caridad. Plaza de la Reina, 1953

1953 - El nombramiento como Arzobispo de Valencia de Don Marcelino Olaechea significó para la ciudad la puesta en marcha de una importante obra social con el fin de dotar de viviendas dignas a quienes ocupaban mediante chabolas el cauce del rio Turia. Decisión que tomó desde el primer momento que el prelado tuvo constancia de ello. Su primera medida a poco de su nombramiento fue crear el Banco de Nuestra Señora de los Desamparados sito en el Palacio Arzobispal. Fue éste el germen que dio vida a la Tómbola Valenciana de Caridad, inaugurada en 1948 en un rincón de la plaza de la Reina que fue creciendo en superficie sobre los solares que por los derribos se iban produciendo. Por la remodelación de la plaza, la Tómbola fue trasladada el 25 de febrero de 1956 a la plaza de la Virgen bajo cuya advocación estaba dedicada. La “Tómbola de D. Marcelino”, como popularmente fue conocida, tuvo una gran aceptación popular por la cantidad de premios que procuraba; de sus beneficios se lograron la construcción de unas 1.300 viviendas para las familias más necesitadas, la asistencia a más de 16.000 enfermos pobres, así como recaudar fondos para diversas obras sociales entre las que figuraban las de programar vacaciones en las Colonias de la Virgen y la entrega de ropas a once mil niños valencianos. 

Tómbola Valenciana de Caridad. Premio de una radio. 1953

Las fechas de funcionamiento de la Tómbola coincidían durante las fiestas falleras de Marzo y en las de la festividad de la Virgen. Estuvo funcionando hasta finales de los años sesenta. Un dato que nos indica su gran éxito es que cuando el 2 de Marzo de 1957, día de su inauguración, la recaudación alcanzada fue de 7.000.000 de ptas. y se sorteó un coche Renault. 

Vemos en las fotos el aspecto que ofrecía en 1953 la plaza de la Reina y la entrega a un agraciado de una máquina de coser y bordar.



Fotos de Rafael Solaz

sábado, 9 de noviembre de 2013

SAN MIGUEL Y DE LOS REYES

SAN MIGUEL Y DE LOS REYES ca 1970

Fuente – Biblioteca Valenciana

Ca 1970 - Su origen se remonta al siglo XI del que se conocen restos arquitectónicos de la que fue Alquería de Rascanya, así como otros posteriores que se correspondían al monasterio cisterciense de San Bernat de Rascanya entre 1383 y 1545. 

Como nuevo monasterio jerónimo y por expreso deseo del virrey de Valencia, el Duque de Calabria y de su esposa doña Germana de Foix, continuó con su actividad a partir de 1546 bajo la advocación de San Miguel, siendo sometido a una gran transformación figurando entre otras pretensiones la de que entre sus paredes se construyera el panteón familiar. Las obras fueron muy lentas, por lo que tuvieron que pasar dos largos siglos para su terminación. Uno de sus claustros fue construido en el XVI, iniciándose el segundo en el XVIII que se puede considerar como una obra inacabada, toda vez que jamás ha llegado a su feliz término. 

Entre una y otra centuria se construyó el templo que por su gran tamaño puede compararse al del Escorial, cuyo estilo herreriano se impregna en la construcción del monasterio. Tras la desamortización del XIX cumplió en un principio las funciones de asilo para convertirse pocos años después en centro penitenciario hasta mediados los años sesenta del pasado siglo. Año que pasó a propiedad de las instituciones valencianas dedicado a distintos fines. 

Finalmente y con el comienzo del nuevo siglo, alberga la sede de la Biblioteca Valenciana así como es de utilidad para exposiciones temporales. La foto nos muestra sus grandes dimensiones, así como su espectacular fachada de gran belleza arquitectónica.

viernes, 8 de noviembre de 2013

FÁBRICA “LA CERAMO”

la ceramo 1905_jose huguet
Fuente – José Huguet

1905 - La fábrica de cerámica fue construida en 1885 por su propietario Josep Ros Furió para la producción especializada de cerámica tradicional valenciana, y, particularmente, en la recuperación de las viejas técnicas artesanales, en ellas, la de los alfares musulmanes de reflejo metálico.

El edificio fue decorado a la manera oriental, incluyendo piezas ornamentales elaboradas en la propia fábrica. La portada, en arco de medio punto, se decoró con mocárabes, yeserías nazaríes, columnillas con motivos neoegipcios y dos torrecillas de traza gótica. En su composición se integró una placa con los nombres de la fábrica, la actividad y su propietario. Sobre ésta, simplificado, el escudo de la ciudad y otra placa con inscripción, al parecer, en árabe.

Sus instalaciones siguieron el modelo de casa-factoría de la primera industrialización valenciana donde se distinguieron dos zonas: la residencial o doméstica, donde se localizaban las viviendas de los propietarios, y la zona de producción. En el caso de “La Ceramo” esta última zona comprende las siguiente áreas: el patio, debajo del cual se localizaba la cisterna; las balsas para decantación y limpieza del barro; la nave de obrador-almacén-laboratorio; la nave de trasiego de piezas para su cocción y posterior selección; los hornos, tres para cocción normal y uno para reflejos metálicos, construidos en mampostería y ladrillo macizo; y la leñera, ubicada en la parte trasera, con acceso directo a la calle, y, mediante una escalera de caracol, a la cubierta de los hornos, lo que permitía la regulación manual del tiro de las chimeneas durante el proceso de cocción.

Tal fue la importancia de la fábrica que muchas de sus piezas decoran todavía hoy algunos edificios valencianos más emblemáticos del siglo pasado y principios de este, como la Estación del Norte, Mercado de Colón, Mercado Central y Ayuntamiento de Valencia. Piezas que fueron pintadas por las laboriosas de manos de muchas mujeres, como las que se ven en la imagen, que durante generaciones dieron color a esa cerámica, que caprichosa, no solo daba de vivir a esas mujeres e hijos, sino que también se cobraba vidas por la lamentable enfermedad de la silicosis.

Texto – Isabel Balensiya

Fuente - Área Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia

jueves, 7 de noviembre de 2013

FOTO DE FAMILIA

foto de Familia-Vuelta-del-Ruiseñor-Ca.-1900
Fuente – Rafael Solaz

Ca 1900 - Hubo un tiempo ya muy lejano que la familia valenciana de los arrabales compartía gran parte de su vida de puertas a fuera de su vivienda. Cuando era frecuente observar las entradas entreabiertas que al mismo tiempo dejaban ver una cortina que procuraba cierta intimidad.

Por las noches y sobre todo en las de caluroso estío, las cenas “a la fresca” y entre vecinos, era lo más normal, incluso en los barrios intramuros de humilde condición que compartían la velada entre fiambreras de pisto, tortillas de patatas junto a botas de vino y el “meló d’alger” o el “de tot el any”. 

Y si la calle servía para la confraternidad vecinal, igual era útil para la ocasión de una foto que dejara para la posteridad el testimonio de un posado de la familia entera, cuando el uso de la cámara fotográfica estaba limitado a la más pudiente clase social. 

En esta foto de principio del siglo XX y en la Vuelta del Ruiseñor, vemos a una familia entera que entre macetones y bajo un árbol, abuelos, padres y nieto posan ante un fotógrafo como recuerdo de un día que por alguna razón justificada optaron a su perpetuación.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

EL GASÓGENO

gasogeno 1941

1941 - El gasógeno se hizo popular en España en vehículos, tanto en coches, camiones o autobuses, al principio de los años 40 y duró por lo menos toda esa década, cuando habiendo una importante escasez de combustible derivado del petróleo, se impuso en los vehículos éste aparato. 

El gasógeno ya fue inventado en el siglo XIX; consistía en un quemador de materias combustibles, como madera, carbón vegetal, cáscaras de almendras o serrín. Esta combustión al realizarse con escasez de oxigeno, emana un gas inflamable, el venenoso monóxido de carbono, que al introducirse en el motor de los vehículos, explota produciendo energía. 

El gas producido por éste aparato no fue el elemento primario para mover el vehículo, lo continuó siendo la gasolina, ya que la puesta en marcha del motor se hacía con la misma, y el conductor, cuando lo creía conveniente, y ya con el motor en marcha, cerraba, mediante una llave que llevaba junto a él, el paso de gasolina y abría otra llave que daba paso al gas procedente del gasógeno. 

Era sumamente engorroso el encender y mantener esta especie de horno portante, que pesaba bastante y afeaba el vehículo; tenía poca potencia, pero fue una solución que muchos conductores instalaron para solucionar la escasez de gasolina. 

Aparte de los expuesto, era peligroso el interior del vehículo por posibles emanaciones de este venenoso gas. 

Texto – Germán Gómez

martes, 5 de noviembre de 2013

EXPOSICIÓN REGIONAL DE 1909

Exposición Regional Valenciana_vista parcial. 1909

Fuente – Rafael Solaz 

1909 - El alma mater de la Exposición Regional de 1909 fue Don Tomás Trenor Palavicino quien desde su puesto de Presidente del Ateneo Mercantil supo aunar a la sociedad civil y política del momento para conseguir su empeño. Un año antes había sido nombrado en su nuevo cargo con el anuncio de llevar a cabo su propósito lo más rápido posible, por lo que desde el primer instante puso a calentar sus “motores”. 

Fue un 22 de mayo de 1909 cuando se inauguró en nuestra ciudad con la asistencia de Alfonso XIII y Antonio Maura como Presidente del Gobierno, un evento que se puede considerar como el de un antes y un después, tanto en cuanto significó para el “cap i casal” un paso de gigante hacia la modernidad por la repercusión que tuvo en la Valencia entera. 

La Exposición en la que figuraban cinco artísticas fuentes estaba formada por diversos pabellones entre los que destacaban el de Agricultura, el Teatro-Circo, el Palacio Municipal, el Pabellón de la Diputación, el de los Reales Patrimonios, el Asilo de la Lactancia, la Fuente Luminosa, así como la participación de empresas de la región valenciana con sus puestos expositores. Y todo ello en un ambiente festivo con exhibiciones deportivas, algunas de ellas celebradas como novedad, ante un público tan entusiasmado como asombrado por la repleta agenda de actos que se ofrecía. 

La Exposición Regional también tuvo su himno con música del maestro Serrano y letra de Maximiliano Thous que pocos años más tarde se convertiría en el de nuestra Región. 

Vemos en la foto una vista parcial de la misma en la que entre otras destaca a la derecha la atracción de Los Urales, en la que a través de un largo y circular recorrido y sobre una vagoneta, se deslizaban los más osados visitantes hasta finalizar su trayecto en un estanque al efecto.

lunes, 4 de noviembre de 2013

LA MAQUINISTA VALENCIANA

la maquinista valenciana_estatua rey don jaime 1891

1891 - El proceso de obras y mejora urbanas de Valencia del siglo XIX, tanto referido a obras públicas como al desarrollo de las reedificaciones y a la multiplicación de las construcciones nuevas, contribuyó también a incrementar los pedidos de cierto tipo de productos propios de la industria metalúrgica. La industria del metal arranca con la cerrajería, manteniendo su carácter artesanal a principios de siglo y no perdiéndose a lo largo de la centuria. Ya que este sector carecía de una tradición previa y comienza a configurarse a partir de la década de los cuarenta. 

Y es a partir de 1849 cuando esta fundición conocida como la Primitiva Valenciana, amplia el capital y los socios capitalistas: Valero Cases como director técnico y Cleofás Cano como contable. Entre 1850 y 1860 el progreso de la empresa fue espectacular, hasta el punto que hubo que ir contratando más especialistas en fundición para poder atender el incremento del negocio. En septiembre de 1870 Valero Cases se convirtió en el único propietario; es el momento en que contrata a Francisco Climent como director técnico y a Miguel Alcalá como administrador–contable. Estos dos a la muerte del propietario de la Primitiva Valenciana en 1879 intentan crear una sociedad con la viuda de Cases. No obstante tal sociedad no llegó a cuajar, y en 1880 se creó una nueva Climent-Alcalá y con un nuevo nombre para la fábrica: La Maquinista Valenciana.

En 1884 esta empresa realizaría la primera locomotora de vapor fabricada totalmente en España.Y en 1889 la sociedad se disolvió y Francisco Climent se quedó como único propietario de los talleres. La Maquinista Valenciana fue famosa por las maquinas a vapor sistema Corliss, tipo Wheenock y Wanniek. También se especializó en la construcción de todo tipo de maquinaria para la industria del tabaco, utilizando el modelo patentado de esta empresa “DuplexCliment” que fabricaba cigarrillos mecánicamente con picadura al cuadrado; igualmente destacó en la construcción de puentes y obras artísticas como las estatuas del rey Jaime I, en Valencia y en Castellón. Así mismo esta empresa familiar no sólo trató de reflejar aspectos como lo público y lo económico, sino también relaciones sociales y políticas como pudo ser la visita del rey Alfonso XIII a la Maquinista Valenciana en el año 1905.

De su fundición, tal y como vemos en la foto, salió la estatua de Jaime I hacia el Parterre para su inauguración en el año 1891 realizada por Agapito Vallmitjana.

Texto: Isabel Balensiya

domingo, 3 de noviembre de 2013

LA VIEJA FACULTAD DE MEDICINA

Facultad de Medicina. Ca. 1930

Fuente – Rafael Solaz

Ca. 1930 - La Facultad de Medicina de Valencia en 1866 estaba ubicada en diferentes edificios anexos al Hospital General, siendo su decano D. José Romagosa Gotzéns. Para su conveniente unificación y bajo el mandato como Rector de la Universidad de D. Eduardo Pérez Pujol, se proyectó por el arquitecto Sebastián Monleón en 1875 un nuevo edificio recayente a la calle Guillem de Castro, siendo su continuador a su muerte Antonio Martorell, quien diseñó su portada finalizando la obra en 1887. 

Portada que aún existe en el mismo emplazamiento y en la actualidad zona ajardinada, como su único vestigio, cuyo derribo se produjo en los años setenta cuando con anterioridad ya había sido trasladada su sede en 1949 a las nuevas instalaciones de la Avda. Blasco Ibañez. 

Por su antiguo edificio había ejercido su docencia el insigne médico D. Santiago Ramón y Cajal, Premio Nobel de Medicina, al igual que los catedráticos D. Manuel Candela Pla, D. Adolfo Gil y Morte, D. Julián López-Chavarri, D. Eduardo Boscá, D. Vicente Peset Cervera, D. Juan Peset Aleixandre, D. Juan Campos Filloll, entre otros muchos más de reconocido prestigio. 

Vemos en la fotografía en torno a 1930 el aspecto que ofrecía la vieja facultad cuya vida superó los sesenta años.

sábado, 2 de noviembre de 2013

ESCOLAPIO, ¡VIEJO CASERÓN!


Escolapio_viejo caserón 1955

1955 - Solitaria mañana de un día cualquiera, la calle de Carniceros ante mis ojos, quiero entrar en el túnel del tiempo y verlo todo en blanco y negro, como en las viejas películas. 

Avanzo por la recta calle y en la calle de Villena me detengo, una anciana de negras prendas, catre en ristre y titubeantes pasos, se adentra en la Iglesia. Empieza la visión, deseo oír y ver, si puede ser en escorzo, al ¡Viejo caserón!, como veía el gran John Ford a su Séptimo de Caballería; ya pasé por la papelería y el horno, la droguería y la pastelería, y el cine, y algunas carnicerías que daban nombre a la calle y la “paraeta”, y… ¡Ya te veo caserón, ya te oigo! 

Circulan los niños por la calle, abrigados con gruesos gabanes y peludas bufandas, algunos con blanquecinos comandos y pantalones bombachos, estos los más mayores, llenas hasta los topes las carteras de cuero con asa y metálicos cierres, y en la otra mano, enrollado en hoja de papel de un engrasado periódico, el almuerzo; casi adivino cada uno de ellos, habas con longaniza, tal vez una tortilla a la francesa o de patatas, o unas lonchas de chorizo, posiblemente sobrante de la cena anterior, ¡Viejo caserón! Ya te veo. 

Larga y alta mole de ventanas. Los niños empiezan a entrar en tu interior; los porteros miran a los niños, y piensan cómo dentro de un rato, su limpio patio y claustro dejará de serlo; dejo atrás tu alargado cine y tú sala de visitas. El Vilatela sale y entra en la Secretaría, siempre con papeles y libretas de notas, el padre Blay, como Rector que es, al fondo, viendo entrar a sus pupilos, con las manos metidas en su ancho y negro cíngulo; sale el padre Cervantes, se va a Escolapias a decir misa; en el ángulo opuesto, Navarro, el eterno monaguillo, preparando y encendiendo los negros carbones para el incensario de la inmediata Misa, la fuente, muda, seca y expectante hasta la hora del recreo. Izado de bandera, el reloj y la campana acompasando el tiempo, como decía el gran Rubén Darío, “que el paso acompasan con ritmos...” ¡Viejo caserón!, en otros tiempos fuiste bodega, poca gente se acuerda ya. Por tu trasera puerta, por la desaparecida calle Colomer, despachabas los tintos que en Godelleta, en tu Masía del Pilar, elaborabas, y de tus propias vides, hasta alguna vaca allí había. 

Se amontonan los pensamientos, no puedo cronológicamente ordenarlos, pero ¡Qué más da! Tiempo de restricciones, te instalaron un viejo y ruidoso motor para producir electricidad. 

Aparece en mi escena el Padre Benlloch, repeinado, con mirada de águila, que lo contempla todo y todo lo controla. Entra por la puerta el bueno de D. Luis y D. Vicente. En un flash, la gente baja y sube ordenada a la diaria misa. Ya se oyen los ruidos de las primeras clases, el murmullo de la ciencia se oye. Oigo y “veo” al Morote explicando cómo trescientos se enfrentaron a miles en las Termópilas, las enredadas guerras Médicas, o cómo la guerra de los Treinta Años no terminaba nunca. El Castaño, con su sonora y clara voz, emitía al aire la larga y cacofónica fórmula de Herón que sonaba a desfile militar. El Amérigo, explicando en su clase de dibujo artístico que estaba prohibido cuadricular el papel, cosa que nadie hacía caso, de otra manera, no había forma de dibujar al David de Miguel Angel. Oigo la fuerte voz del Padre Sala ordenando las palabras de latín y sus Guerras de las Galias, y Catilina, que nunca supimos si era hombre o mujer. El Benlloch, con sus clases de Mineralogía y sus coaxiales planos monoclínicos, que raro suena todo, o explicándonos las partes de un asqueroso gusano. Oigo al pequeño y saltarín Padre Faustino. Al siempre elegante Alabau, con sus demostraciones geométricas de las Hipótesis y las Tesis. ¡Tantas cosas!, ¡tanta música científica! La fina voz de D. Santiago Rodríguez, gran pintor y que fuera director de la escuela de Bellas Artes, con sus retóricas frases, siempre en reflexiva composición. Recuerdo que le preguntaban a un erudito, qué era el saber, y éste contestó: -es aquello que recuerdas, luego de haber olvidado todo lo demás-. 

¡Viejo caserón! Se oyen los sonidos de las letanías provenientes de tu redonda Iglesia. 

En lo alto, tu amplia y alta cúpula de azules tejas, que hace baja tu anexa torre. Suena el armonium de tu Iglesia que el Sr. Canales toca, y en el aire, envueltos todos por el oloroso incienso, suena ese: 

“Al Santo de los niños
al Padre de la infancia
  al que naciendo grande
   para crecer se humilla… 

Sería esto la historia interminable, de un sinfín de recuerdos, ¡Viejo caserón!, pero siempre nos quedará tu “Ad maius pietatis incrementum”. 

Texto - Germán Gómez.


viernes, 1 de noviembre de 2013

LA PARTIDA DE DOMINÓ

partida de domino - 1920

Colección Díaz Prósper 

1920 - La amigable costumbre de pasar un rato agradable sentado en una mesa para disputar una partida aparcando las labores del campo o de quienes ya por su avanzada edad las ha abandonado, de siempre, ha ocupado unas horas del día para dejar por un instante los habituales hábitos a los que nos vemos obligados. O bien, cuando ya libres de nuestras profesiones la ocasión para reunirse es un acicate, para al menos por unas horas, conseguir que el tiempo pase tan veloz como distraído. Actualmente los hogares de los pensionistas o la taberna del barrio cumplen con eficacia estos deseos. No era así antaño para la gentes más humildes que procuraban la misma distracción aunque ocupando otros lugares, como es el caso que observamos en esta fotografía de los años veinte que bien pudiera ser el de un corral familiar donde se celebra una partida de dominó, en la que no faltan espectadores sentados en sillas de enea con sus faces tranquilas, al igual que vemos en algunos cómo alargan las puntas de sus cigarrillos para su mejor rédito. Ausente a la partida y a la derecha, apoyándose en su bastón, uno de los amigos tendrá en su mente alguna que otra meditación distante al transcurso del juego, mientras el resto fijan su mirada para ver cómo el seis doble es ahogado por la estrategia del juego. Completa el lugar la fresquera y el banco de la cocina del hogareño lugar.