sábado, 27 de julio de 2024

BICICLETAS RAFAEL ABAD

1927. Dinamismo comercial expresado en el llibret de la Falla Dr. Sanchis Bergón.- Hemeroteca Municipal.

Uno de los más emblemáticos comercios valencianos es Bicicletas Rafael Abad en el número 5 de la calle Purísima, en el centro histórico de Valencia. Además, es el más antiguo de bicicletas de España.

Fachada en los años cincuenta.- Archivo Familia.

Variados tipos de bicicletas por doquier y repuestos en un establecimiento fundado en 1922 en su actual ubicación con la razón social Rafael Abad Pérez, publicitándose en llibrets de fallas, incluso de demarcaciones lejanas, especificando su presteza y baratura de servicios.

Los clientes son atendidos por los hermanos Martín y María Ángeles Abad Prieto, la tercera generación, mientras que su también hermana Amparo dirige la sucursal-taller con amplia exposición en el número 16 de la calle Lorca.

Martín y María Ángeles en la tienda de la calle Purísima.- 2024.-Esteban Gonzalo

Historia familiar de más de un siglo que comenzó cuando Rafael Abad Pérez se trasladó de su Teruel natal y entró a trabajar en un ultramarinos de la calle la Paz, donde incluso dormía, para ahorrar lo suficiente para independizarse.

Cuando tuvo los suficientes conocimientos y dinero montó su propio ultramarinos al lado del Mercado Central, hasta que en el año 1922 se estableció definitivamente en la calle Tundidores, esquina con Purísima, para vender y reparar bicicletas, pero también radios, fonógrafos y máquinas de coser, ya que la pobre economía de la mayoría de los habitantes no permitía vivir con el negocio de las dos ruedas, de utilización principalmente por gente obrera.

Amparo atendiendo a un cliente al final de la exposición de bicis en la calle Lorca.- 2024.- Esteban Gonzalo

Poco a poco el mundo de la bicicleta fue creciendo y desde el año 1960 están centrados en esos vehículos de dos ruedas, de todos los tipos, desde una sencilla de piñón fijo hasta las eléctricas a partir de los años noventa, y, además, las plegables desde los ochenta para facilitar su admisión en transportes públicos.

El fundador sólo tuvo un hijo, pero cinco nietos, los habidos entre su hijo Rafael Abad Cosme y su esposa Rosa Prieto Castillo. Además de quienes atienden las dos tiendas, Rafael y Arantxa que tienen otras actividades laborales aunque forman parte de la empresa actual.

Martín reparando un cambio de marchas.- 2024.- Esteban Gonzalo

Me dice Martín que su abuelo era muy espabilado, ya que para dar sensación de mucha oferta en el ultramarinos también tenía colgados jamones de madera, lo que le obligaba estar atento para reponer existencias.

Fachada actual a la calle Purísima.- 2024.- Esteban Gonzalo

Una idea del abuelo para facilitar el acceso a los clientes es actualmente motivo de la visita de arquitectos para admirar los 45 metros cuadrados del pavimento de mosaico Nolla, posiblemente ejemplar único y en magnífico estado de conservación. Fue colocado cuando subieron el nivel del pavimento del local hasta la nueva entrada por la calle Purísima para evitar la existencia de escalones.

Fachada en la calle Lorca.- 2024.- Esteban Gonzalo

Superaron la gran depresión, una guerra, vivieron la dura posguerra, las riadas de 1957, incluso la época donde la bicicleta perdió adeptos en pleno auge de la motorización con velomotores. Tienda siempre abierta los días laborales, excepto un mes en el año 2014 para realizar urgentes reformas en el techo.

Pavimento Nolla.- 2024.- Esteban Gonzalo

Hubo hasta once trabajadores repartidos entre la tienda central y tres sucursales, mientras que ahora solamente los tres hermanos y varios empleados para los establecimientos de las calles Purísima y Lorca, ya que fueron cerrados los de Castellón y Gandía.

Y ahora que están en auge tras un largo desierto, han surgido por doquier las bikes shop, frente a las cuales esta tienda legendaria sobrevive por su cercanía a los clientes, variedad de modelos, y existencia de repuestos para reparar cualquier contingencia, circunstancia por la que son famosos.

Y como hay que estar al día, tienen tienda on line.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

jueves, 25 de julio de 2024

VALENCIA. CIUDAD DE TRANVÍAS

  

Autor desconocido

La curiosidad de la fotografía de la década de los cuarenta radica en la observación a los pies de las torres de Quart de la presencia de varios tranvías.

En una década en la que aún no se había completado la restauración de las torres, que ya habían abandonado su condición de cárcel. La ausencia de almenas arriba que serían colocadas en el año 1952, nos es de utilidad para datar, más o menos, la fecha de cualquier otra foto antigua de las torres de Quart.

Vemos hasta cuatro tranvías y el del fondo a la derecha en su tránsito por la plaza de Santa Úrsula en un trayecto que comunicaba el barrio de Ruzafa con el Matadero Municipal, y en ambas direcciones pasaba bajo las torres.

Vemos el 5, el de la “ronda de circulación” y otros dos que transitaban por la calle Murillo esperando su turno de entrada o de salida.

La circulación, por lo que vemos, se limitaba a los tranvías con la ausencia de coches, cuando los pasos de peatones servían de poco, pues los pocos paseantes que observamos caminaban a su aire.

Todo ello nos hace pensar que el guardia urbano debía de tener muy poco trabajo, aunque su principal misión era estar al tanto de la calle Borrull de la que salían el 21 de Torrente y el 22 de Manises. También aparecían por la misma calle el 7 y el 10, que por Guillen de Castro enfilaban hacia la calle Murillo.

Una foto lejana muy lejana en el tiempo, cuando los patinetes y los carriles para bicis eran impensables en los proyectos municipales.

martes, 23 de julio de 2024

LA PRIMERA DEL MERCADO CENTRAL

 

Ya se han podido ver imágenes de este histórico edificio, pero esta fotografía tiene una connotación especial, la reciente construcción.

La Llotgeta de la fotografía debió ser del año en que se acabó y se inauguró. Siendo la primera pieza de todo el conjunto que iba a formar el Mercado Central, sirviendo como Oficina Municipal de Administración de Mercados, y albergó la vivienda y dependencias del administrador gerente.

Todo el conjunto del Mercado Central comenzó en 1914 y acabó en 1928, siendo este anexo el primero.

La descripción del edificio no tiene lugar en esta entrada, puesto que está ya en otras del blog. Me limito a decir lo que se ve en el momento de la fotografía y lo que no se ve.

Casi la totalidad la ocupa este edificio, dejando ver tras él la acelerada construcción del gran Mercado Central, carente todavía de las bóvedas y sus correspondientes y curiosas veletas, la “Cotorra” y el “Pescado”. Aquí la única que podía alternar con la veleta del dragón de la Llotgeta, y que no se ve, porque la tapa, era el “Pardal de Sant Joan” de la iglesia de los Santos Juanes, aunque sí que se ve la torre recayente a la fachada trasera de la iglesia.

En la entrada de medio punto recién estrenada aparece un pequeño grupo de personas, y todavía quedan los puestos de venta del Mercado Nuevo en la Plaza del Mercado, protegiendo los productos de venta con entoldados, pasando por delante de la lonja de los mercaderes que se aprecia a la derecha.

Cabe también resaltar que todavía no se había instalado la bonita valla que después rodearía el edificio.

A tenor de lo que se ve por la zona izquierda poco quedaba ya para que todo el conjunto del gran mercado estuviera a punto.

Texto de Amparo Zalve

domingo, 21 de julio de 2024

PAZ - COMEDIAS

 MIRANDO HACIA ARRIBA

Me da la impresión de que es el cruce de calles de València en el que más amontonadas tenemos las opciones de mirar hacia arriba, pues podemos hacerlo en varias direcciones. Veamos.

Nos ponemos en el centro del cruce y si miramos hacia el oeste tenemos en el centro de la calle de la Paz la vista de la alejada e histórica Torre de Santa Catalina. Apreciamos su altura, se ve alguna campana y parece el cierre final de la calle de la Paz.

Campanario de Santa Catalina. Foto E. Goñi febrero 2023.

Si ahora giramos hacia el norte, calle Comedias, nos encontramos cara a otro campanario, el de la Iglesia de Santo Tomás y San Felipe Neri, situado en la muy cercana plaza de San Vicente Ferrer.

Campanario de Santo Tomás. Foto E. Goñi noviembre 2022.

Pero si retrocedemos un poco en la calle de Las Comedias y seguimos mirando hacia Santo Tomás nos encontramos con esta perspectiva, que nos ofrece hacia arriba la vista de un par de atractivos edificios que forman una esquina cada uno y ambos son muy de principios del pasado siglo XX.

Esquinas Paz - Comedias. Foto E. Goñi noviembre 2022.

Mirando hacia la derecha nos encontramos con una curva que mirando hacia arriba nos muestra sucesivamente un amplio mirador, un decorado balcón de piedra, cubierto por un sencillo balcón con barandilla de hierro, a su vez cubierto por un falso templete coronado que soporta una hermosa cúpula. Este es el resumen de la esquina que se corresponde con la llamada finca Gómez II, construida en 1905.

Edificio Gómez II o Sagnier II. Paz 21. Foto E. Goñi, noviembre 2022.

Y si miramos a la izquierda nos encontramos con el edificio Sancho, situado en Paz 19, construido en 1901, del que creo que su parte más característica y admirada es el estilizado mirador de planta poligonal que forma la esquina, aparentemente apoyado en el entresuelo, y con un bello acabado de casa de la bruja de cuento infantil en su parte superior.

Edificio Sancho, Paz 19. Foto E. Goñi, noviembre 2022

Para disfrutarlo no hay más que acudir a la céntrica calle de la Paz paseando o en bici y disfrutar mirando hacia arriba.

Texto de Enrique Goñi Igual

viernes, 19 de julio de 2024

EL CENTENARIO FORN DE TONI

Años treinta.- La calle Castellón y en el centro la de Segorbe.- Archivo Ana María Ferrín.

En el número 4 de la calle Segorbe está el Forn de Toni atendiendo a clientes y visitantes de una zona ahora céntrica con viales y edificios construidos tras el traslado, en el segundo decenio del siglo veinte, de las instalaciones ferroviarios de la Compañía del Norte, sucesora aquí de la Almansa-Valencia-Tarragona (AVT), popularmente el Ferrocarril de Campo. Depósito de locomotoras, talleres y otras instalaciones desde donde están las actuales calles Alicante, Castellón, Alcoy, General San Martín y Segorbe, hasta más de doscientos metros hacia el sur.

Luis Montoya y un empleado en el obrador.- 2024.- Esteban Gonzalo

En la página web horno-pastelería inaugurado en 1923, el mismo año que construyeron el edificio, que según los llibrets de la Falla Castellón-Segorbe y adyacentes: en 1945 lo gestionaba Francisco Lozano Martínez con instalaciones en las calles Segorbe nº 2 y Castellón 12, en 1973 Ricardo Mossi Mossi ya en nuevo local en Segorbe nº 4, donde continua, en 1985 lo compró Antonio Domenech y su mujer Cristina, bautizándolo como Forn de Toni, y en el 2014 se lo quedó Luis Montoya Martínez, quien tras asumir el legado de Toni ha aumentado la oferta con nuevos logros en panadería y pastelería, que prepara en el obrador con la ayuda de varios empleados. Un paraíso panadero: con harinas antiguas y casi olvidadas como pequeña espelta, quinoa, arroz integral, pan de fermento de manzana sin levadura de cerveza, kamut ecológico con carácter, centeno, sarraceno, de autor, de la sierra Mariola, de queso, gallego, baguette de Segorbe, de los aztecas, abadías,,….. Asimismo, nuevos productos para organismos frágiles e intolerantes, y especializados en sin gluten, así como contra alergias e intolerancias.

Fachada actual en Segorbe 4.- 2024.- Esteban Gonzalo

También deliciosas tartas, ensaimadas de sobrasada, pepitos, magdalenas de castañas, coquitos, arnadí,…….

Es el primer horno artesano tradicional con sello ecológico de la ciudad de Valencia y único con sello oficial europeo otorgado y regulado por el Consejo de Agricultura Ecológica de la Comunidad Valenciana.

Panes variados.- 2024.- Esteban Gonzalo

Luis Montoya Martínez, de abuelo y padres panaderos en Albacete, ciudad en la que impartió clases en la Escuela de Panadería, Bollería y Confitería. Después una larga etapa en Francia y desde el 2014 en el horno tipo familiar que rezuma calidad.

Tartas, empanadillas y panes.- 2024.- Esteban Gonzalo

Variadas cocas y empanadas.- 2024.- Esteban Gonzalo

La particularidad estriba en que los edificios de Segorbe 4 y Castellón 12 fueron dados como terminados en el catastro en 1925 y 1928 respectivamente.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

miércoles, 17 de julio de 2024

LA PLAZA VILLARRASA

 

Foto de autor desconocido - 1887 

Este es el aspecto que presentaba la plaza Villarrasa en un día de fiestas falleras de 1887 cuando “correr la traca” era uno de los  momentos más esperados, en la que se observa a la derecha el Palacio de los Condes de Nieulant (desaparecido) y a la izquierda el Grand Hotel de Roma, en la zona en la que en la actualidad se ubica el Hotel Inglés. 


La apertura en los años sesenta de la calle Poeta Querol en línea recta con la calle del Marqués de Dos Aguas que nacía en la calle de la Paz, supuso en su trazado directo lla desaparición de las plazas Mirasol y San Andrés, al igual que la calle Maria de Molina.


También denominada como correr la pólvora era como un ritual dentro del programa fallero, cuyo recuerdo nos queda en archivos y hemerotecas, con alguna que otra foto que nos informan de la aceptación popular, tal y como se observa en la foto de la desaparecida plaza de Villarrasa repleta de gente de toda clase y condición, de lo que nos informa las gorras y sombreros de todos los presentes.

lunes, 15 de julio de 2024

EL GAS CIUDAD


Fotografía de diario de la época que muestra la primera fábrica de gas a finales del siglo XIX en el Llano del Remedio frente a la Fábrica de Tabacos

Cuando el sol se ocultaba, la ciudad se quedaba a oscuras, la gente desaparecía de las calles para refugiarse en las casas, ya puede uno imaginarse una ciudad a oscuras de cada esquina, de cada rincón, de cada barrio... Pocos quedaban deambulantes por la penumbra acompañando los pasos del Sereno o de los faroleros que iban encendiendo los más tres mil faroles de aceite que llegaron a haber en las calles de Valencia, aunque también hay que decir que sólo los había en las barriadas más elitistas, por lo que el resto de la ciudad quedaba a oscuras.

Llegada la década de los cuarenta del siglo XIX, dos empresarios franceses llegan a Valencia y crean la empresa Lebón, fabricación de gas mediante un producto más barato que el aceite, la hulla. El lugar elegido era el Llano del Remedio. Esto ocurrió en 1844, con horno de fuego directo, tres retortas en un horno, y en otro cinco. Para entenderlo hay que comprender que son las retortas y como se podía obtener el gas. Había que someter el carbón de hulla a altas temperaturas en unos recipientes llamados retortas, que se encontraban dentro de los hornos. Para la retorta hulla de calidad por un eficiente gas y para el horno el coque, que era un residuo de la destilación de la hulla. Al acabar este proceso el gas se depuraba.


 Imagen de postal publicitaria

Al tiempo, el alcalde de la ciudad, José Campo, adquirió la fábrica, y es cuando el alumbrado llegó a todos los barrios de la ciudad.

Unos cambios en la urbe dieron motivos para que a finales de siglo XIX la fábrica que ya se había quedado obsoleta, unido a que el ensanche de la ciudad ya se tenía que producir, esta desapareció de tal ubicación y la empresa se trasladó de lugar. Se optó porque la mejor zona era la más cercana al puerto ya que la hulla y el coque llegaban embarcados, por lo que el sitio idóneo fue entre el Camí Fondo del Grau y el Camí Vell.


Postal publicitaria que muestra las instalaciones de la fábrica de gas en el Camino Viejo del Grao

Y ahí quedó hasta finales de los años ochenta del pasado siglo, abasteciendo de energía a toda la ciudad.

Texto de Amparo Zalve

sábado, 13 de julio de 2024

CALLE DE LA PAZ

MIRANDO HACIA ARRIBA

Al final de la calle de la Paz justo en la esquina de los pares con la plaza de Alfonso el Magnánimo tenemos el edificio Bolinches, de principios del siglo pasado, caracterizado por su estilo francés y la cerámica verde de su fachada, que en su parte superior, sobre el amplio mirador angular alberga algo que no es ni un templete ni una cúpula, se trata simplemente de un adorno metálico, algo que corona la finca. Podemos verlo claramente en una postal de alrededor de 1910, en la que apreciamos una larga antena vertical.

Edificio Bolinches. Postal de época, ca. 1910

Cuando le hice la primera foto en 2019 estaba el edificio en obras de rehabilitación y la guardé esperando novedades al fin de la obra.

Edificio Bolinches, adorno. Foto E. Goñi, febrero 2019.

Pasaron los años y hasta finales del pasado 2023 no se acabó la rehabilitación, aunque la Oficina de Turismo de Valencia situada en la planta baja se mantuvo abierta durante toda la larga obra.

Edificio Bolinches, aspecto general. Foto E. Goñi, noviembre 2023.

Sin novedad en el adorno metálico que ha sido repintado de blanco y sigue aportando la nota que siempre ha caracterizado a esa esquina, aunque la larga antena vertical de sus inicios ha sido muy recortada en su altura.

Vista actual del adorno. Foto E. Goñi, noviembre 2023.

Para su visita un paseíto hasta la Glorieta y ya lo vemos. O como siempre recomiendo una vuelta con la bici.

Texto Enrique Goñi Igual

jueves, 11 de julio de 2024

HELADERÍAS LLINARES

Sebastián Llinares Seva y Delfina Colomina Colomina con su hijo Sebastián.- Xixona 1912.- Archivo Familia

Ocho heladerías en Valencia y cercanos municipios tuvieron su comienzo en 1930 cuando Sebastián Llinares Seva se marchó con sus hijos Sebastián y José desde su Xixona natal a Córdoba para vender helados.

Todas las mañanas, después de elaborar los helados y los refrescos, los cargaban en carros y recorrían las calles de esta bonita ciudad para venderlos.

Sebastián Llinares Colomina. Córdoba . Sobre 1930. Archivo Familia

La guerra 1936-1939 truncó la aventura empresarial, ya que decidieron volver a Xixona y tuvieron que esperar hasta el año 1940 para que su hijo Sebastián Llinares Colomina montara una heladería en Segorbe con su hermano Luis, su esposa Elisa y su tía María Llinares Seva. También acudían a la estación del ferrocarril y con frecuencia recorrían importantes distancias con los carros hasta Altura, Jérica. Navajas y otros municipios del Alto Palancia para llevarles sus helados.

Sebastián Llinares Cantó y Yolanda Sirvent Orts.- Valencia.- 2017.- Archivo Familia

Larga historia familiar pasando de padres a hijos y en continua expansión empresarial que se aceleró tras la boda en 1963 del nieto del fundador de la saga, Sebastián Llinares Mira, con Palmira Cantó Picó, de familia de famosos turroneros.

En 1970 heladería en Paiporta, en 1976 en la playa de Las Palmeras, en 1982 la primera en Valencia, cuya continuadora desde el 2001 es la de la plaza de la Reina, y la segunda el año siguiente en la avenida Archiduque Carlos número 17.

Félix Llinares Cantó y Catalina Ramal López.- El Perelló.- Años 1980.- Archivo Familia

Sus hijos Sebastián y Félix Llinares Cantó se repartieron la gestión de los negocios y junto con sus esposas Yolanda Sirvent Orts y Catalina Ramal López, iniciaron a partir de 1990 una cooperación investigadora para innovar con nuevas técnicas heladeras, y elaboraron los primeros helados gastronómicos: gazpacho andaluz, tortilla española, fabada asturiana, salmón ahumado, aceite de oliva, cerveza, cazalla y un largo etcétera.

Y como reconocimiento comenzaron a recibir galardones: en 1995 primer premio en el XV Concurso Internacional de helado artesano, que también consiguieron en los años 2001 y 2003, y en el 2006 récord Guinness formando parte del equipo que lo obtuvo por 365 sabores de helado, uno por cada día del año.

Tania Llinares Sirvent y Francesc Bernabeu Galiana.-2017.- Valencia.- Archivo Familia

En el 2007 formaron parte del equipo de quesos y continuaron, hasta ahora, con larga estela de reconocimientos, siendo destacado el protagonismo del año 2016 cuando fueron proclamados Subcampeones del Mundo de Heladería, con fotografías de los protagonistas colocadas en la fachada de la heladería de la plaza de la Reina.

El gran ímpetu comercial, acrecentado con franquicias, les obligó a ir aumentando la capacidad de los obradores, con el de Paiporta desde el año 2013, del que es responsable Félix Llinares Ramal.

Y llegaron los continuadores: en el 2016 Félix Llinares Ramal, hijo de Félix y Catalina, se casó con Paulina Guzmán Flores y comenzaron a gestionar los establecimientos de Les Palmeres y El Perelló, y el año siguiente Tania, hija de Sebastián Llinares Cantó y de Yolanda Sirvent Orts, se casó con Francesc Bernabeu Galiana y se dedicaron a las heladerías de Valencia.

Félix Llinares Ramal y Paulina Guzmán Flores con su hijo Félix.- Archivo Familia

Larga historia familiar, éxito empresarial, y admirable cohesión familiar, de la que me entero tanto por la magnífica página web como por las entrevistas habidas con Sebastián Llinares Cantó.

Heladería en la plaza de la Reina.- Valencia.-2023.- Esteban Gonzalo

Sus establecimientos de Valencia son diferentes: el de la plaza de la Reina es un punto de encuentro para comprar, principalmente, helados ante una llamativa oferta de colores y sabores, y de paso marchar con una tableta de turrón o una casca, y el de Archiduque Carlos es un amplio local con terraza en la acera, que une heladería con cafetería, pastelería y venta de turrones.

Su última y deliciosa novedad fue la del 22 de julio del 2019 en homenaje al Centenario del Valencia Club de Fútbol.

Y más de tres mil sabores en su base de datos.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

martes, 9 de julio de 2024

MURALLA CRISTIANA. ASÍ ERA LA CIUDAD

 

Vista general autor desconocido

Una foto para disfrutarla, tomada desde un punto alto del barrio de Ruzafa, con la plaza de toros con muy pocos años de vida. Una foto en torno a 1860.

La muralla cristiana, derribada a partir de 1865, nos fija el trazado de la futura calle Colón, entonces conocido ese tramo como “Muro de los Judios", que desde la puerta de Ruzafa, próxima al coso taurino, alcanzaba la puerta del Mar, donde extramuros estaba la fábrica de gas de José Campo, cerca del Llano del Remedio.

Al fondo la ciudad, y en primer término una zona compuesta de huertas, ante la muralla, llamada a convertirse en el “Ensanche” y en su primer proyecto, limitado por la calle Colón y la Gran Vía Marqués del Turia.

Pero tendrían que pasar varías décadas para ir construyéndose edificios con una retícula a base de calles paralelas y perpendiculares, proyectada según plano de 1858 por los arquitectos municipales Sebastian Monleón, Antonino Sancho y Timoteo Calvo, que sería considerado, como decía, el “primer ensanche” de la ciudad.

Tras la muralla y muy próximo a ella, imaginamos el Colegio Imperial de San Vicente y un poco más distante la Iglesia de las Monjas Catalinas -en la actualidad El  Corte Inglés- ya muy cercana a la Aduana, que después sería Fábrica de Tabacos.

La fotografía de autor desconocido es espectacular y nos informa de cómo era la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX.

domingo, 7 de julio de 2024

DE LAS PIELES Y MADERAS AL PASEO ROMÁNTICO

Postal de época

Estamos viendo un camino estrecho y ajardinado al estilo romántico valenciano.

En aquellos momentos nadie podría pensar que un lugar extrarradio de la ciudad, del que solo a su paso se notaba la emanación fétida de las pieles de los animales, se convertiría en un agradable paseo junto al río Turia.

Este jardín, más que por jardín, radica en interés por su historia. La más antigua es de la Valencia musulmana, pasando por la cristiana y hasta 1830, año en el que el Barón de Hervés dijo que ya estaba bien que sufriera de tanta inmundicia.

Yendo hacia atrás, era el lugar propicio para dos cosas, e imaginando el tramo ajardinado podremos situarnos en el tiempo.

Archivo Municipal

Imaginemos cuando todo era un terregal con desniveles, desde el Puente de San José hasta el Puente de la Trinidad, pasando por el de Serranos. Avanzando un poco más en el tiempo ya estaríamos viendo la muralla cristiana cercando la ciudad por detrás del pretil del río. Justo comprendiendo medio tramo del citado y entre la puerta de San José y la de Serranos, tras la gruesa muralla trabajaban los curtidores de pieles, bajo el gremio de los Blanquers. Un pequeño portillo en el muro dejaba paso hacia un terraplén que descendía al río, y a un ramal de la acequia de Rovella. Con ello aprovechaban para lavar las pieles, y extendidas blanquearlas, por eso lo de Blanquers. El olor se hacía imposible, y no solo en el sitio, sino que imaginemos un día ventoso o de ponentazo, como se podría extender por toda la ciudad.

Por otro lado, a la altura del Puente de San José, el cauce del río hacía una curva muy pronunciada, situación que aprovecharon los madereros durante el siglo XVIII para usar como almacenaje de troncos. Aquí la situación era otra, pues imaginaremos las ratas, el acumulo de inmundicias circulantes de las aguas del río y además la proliferación de menesteros y maleantes.

¿ Qué pasó? Pues que llegó el Barón de Hervés, corregidor de Valencia, en 1830, hizo trasladar ese deposito maderero y limpiar esos terrenos. ¿ y cual sería la mejor manera para ese saneamiento? Crear unos jardines de esparcimiento, “las Alameditas de Serranos”. También hay que pensar que los Blanquers ya se habían ido un siglo antes, en el XVII.

Así el tramo de Puente de San José hasta el Puente de la Trinidad estaría partido en dos partes con un eje central que era el Puente y las Torres de Serranos, las Alameditas Nuevas y las Alameditas Viejas.

Pero faltaba algo importante, salvar el desnivel del terreno, y esto llegó siete años después, en 1837, con unas amplias escalinatas entre puentes, el de Serranos y el de la Trinidad, rematadas por dos esfinges de piedra una a cada lado.


Archivo Municipal

Como siempre, y el paso de los años, el paseo ha ido cambiando. Las esfinges de un sitio para otro, un estanque que se convirtió en fuente, y los árboles, unos por viejos, otros por riada, fueron despareciendo. Uno queda de ellos, una acacia. Pero al menos la esencia gráfica es lo único que se puede mantener, y aquí se muestra.

Texto de Amparo Zalve