Las Provincias - 31/12/1917
domingo, 31 de diciembre de 2017
sábado, 30 de diciembre de 2017
MONUMENTO A SOROLLA, DIEZ AÑOS PARA SU EJECUCIÓN
En septiembre de 1927 el vespertino La Correspondencia salía
el paso de una crítica de Pío Baroja, irrespetuosa decía, hacia la pintura de
Joaquín Sorolla para con ello dar urgencia a la
construcción del monumento que tras su muerte en 1923 el Círculo de Bellas
Artes puso en marcha y que la alcaldía de Luis Oliag había acordado su
instalación en la Malvarrosa en base a un busto en mármol que Mariano Benlliure
había donado en 1924.
El mismo diario en el mes de marzo de 1928, anunciaba al
contraste con la ciudad de Sevilla que había levantado un monumento al pintor
de la luz, mientras que en Valencia “aún
estamos en ello”, entre habladurías más o menos convincentes.
Pasados unos años, en
1931, en el mes de febrero, se nombró una Junta Municipal para su construcción con la
promesa de la mayor rapidez. En julio, con la II República en marcha, el Círculo de
Bellas Artes dirigió un escrito al Ayuntamiento ofreciéndose para su
colaboración más entusiasta, con un toque de atención por la deuda que Valencia
tenía con tan ilustre hijo, cuyo busto para el fin propuesto se guardaba en el
Museo de Bellas Artes desde hacía años.
Sin embargo no sería hasta el 9 de marzo de 1932 cuando se
procedió a colocar la primera piedra para un monumento proyectado por Francisco
Mora a situar entre el Asilo del Carmen y la “Casa dels bous”, el mismo lugar
donde el pintor creara el famoso cuadro “Triste herencia”. La decisión fue aprobada por unanimidad el 15 de febrero, siendo presidente de la Comisión
al efecto el señor Durán y Tortajada, fijando el plazo de seis meses para su
inauguración.
No fue así y el alcalde señor Lambies, meses después, anunciaba que por problemas económicos la
construcción del monumento estaba paralizada al no haber presupuesto para su
ejecución en aquel año. Tuvo que pasar otro ejercicio para que el concejal
Durán y Tortajada anunciará en las primeros días de agosto de 1933 que a finales
de verano, probablemente, se estaría en condiciones de inaugurar el proyecto de
Mora con el busto en mármol de Benlliure.
Mediados septiembre era, por fin, una realidad el recuerdo monumental
al pintor Sorolla en la playa de la Malvarrosa -al mismo tiempo que la prensa
se hacía eco de la llegada de los restos de Blasco Ibáñez para el mes de
octubre- aunque para su inauguración se tuvo que esperar al último día del año.
Las provincias del 20 de diciembre, anunciaba para el día 31 a las doce de la mañana la inauguración del proyecto que el Círculo de Bellas Artes había puesto en marcha diez años atrás.
Las provincias del 20 de diciembre, anunciaba para el día 31 a las doce de la mañana la inauguración del proyecto que el Círculo de Bellas Artes había puesto en marcha diez años atrás.
viernes, 29 de diciembre de 2017
jueves, 28 de diciembre de 2017
EL CAMPANARIO DE SAN BARTOLOMÉ
2006 - Ha trascendido que existe un proyecto bastante reservado. Se
sabe que actualmente están en conversaciones y hay cierta discusión entre
algunas instituciones tratando el tema del derribo definitivo de la torre
campanario de San Bartolomé, situada al principio de la calle de Serrans.
Hay que recordar que esa torre formó parte de la iglesia de
su título que fue derribada tras la guerra, quedando sólo su campanario.
La principal argumentación es su mal estado y que en su
lugar se construiría un edificio con forma de torre, de estilo neogótico, que
albergaría dependencias oficiales.
Con ello desaparecería definitivamente cualquier vestigio de la antigua iglesia de San Bartolomé.
Con ello desaparecería definitivamente cualquier vestigio de la antigua iglesia de San Bartolomé.
miércoles, 27 de diciembre de 2017
martes, 26 de diciembre de 2017
EL CARGUERO NAVACERRADA ENCALLÓ EN LA PLAYA DE PINEDO
Foto de Esteban Gonzalo (1981)
Un fuerte vendaval arrastró el 29 de diciembre de 1980 al
carguero Navacerrada y lo encalló en la playa de Pinedo. Previamente un vecino
avisó a las cinco de la mañana, supongo que a la policía, que había un barco a
la deriva. Al amanecer los bomberos consiguieron lanzarle unas amarras, y por
ellas, mediante una argolla y un cinturón pudieron rescatar a los 12 marineros
y su capitán junto con sus enseres.
El temporal interrumpió de ese modo la singladura del
mercante entre los puertos de Tarragona y uno de Argelia, país a donde llevaba
cuatro hospitales de campaña para los damnificados del terremoto que el 10 de
octubre de ese año asoló, principalmente, la ciudad de El Asnam. Movimiento
sísmico que con diferentes intensidades llegó a Valencia, Jaén, Murcia y
Granada.
Construyeron una escollera, llevaron una grúa de 70 Tm., y
comenzaron el 12 de febrero la descarga de lo que transportaba el buque, para
enviar en otro barco los hospitales hasta su destino, y al liberarlo de peso
intentar reflotarlo, lo que no consiguieron al estar muy anclado en la playa y
ligeramente escorado.
Por ello, a finales de marzo de 1981 las autoridades
marítimas decidieron desguazar. Sin embargo, pasaban los meses y el barco
continuaba en la playa a merced de saqueadores con el añadido de un problema de
salud pública por comida putrefacta en su interior y gasoil en sus depósitos de
carburante, según denunciaba el diario Levante el 10 de mayo. Por ello en el
mes de julio fue vaciado y desmantelado. Desapareció el peligro pero también
una atracción para visitas familiares, como se aprecia en la fotografía tomada
en marzo de 1981.
Ocurrió en un temporal muy fuerte que duró tres días y
ocasionó un muerto en Altea y otro en El Campello.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
lunes, 25 de diciembre de 2017
domingo, 24 de diciembre de 2017
EL SÓTANO DEL MERCAT CENTRAL
Archivo Municipal
La década de los cincuenta se correspondió con los años de las
estrecheces y las restricciones de luz, con los zapatos de media suela y los pantalones
con remiendos, con los litines en la mesa y la zarza como refresco,
mientras un vaso de Jumilla calentaba el cuerpo en la barra de un bar. El Rioja aún no había llegado
a sus anaqueles, aunque el racionamiento
había pasado al olvido, desaparecido en el año de 1952.
Sin embargo, con la llegada de las fiestas navideñas y con
ellas la noche de Nochebuena y la comida de Navidad, había que estirar de la manga al calor de la familia que se reunía con larga sobremesa afinando
villancicos que siempre eran los mismos.
El suministro de gallinas y pavos vivos más algunas que
otras viandas estaban gustosamente garantizados
en los bajos del Mercado Central, donde también se ofrecían las zambombas y los
“carrancs”.
Papadas y crestas rojas competían exultantes unas con otras ante
los clientes que asistían con sus cestas de
mimbres dispuestas para la mejor oferta a pesar de unos bolsillos que tanto en
cuanto llegaba la Nochebuena estaban esquilmados.
Y pese a ello, aún había que hacer un aparte para las estrenas, en especial las de los padrinos a sus ahijados: una costumbre ya sin arraigo fustigada en su olvido.
La cuesta de Enero presentaba sus primeros pasos.
La cuesta de Enero presentaba sus primeros pasos.
sábado, 23 de diciembre de 2017
viernes, 22 de diciembre de 2017
SORTEO DE NADAL
Archivo RND - J. Baum
1934 - Ante las fiestas de Navidad, ya derribado el viejo Ateneo, en su solar, el Ayuntamiento sólo permitió la instalación de unas pocas casetas para la venta de objetos navideños, cuando se había desestimado la de un carrousel en sesión municipal llevada a cabo en el pasado mes de noviembre, siendo de mayor alcance la declaración de caducadas las autorizaciones concedidas en solares propiedad del Ayuntamiento, con mención expresa de uno de ellos situado en la calle San Vicente 84, donde se había derribado el Hotel Oriente que venía ofreciendo pensión diaria por 11 pts.
A Don Ramón Vidal, dueño del establecimiento, le molestó y mucho esta decisión, y no porque tuviese algún derecho a ello, pues una vez desaparecido su hotel quedaba al libre albedrío municipal cualquier decisión de otorgamiento del uso privado. Sin embargo, había presumido de esa posibilidad ante su paisano Toni Beltrán, de Alcublas, para la utilización del solar de forma temporal y ante las fiestas navideñas como previsión para los gastos festivos que se les avecinaba.
Y aunque el día se presentaba frío, los dos amigos, tras un buen almuerzo en Los Caracoles de la plaza Lope de Vega, después de haber dado cuenta de un par de barrales de Valdepeñas, a la espera del tranvía, se consolaban del doble infortunio al no haber sido agraciados por el sorteo de la lotería ya finalizado. En cambio, el dueño del bar que hacía unos minutos habían abandonado, se había visto agraciado con un quinto premio del sorteo.
jueves, 21 de diciembre de 2017
miércoles, 20 de diciembre de 2017
LAS SEIS PASARELAS DE PONT DE FUSTA.
Entre los históricos puentes de Trinidad y Serranos seis
pasarelas para peatones se sucedieron entre el 19 de agosto de 1892 y el 9 de
marzo del 2012. Las cinco primeras para facilitar, principalmente, el
desplazamiento entre el centro histórico de Valencia y la estación de la
Sociedad Valenciana de Tranvías (SVT), la posterior Pont de Fusta, que fue
abierta al servicio público el 8 de julio de 1892 junto con la línea hacia El
Grao y el tramo hasta la antigua terminal Marxalenes. Cantidad de pasos para peatones
sin contar las instalaciones provisionales tras las riadas y para construir la
actual pasarela.
La primera pasarela,
totalmente de madera, tuvo corta vida, ya que el 3 de junio de 1893 fue
sustituida por otra más consistente, con armazón metálico, tablones de madera
como pavimento y toldo, como la anterior, para proteger de las inclemencias del
tiempo a los viandantes. Fue destruida por la riada del 10 de noviembre de
1897, lo mismo que les sucedió a las sucesivas reconstruidas en las avenidas
del 28 de septiembre de 1949 y del 14 de octubre de 1957. Tenían una apariencia
endeble, pero su delgada estructura metálica, que facilitaba el paso del agua,
y la ayuda del puente de Serranos que frenaba la furia de la corriente, las
hizo resistir numerosas crecidas del Turia y sólo fueron arrancadas por las
furiosas riadas mencionadas.
En 1892 la SVT resaltaba que además de evitar mayor caminata
a los viajeros, en poco más de tres minutos y sin sufrir las molestias del sol,
éstos podían trasladarse desde la calle San Lorenzo (actual Muro de Santa Ana)
al tren (Ventura Vidal, noviembre 1945 en Valencia Atracción).
Pont de Fusta - 1948
Después de las riadas de 1957, hubo una pasarela militar
hasta que Pedro Gual Villalbí, Ministro Delegado permanente pro reparación de
daños de Valencia, inauguró el 4 de julio de 1960 el nuevo puentecito cuyo
coste fue asumido por el Plan de Adopción. Era de hormigón armado, 150 metros
de longitud, 4’50 m. de anchura y transversal al cauce del río, no como las
antecesoras que fueron construidas en sentido oblicuo y como recta prolongación
de la actual calle Muro de Santa Ana.
Pont de Fusta - 2011
Es la que duró hasta que comenzaron su derribo el primero de junio del 2011 para que en su lugar la empresa municipal Aumsa construyera, con un presupuesto de 10 millones de euros, el puente que reemplazó desde el 18 de febrero del año siguiente al puente de Serranos para la circulación de vehículos, y una pasarela para peatones, inaugurada el 9 de marzo del 2012, con alma de hormigón pero con pavimento y barandillas de madera de teca en recuerdo de las anteriores a 1957. Volvió el tableteo de antaño, que era muy perceptible cuando los viandantes iban “a tota virolla” al ver, con buena vista en el reloj de la estación o en el suyo de bolsillo, que faltaban pocos minutos para la salida de su tren. Por ello también era conocido como “El Pont de les Corregudes”.
Dijeron en 2012 que
cada día 10.000 viandantes, usuarios del tranvía y vecinos de los barrios
cercanos a ambos lados del actual Jardín del Turia, volverían a pisar madera en
la nueva pasarela Pont de Fusta. Posiblemente le añadieron el que fue su
histórico tableteo tras el éxito del ensayo diez años antes en el Puente de las
Flores.
Hasta la riada de 1949 en Valencia hubo dos pasarelas con
tablones para el paso de peatones, la de Campanar o Del Patronato y la de Pont
de Fusta, así como la zona para viandantes del puente de hierro de Nazaret.
Éste no fue repuesto, ya que desde 1931 estaba el nuevo puente de Astilleros, y
la de Campanar fue reemplazada por una similar a la de Pont de Fusta de 1960 y
continúa en servicio.
martes, 19 de diciembre de 2017
lunes, 18 de diciembre de 2017
EL CRIT DEL PALLETER EN PARTICIPACIONES DE LOTERÍA DE NAVIDAD DE TRES FALLAS
El famoso óleo sobre lienzo de 154 x 205 cm., que pintó en
1884 el valenciano Joaquín Sorolla, fue reproducido a escala reducida en las
papeletas de lotería para Navidad de tres comisiones falleras: la Falla
Zapadores en 1972 y las de Cádiz-Denia y Les Forques (Tres Forques-Cuenca-Pérez
Galdós) en el año siguiente. En cada una la participación en el sorteo era de
20 pesetas. Fueron realizadas por la Imprenta Villanueva de la calle Dos de
Abril nº 41 de Valencia, industria gráfica que desapareció hace muchos
años.
Pintura de gran formato, también titulada “El Palleter
declarando la guerra a Napoleón”, con la que Joaquín Sorolla consiguió de la
Diputación Provincial de Valencia una pensión para viajar a Roma y
perfeccionarse.
Reproduce pictóricamente el momento cuando Vicent Doménech,
conocido como El Palleter por vender, principalmente, pajuelas impregnadas de
azufre para facilitar el encendido de los hornillos caseros, declara la guerra
a Napoleón el 23 de mayo de 1808 en la entonces Plaçeta de les Panses, actual
de la Compañía, tras enterarse de los luctuosos hechos de los días 2 y 3 del
mismo mes en Madrid cuando sus habitantes se rebelaron contra la ocupación
napoleónica. Hizo girones su faja roja y los repartió entre los presentes
excepto uno de mayor tamaño que puso en una caña y enarboló como bandera.
Vicent Doménech nació en Paiporta en 1783 y se trasladó años
después a Patraix, hasta 1870 municipio independiente, con su familia.
Mantienen viva su memoria: una placa en la plaza de la
Compañía, una calle en el barrio de La Pechina y una escultura en bronce, en
actitud gallarda y sobre basamento de piedra, que está desde 1966 en un
recoleto jardín junto a las torres de Quart y un corto tramo de la muralla
medieval.
En el cuadro no hay uniformes militares, todos son civiles
de condición humilde.
Esta pintura se puede admirar en la antesala del despacho
del Presidente de la Generalidad Valenciana.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel.
Fotos: Archivo Esteban Gonzalo
domingo, 17 de diciembre de 2017
sábado, 16 de diciembre de 2017
LAS TORRES DE LA ALAMEDA
Archivo Municipal
Tras la guerra de Sucesión la ciudad quedó mermada en lo
económico y el aspecto que ofrecía era desolador en especial en la zona de
Alameda que por su proximidad al Palacio del Real, el intendente Rodrigo
Caballero, Corregidor y a su vez a cargo de las rentas y arbitrios del Reino de Valencia, tomó la
decisión de su embellecimiento y replantación del arbolado con un nuevo diseño
para el paseo.
Torre de San Jaime
Archivo Municipal
Su ornato fue la primera gran obra pública de la casa
borbónica que se vio caracterizada con la construcción de un nuevo óvalo a la
salida del paseo ante el puente del Mar y la construcción de dos torres gemelas a su
inicio, situadas en sus flancos, que serían denominadas como “de los guardas” con la
pretensión de dotar a la Alameda de un carácter más suntuoso, a la altura del
palaciego muy próximo, con el resultado de que a quienes más iba a contentar por su disfrute era a la clase pudiente, mientras que para el pueblo llano poco o nada representaba.
Las torres fueron construidas muy rápidas y un año
después de su inicio, en 1714 ya se conocían con los nombres de San Felipe y de San Jaime, siendo destinadas a dar albergue a los cuidadores del entorno vegetal, en una
reforma de la Alameda que no finalizará hasta mayo de 1716.
viernes, 15 de diciembre de 2017
jueves, 14 de diciembre de 2017
EL HOMBRE DE SAMBOROMBÓN, LA PERLA DE LA COLECCIÓN
Archivo Municipal
1920 Ca. - La visita al Museo Paleontológico de Valencia situado en el Almudín era de visita obligada en los años juveniles asociada a la clase de
Ciencias Naturales, al igual que al Jardín Botánico con el “deber” de recoger
hojas en sus diferentes especies, fueran carnosas, nerviosas, lanceoladas, acorazonadas,
etc.
Sin embargo, ante los
huesos de múltiples especies, cráneos, esqueletos, animales
fosilizados nada había que coger: tan
sólo observar y tomar notas de cuanto llamaba nuestra atención para el
posterior relato con la pretensión del sobresaliente.
Pero la “perla de la colección” junto a la fascinación del
megaterio era un esqueleto humano
fosilizado que había llegado a Valencia en 1889 desde Argentina de la mano del
ingeniero Rodrigo Botet tras su paso por Sudamérica. Datado en un principio de
la Era Terciaria, fue conocido como el hombre de Samborombón: un arroyo del sur
de Buenos Aires.
Pronto surgió la polémica, pues al comienzo del siglo XX el
catedrático Eduardo Boscá se reafirmaba en la datación, mientras que el médico
Faustino Barberá, junto a estudiosos jesuitas, situaban al esqueleto en el
cuaternario en su reconocimiento como Homo Sapiens.
La polémica se mantuvo durante un par de décadas,
participando en la misma otros prestigiosos profesores. Las motivaciones
religiosas ocuparon el centro del debate, mientras que Eduardo Boscá iba
abandonando la idea de que “la perla de la colección” perteneciera a época tan
antigua.
miércoles, 13 de diciembre de 2017
martes, 12 de diciembre de 2017
LA PRIMERA FALLA DE LOS FERROVIARIOS DE VALENCIA
Archivo Falla Ferroviaria
1931 - La imagen del tren ha sido frecuentemente utilizada para
satirizar costumbres, proyectos cuya realización se eternizan y hechos de
diversa índole. Según las crónicas, la pionera fue en 1884 la comisión de la
céntrica plaza de la Reina de Valencia, a la que siguieron otras en 1912, 1923
y un largo etcétera que sería prolijo enumerar.
A los ferroviarios que les apetecía ser falleros se
apuntaban a una comisión de las muchas que había en Valencia, pero con el auge
de la fiesta en el siglo veinte y la llegada de trenes falleros a partir de
1927 promovidos por la Sociedad Valenciana Fomento del Turismo, los
trabajadores de la Compañía del Norte sintieron el gusanillo de tener falla
propia.
El primer intento lo realizaron en 1931 con el lema “Tot lo
mon viatja” que materializó en monumento efímero el artista Antonio Just
Gimeno, quien tuvo que ser ayudado por el personal de Material y Tracción para
que estuviera terminada para el día de la plantá en el patio de coches de la
Estación del Norte. Encima de una locomotora de vapor había un gran ninot con
una maleta abierta de la que salían pequeños muñequitos representando a
viajeros de numerosas procedencias, y delante una mujer alada simbolizando el
progreso. Plantaron fuera de concurso y los actos programados por la comisión
estuvieron amenizados por la banda de música de Tabernes de Valldigna, dirigida
por José Tormo, quien compuso un pasodoble dedicado a la falla.
Ya en época de Renfe los ferroviarios de la Estación del
Norte lo intentaron en 1944, 1948 y 1961, con buenas fallas y éxito de
reconocimientos pese a plantar fuera de concurso, pero tuvieron que esperar a
1972 para que llegara la continuidad y en la sección especial hasta 1991, año
en el que estuvo a punto de desaparecer la comisión al desalojarlos Renfe de
las dependencias donde tenían su sede desde el año 1972 y dificultarles la
venta de lotería a toda España, que era su principal fuente de financiación.
Pero La Ferroviaria, oficialmente Bailén-Xátiva, resistió, se abrió al barrio y
para acomodarse a modestos presupuestos descendieron varios peldaños en el
escalafón de secciones falleras. Actualmente es un colectivo con amplia
representación de actividades laborales además de ferroviarios de Renfe y FGV.
Su falla de 1973, construida por el artista José Martínez
Mollá con el lema “Publicitat” y aludiendo al exceso de publicidad televisiva,
acaparó el máximo galardón fallero junto a otros muy importantes premios del
Ministerio de Información y Turismo, del Círculo de Bellas Artes y de otras
entidades.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
lunes, 11 de diciembre de 2017
domingo, 10 de diciembre de 2017
CONDE DE ALTEA, MÁS QUE UNA CALLE
Archivo Municipal
Sin embargo, y pese a su gran dedicación para estos deseados
frutos tras el paso del tiempo, pues en sus inicios su labor fue de la
siembra, el Conde de Altea, desde su despacho con los retratos del llorado
Dato, de Silvela, del nunca olvidado Canalejas, de Burgos y Mazo, junto a otros
prestigiosos políticos, se manifestaba con estas palabras:
“¿Interesará a los lectores lo tratado en la reunión del
Consejo de la Oficina Internacional del Trabajo? A decir verdad, yo voy
dudando de ello, porque todo nuestro entusiasmo, cuando acudimos a las
deliberaciones, se estrella con la apatía del pueblo español, que solo se
preocupa de su presente, prescindiendo en absoluto de cuánto afecta al
porvenir.
Llevamos 17 reuniones y creo que está de ahora es la segunda
o tercera vez que un periodista acude a mí en demanda de información sobre lo
tratado, y es lástima que así sea porque la oficina es algo que afecta muy
directamente a la vida de los pueblos."
Así se expresaba en 1923 el Conde de Altea ante los preparativos de la próxima reunión a celebrar en Ginebra en el mes de Octubre con el objetivo de mejora de las condiciones laborales establecidas en el Tratado de Versalles de 1919 tras la I Guerra Mundial.
Así se expresaba en 1923 el Conde de Altea ante los preparativos de la próxima reunión a celebrar en Ginebra en el mes de Octubre con el objetivo de mejora de las condiciones laborales establecidas en el Tratado de Versalles de 1919 tras la I Guerra Mundial.
sábado, 9 de diciembre de 2017
viernes, 8 de diciembre de 2017
UN ATRACO AL BANCO ESPAÑA
Edificio de la plaza de la Congregación, hoy San Vicente Ferrer,
donde estaba el Banco de España.
El lunes 11 de mayo de 1918 fue inaugurada la Sucursal del Banco de España en Valencia situada en la calle de las Barcas. Fue el día anterior, desde su anterior emplazamiento de la Plaza de la Congregación, cuando mediante grandes carros se había procedido al traslado de la documentación de los clientes y valores de toda índole con el necesario despliegue de las fuerzas de la Guardia Civil estratégicamente colocadas a lo largo de todo el trayecto.
Pero no fue esta la primera ocasión que la entidad bancaria
tuvo que recurrir al concurso de la Benemérita. Cuarenta y siete años atrás, en
1871, unos ladrones con osada profesionalidad, habían planeado el asalto de la
cámara de la caja a la que llegaron a través del subsuelo. Desde una planta
baja alquilada de la calle de las Barcas, excavaron una galería por la que
accedieron al alcantarillado.
A través de éste, que seguía el curso de la calle Comedias,
alcanzaron la plaza de la Congregación, donde iniciaron una nueva galería para
situarse bajo el banco, a la altura de la cámara a la que accedieron tras
perforar un metro de hormigón donde se hallaban ocho millones de reales.
Pero no estaban solos; la Guardia Civil, previamente
avisada, les esperaba. A su llegada se
inició un tiroteo contra los ladrones que en número de diez había planificado
el robo, precisamente en la noche festiva de San Vicente Ferrer para aprovechar
el ruido de la fiesta.
En el asalto cayó herido de bala y bayoneta uno de los bandoleros, huyendo el
resto con una cantidad mínima de dinero que fue recuperada en gran parte por la
acción de los civiles al “cantar“ el detenido, lo que permitió la detención de
todos los ladrones.
El ruido producido por la acción perforadora de los ladrones durante los 51 días de trabajos tuvo la culpa al llamar la atención a los vecinos que pusieron en conocimiento a la autoridad de tan extraño suceso.
jueves, 7 de diciembre de 2017
miércoles, 6 de diciembre de 2017
BLASCO IBÁÑEZ PREFIRIÓ LA DE CAJEROS
Archivo Municipal
El Sr. Samper como Alcalde de Valencia y con la aprobación de
la corporación había decidido que la plaza de la Reina fuese rotulada con el
nombre de Blasco Ibáñez, el insigne patricio valenciano que estaba llevando el nombre de la ciudad por el mundo entero a través de su obra literaria, que sería con mayor difusión pocos
años después a gracias a la fascinación del cinematógrafo.
La ocasión para su rotulación fue cuando su visita a Valencia en 1921, en clamor de multitud y con múltiples festejos en su honor.
Sin embargo, y a petición del homenajeado, no fue la plaza
de la Reina donde se colocó la lápida obra del artista Benedito, sino en la plaza de Cajeros, donde asistió al acto el
mismo Blasco Ibáñez expresando con estas palabras la razón de su petición,
abarrotada por sus partidarios:
“Yo he pedido el mudar el nombre a la plaza de Cajeros…
cuando yo nací, no existía la plaza de la Reina, en cambio sí la plaza de
Cajeros. Recuerdo perfectamente que en esa misma casa donde habéis colocado la
lápida, hice mis primeras armas como periodista en el periódico La Bandera
Federal, cuya redacción estaba situada en el segundo piso de dicha casa”.
Al terminar su discurso se dio por terminado el acto que había comenzado a la
doce con la lectura del acta municipal por el secretario del Ayuntamiento Sr. Jiménez Valdivieso, quien a los sones de los
clarines y timbales y en medio de una gran ovación, descubrió la lápida.
martes, 5 de diciembre de 2017
lunes, 4 de diciembre de 2017
LA PRIMERA PIEDRA EN EL COTTOLENGO DEL PADRE ALEGRE
Colección privada de José García del Real Castells
En su visita
a la ciudad italiana, el padre jesuita quedó tan impresionado por la obra que
quiso fomentar su labor en España, siendo en Barcelona en 1932 el lugar del
primer centro hospitalario -que por su fallecimiento dos años antes no llegó a conocer- que sería gobernado por las Hermanas
Servidoras de Jesús, tras haber sido fundada su Congregación en 1939,
extendiéndose el centro asistencial por Valencia, La Coruña, Alicante, Madrid,
Colombia y Portugal.
Colección privada de José García del Real Castells
En Valencia tomó el nombre de Hospital de Incurables de la
Milagrosa, popularmente conocido como el Cottolengo del Padre Alegre, situado en el Palacio de los Raga de la
calle Baja 33, del barrio del Carmen,
una vez terminada la guerra civil, y que tras su acondicionamiento fue puesto en
servicio en 1943.
Por aquel entonces el centro albergaba a unas sesenta enfermas
incurables no infecciosas. La riada de 1957 asoló la popular barriada quedando
muy deterioradas sus instalaciones por lo que se tomó la decisión de su
traslado a la zona de Benimaclet.
Las obras se iniciaron de inmediato para un
centro ya conocido como el Cottolengo del Padre Alegre que acogió a las primeras
enfermas en 1958.
La foto nos indica el momento de la colocación de la primera
piedra, instante en el que podemos a observar a D. José García del Real, hombre entusiasta en su cometido y gran prócer de las nuevas instalaciones en Benimaclet, que con gran mérito logró un nuevo centro, próximo a cumplir sus primeros sesenta años de vida a cargo de las Hermanas
Siervas de Jesús en su atención a las mujeres discapacitadas, tal y como observamos en la otra imagen que recoge un momento del Cottolengo.
Bibliografía: El Barrio del Carmen de Rafael Solaz.
Bibliografía: El Barrio del Carmen de Rafael Solaz.
domingo, 3 de diciembre de 2017
sábado, 2 de diciembre de 2017
MULTITUDINARIA RECEPCIÓN AL FÉRETRO CON LOS RESTOS DEL TORERO MANUEL GRANERO EN LA ESTACIÓN DEL NORTE.
Foto de la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu. Colección José Huguet.
1922 - En la centenaria historia de la Estación del Norte ha habido
multitudinarias despedidas y llegadas, unas alegres y otras tristes. A las
segundas pertenece la foto de la gran manifestación popular para recibir la
mañana del día 9 de mayo de 1922 el féretro con los restos del torero
valenciano Manuel Granero Valls, fallecido dos días antes en la plaza de toros
de Madrid, donde lo corneó brutalmente el astado Pocapena.
Acudieron numerosas entidades, entre ellas comisiones
falleras, destacando en el centro de la imagen el cartelito de la Falla Doctor
Collado, la número 3 del censo de la Junta Central Fallera, que en el año 2019
cumplirá 150 años.
El féretro con el cuerpo embalsamado del torero fue colocado
en un furgón, que convirtieron en capilla ardiente y engancharon al
correo-expreso que salió de la estación de Atocha de Madrid a las 21:35 horas
del día 8 con llegada oficial a la estación del Norte de Valencia a las 9 de la
mañana del día siguiente.
Manuel Granero Valls nació el 4 de abril de 1902 en el seno
de una familia burguesa del barrio Velluters, estudió música llegando a ser,
según sus biógrafos, un virtuoso del violín, pero pudo más su pasión por el
toreo.
Está enterrado en el cementerio general de Valencia en un
grandioso mausoleo obra del escultor José Arnal, y en la explanada de acceso a
la plaza de toros una escultura de Antonio Sacramento recuerda el 75
aniversario dela muerte del torero valenciano.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
viernes, 1 de diciembre de 2017
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