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miércoles, 30 de abril de 2014

MARTÍNEZ Y ORTS, YA CENTENARIA.

Fábrica de lámparas Martínez y Orts. 1919

Archivo de Rafael Solaz

1919 - La fábrica de lámparas Martínez y Orts S.A que vence al paso del tiempo en su ya más que centenaria vida, fue fundada en 1905 situados sus talleres entonces en la calle Lepanto 27.
martinez y orts EXP 1909

En la Exposición Regional de 1909 tuvo pabellón propio y la entrada en funcionamiento de la electricidad en las viviendas contribuyó en gran medida a su crecimiento.

En su artesanal taller cobraron vida luminarias de gas y de electricidad; el bronce adoptaba nuevas formas y dibujos que al tiempo que decoraban los hogares, les daban la necesaria luz para que en las cortas tardes de invierno la penumbra pasara al olvido. Mano de obra numerosa con destellos de fundición, y aleaciones de cobre y estaño en busca del dorado, tal y como nos muestra la foto de 1919. Y aún la tenemos, en la Gran Vía Fernando el Católico con sus lámparas de araña.

martes, 29 de abril de 2014

LA MURALLA PRE ROMANA, UN NUEVO CAMINO EN LA HISTORIA

  muralla pre romana

Valencia ha sido una ciudad amurallada durante un largo periodo de su historia, sucediéndose cronológicamente en el tiempo tres murallas conocidas y bastante documentadas de las cuales se conservan algunos vestigios. Esas murallas fueron la romana, la musulmana y por último la cristiana, muralla ésta última que fue demolida a partir de 1865, quedando tan sólo un pequeño fragmento de su lienzo junto a las Torres de Quart.

Pero lo que no está tan documentado es que antes de la muralla romana, existió lo que los historiadores han denominado la muralla pre-romana, pues en la isla fluvial donde en el 138 a.C. Junio Bruto fundara Valentia antes de esa fundación ya habían asentamientos de pobladores que para defenderse de otros pobladores y quizá de los animales de la época, también levantaron una muralla, de las cuales se encontraron algunos vestigios.

Texto de Juan Benito Rodríguez Manzanares

lunes, 28 de abril de 2014

FESTIVIDAD DE SAN VICENTE FERRER Y SUS “MIRACLES”

Naumaquia que se celebró en 1755 en Valencia, entre los puentes de la Trinidad y del Real, con motivo del centenario de la canonización de San Vicente Ferrer

1755 - Alfonso de Borja, quien había sido rector de la Iglesia de San Nicolás, tuvo un encuentro con el predicador Vicente Ferrer, quien dirigiéndose al Borja le predijo que estaba destinado para alcanzar el papado vaticano, desde donde procedería a su canonización. Efectivamente, se cumplió la profecía y una vez proclamado Papa como Calixto III, lo elevó a los altares en 1455, tal como el propio dominico le había anunciado.

Su III centenario se celebró en Valencia con mucha pompa en el cauce del rio Turia. Entre los puentes de la Trinidad y del Real, tuvo lugar una naumaquia ante la negativa de Carlos III de autorizar una corrida de toros. La batalla naval entre moros y cristianos se celebró en los días 12 y 13 de julio de 1755, y en el grabado de Carlos Francia se observa con todo lujo de detalles las diferentes embarcaciones de una contienda a la que asistieron como espectadores más 30.000 valencianos en homenaje a San Vicente Ferrer, quien sería nombrado patrón de la Comunidad Valenciana.
1917 miracle en el altar del mar
Su festividad se celebra el lunes siguiente a la octava de Pascua por decisión del papa Clemente VIII en el siglo XVI, y entre sus diversos actos destaca la teatralización de sus “miracles” en los tradicionales “Altars de Sant Vicent”, teatros montados sobre catafalcos en diversos puntos de la ciudad al aire libre, y a cargo de las respectivas asociaciones con la interpretación en Lengua Valenciana por niños de la barriada, siendo el más antiguo el conocido como del Mar, situado cerca del “Pouet de Sant Vicent”, del que se tiene constancia desde 1461. Igualmente destacan por su antigüedad y fama los que tienen lugar en el “Mercat” y en el “Tossal”, ambos del siglo XVI. También los de Ruzafa y del Pilar que vienen celebrándose desde el XIX, o el del Carmen, de principio del siglo XX. En la foto de 1917, vemos la escenificación de un “miracle” en el altar de Mar.

domingo, 27 de abril de 2014

EL PALACIO DE MOSSÉN SORELL

palacio mosen sorell 1878

1878 - El que fuera Palacio de Mossén Sorell, una de las joyas mas suntuosas de la ciudad desde el siglo XV, fue pasto de las llamas el 16 de Marzo de 1878. De propiedad privada, del Conde de Albalat, había estado durante sus últimos años necesitado de una restauración denunciada por Vicente Boix una década antes del incendio, requerida especialmente por el cronista en base a representar “un verdadero monumento arquitectónico de nuestros buenos tiempos. Lo aconsejamos en honra de las glorias artísticas de Valencia”.
interior palacio mosen sorell Interior del Palacio
Pese a su mal estado, el viejo palacio estaba ocupado por el Ateneo Casino Obrero donde se llevaban a cabo funciones de teatro en su gran salón.
palacio mosen sorell fachada principal

Portada principal del Palacio
La madrugada de aquel día en el que se iba a inaugurar una representación teatral, un muchacho vio salir humo por sus ventanas, dando aviso a los bomberos que en afanoso trabajo no pudieron evitar que fuera víctima del fuego.
mosen sorell incendio de palacio Incendio del Palacio – Archivo de F. Pérez Puche

Tras unos años de controversias municipales y con los propietarios, fue derribado el palacio y otras casas aledañas, dando ocasión a la apertura de la plaza de Mossén Sorell, convertida en mercado, tal y como aparece en el plano de la ciudad de 1887.
mosen sorell puerta en llorenteArchivo de F. Pérez Puche
De la vieja casona sólo han quedado tres de sus puertas: la principal encajada en la fachada de la Galleria Parmeggiani de la ciudad italiana de Reggio Emilia, la portada de una capilla de su interior en el Museo del Louvre de París, y la que daba paso al gran salón en la actualidad en el Museo de Cerámica de Manises.

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Puerta en el Museo Cerámica de Manises – Archivo de F. Pérez Puche

sábado, 26 de abril de 2014

EL “PARDALOT” DE LOS SANTOS JUANES.

EL PARDAL DEL SAN JOAN 1917

1917 – Nevada en los Santos Juanes

“En época pasada, aunque no remota, el Mercado de Valencia tenía una leyenda… al llegar el invierno, aparecía siempre en la plaza algún aragonés viejo llevando a la zaga un muchacho, como bestezuela asustada… le conducían a Valencia para «hacer suerte», o, más bien, por librar a la familia de una boca insaciable, nunca ahíta de patatas y pan duro… y el padre y el hijo, con traje de pana deslustrado en costuras y rodilleras y el pañuelo anudado a las sienes como una estrecha cinta, iban por las tiendas, de puerta en puerta, vergonzosos y encogidos, como si pidiesen limosna preguntando si necesitaban un criadico… atraídos por una fuerza misteriosa, iban a detenerse en la escalinata de la Lonja, frente a la famosa fachada de los Santos Juanes. La original veleta, el famoso Pardalot, giraba majestuosamente...

—¡Mia, chiquio, qué pájaro!... ¡Cómo se menea!... —decía el padre.

Y cuando el cerril retoño estaba más encantado… el autor de sus días se escurría entre el gentío, y al volver el muchacho en sí, ya el padre salía montado en el macho por la Puerta de Serranos con la conciencia satisfecha de haber puesto al chico en el camino de la fortuna… La miseria del lugar, la abundancia de hijos y, sobre todo, la cándida creencia de que en Valencia estaba la fortuna, justificaban en parte el cruel abandono de los hijos… y nunca faltaba un comerciante generoso que, por ser de la tierra y recordando los principios de su carrera, tomase bajo su protección al abandonado y le metiese en su casa, aunque no le faltase criadico…”

De “Arroz y tartana” de Vicente Blasco Ibáñez

viernes, 25 de abril de 2014

LA ESTACIÓN DE NAZARET

Estación Nazaret.- Del libro Historia de las Estaciones Arquitectura Ferroviaria en Valencia.1984

Fotografía del libro “Historia de las Estaciones, Arquitectura Ferroviaria en Valencia”

1984 - En la calle Mayor de Nazaret se mantiene, desafiando al tiempo (cerca de 102 años) y el abandono, el que fue edificio de la estación más cercana al Grao de un ramal de vía estrecha de 5,5 km. procedente de la estación de Jesús para acercar al puerto las mercancías, principalmente naranjas para su exportación, que de la Ribera Alta traía el Ferrocarril de Valencia a Villanueva de Castellón.

Edificio sin alardes arquitectónicos pero representativo de su época, de ladrillo cara vista, con dos plantas la parte central, una las laterales y escalinata hacia la calle Mayor, que está a la espera de su restauración y acondicionamiento para actividades sociales o culturales.

El ramal ferroviario fue inaugurado el 15 de agosto de 1912 y parcialmente destruido por las riadas del 14 de octubre de 1957, circunstancia que aprovechó la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia para suprimirlo ya que era muy deficitaria su explotación por la casi desaparición del tráfico de mercancías mientras que el de viajeros sólo era relevante durante el verano, cuando lo utilizaban los vecinos de los barrios de Jesús, Cruz Cubierta y Ruzafa para ir a la playa de Nazaret.

También en 1912, el 28 de noviembre, fue abierto al tráfico como continuación de la calle Mayor un puente metálico sobre el río Turia para facilitar el paso de peatones y vehículos arrastradas por caballerías entre Nazaret y El Grao. Proyectado en 1891, su poca resistencia no permitió la colocación de raíles y el paso de locomotoras de vapor remolcando vagones hasta los muelles portuarios. La riada del 29 de septiembre de 1949 destrozó el ligero puente que ya estaba muy dañado desde los últimos años veinte.

Tampoco hubo solución ferroviaria con el puente de hormigón inaugurado el 14 de noviembre de 1931, ya que la curva con fuerte rampa desde Nazaret no era apta para locomotoras de vapor.
Aunque el Ayuntamiento de Valencia dice que está intentando localizar a los dueños actuales del edificio y el terreno que lo circunda en la calle Mayor, en la Asociación de Vecinos de Nazaret me comentaron recientemente que es de una empresa de suministros, lavado y engrase de vehículos industriales con sede en La Cañada.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

jueves, 24 de abril de 2014

TE INVITO AL CINE CAPITOL

Interior del cine Capitol años 30

Archivo de Rafael Solaz

Años 30 - Valencia es una ciudad única, incluso en el tema cinematográfico, pues llegó a tener casi dos centenares de salas desde los inicios del cine a finales del siglo XIX hasta avanzado el XX. El cine de barrio estaba de moda, en una calle podías encontrar incluso varios cines, separados por unos escasos metros. En los años 30, el cine costaba 1 peseta la entrada, y eran muchos que por pasar una buena tarde calentitos en invierno, o simplemente por salir a festear, muchos valencianos acudían al cine. Tales como Rex, Rialto, Eslava, Serrano, los numerosos de barrio, y como no el Capitol, el que podemos ver en la fotografía. 

Éste estaba en la calle Ribera, y fue construido por Joaquín Rieta Sister; tenía una estilosa instalación con una arquitectura a la moda de la época del art déco, donde muchos valencianos iban a ver las mejores producciones de Hollywood, mucho más impactantes los films, ya que se había mejorado la técnica del cine sonoro y los primeros efectos especiales, además de que ahora había necesidad de doblar o subtitularlas para entender las extranjeras. Como fue “El Arca de Noé” de Michael Curtiz, el primer film con sonido incorporado que se exhibió en Valencia.

Un dato muy curioso es que a la entrada te daban una octavilla donde te mostraban la caratula de la película, y en el dorso, la ficha técnica y argumento, para que conocieras de qué iba la película. Seguramente muchos valencianos guardaran en sus casas aquellas carteleras de los años treinta a los cincuenta: esos pequeños recuerdos de las tardes que pasaron junto a su pareja.

Texto de Isabel Balensiya

miércoles, 23 de abril de 2014

MONUMENTO A LOS CAIDOS

Plaza Porta de la Mar. 1946

En el año 1946 en el centro de la plaza del Marqués de Estella, en el lugar aproximado donde estuviera la Puerta del Mar de la muralla cristiana cuyo derribo se había iniciado en 1865, se erigió la reproducción de la que había sido Puerta del Real del mismo cerco, como monumento en “Homenaje a los Caídos” durante la guerra civil iniciada diez años antes.
Plaza Porta de la Mar. Ca. 1944

Del proyecto ser encargó el arquitecto municipal Francisco Javier Goerlich quien procuró que su diseño se ajustara con la mayor exactitud a la puerta de entrada a la ciudad desde el Palacio del Real y a través del puente de mismo nombre, sita justo enfrente.

Vemos una fotografía lateral del momento de su construcción en la plaza que en la actualidad ostenta el nombre de Porta de la Mar, y otra del mismo lugar, antes de iniciadas las obras, en una concentración que bien pudiera ser con motivo de la colocación de la primera piedra del monumento.

Fotos del Archivo de Rafael Solaz

martes, 22 de abril de 2014

EL TRANVÍA QUE NOS VENDIERON

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En 1997 se estrenó una película llamada “Tranvía a la Malvarrosa”, película cuyo protagonista, entre el valioso reparto de actores, eran los tranvías de Valencia, y concretamente, el que iba a la Malvarrosa. Ya tenemos a nuestros queridos tranvías convertidos en actores de cine, como si de Robert Taylor, o Tyrone Power se trataran. Película costumbrista, sobre los años 50 o 60, que se deja ver. Viendo a nuestros actores, los tranvías, que nos han presentado en la película, son como fantasmas -existieron o no existieron?- que te dejan hundido en la caliente butaca del cine, pensativo, cabizbajo, por la imagen que de ellos dan o nos presentan. Solamente ver el tranvía del cartel y en la foto de más abajo, se ve, se nota, se siente que no es el tranvía de Valencia, aunque se asemeja; se le ven unas extrañas aristas en su frontal un tanto raras, que no calan en el espectador de Valencia. Lo siento, este fantasma no existió, además el último de la serie fue el 182, construido por LLadró y Cuñat.
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Sigamos pasando y repasando a nuestros actores, los tranvías.
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Paso por alto a este tranvía desbocado que se ha ido por la calle de las Comedias, que no se sabe a dónde iba, ni de dónde venía, tal vez a estudiar a la Universidad, junto con el protagonista de nuestra película: el “tranvía descarriado” le llamaría yo, en lugar de “a la Malvarrosa.”
Sigamos con estos desatinos, de nuestros actores los tranvías, hoy protagonistas.
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Aquí tenemos un fantasma tranviario, un 288, que por cierto va sin carriles, pero bueno, con cerrar los ojos, solucionado. Éste ¡no existió!, el 242 fue el último de la saga fabricado por Devis, o éste 288 sería un tranvía póstumo, tal vez. Busquemos y rebusquemos.
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¿Otro tranvía que se le ha ido la olla?, dónde está, ¿plaza Lope de Vega?, bueno es igual, allá él. ¡Dios!, cuántos peldaños o estribos tiene para subir si no me descuento, ¡hasta tres cuento!, ¿será emulo del Miguelete? Y unas agarraderas para subir no vistas en nuestros tranvías valencianos, muy alargadas y por la parte de afuera que están.

Continuemos las pesquisas, que más parecen del cuarto milenio, con tanto fantasma.
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Y éste amarillo, con un flamante 165 de número. ¡Caray! Si resulta que tiene siete ventanillas, y el verdadero 165 construido en el ya lejano 1914, por Lladró y Cuñat de Almácera, tenía sólo seis; bueno a lo mejor salió defectuoso, ventanilla más o ventanilla menos.
Pero, ¡qué plantilla de número más rara!, parece que estaban numerando cajas de azulejos en lugar de los tranvías de Valencia, nunca había visto números así, en nuestros queridos tranvías.
Prosigamos en este pesado devenir, por el tranvía a la Malvarrosa.
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¡Mirad! y observad, queridos lectores, se puede ver la extraña escalinata, como dije antes, hasta tres peldaños cuento, y unas interminables agarraderas para asirlas, en la pesada subida; nunca visto por estas latitudes tranviarias.
¡Hombre! me encuentro al verdadero 220, construido en Almácera en 1926.
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¡Ya tenía ganas de ver algo real! Ha terminado el Cuarto Milenio. Éste sí es mi tranvía. Con lo fácil que hubiera sido tratarlos mejor, hubiéramos ganado todos.

Texto: Germán Gómez.

lunes, 21 de abril de 2014

OBRAS REFORMA DEL PUERTO DE VALENCIA

 inaguracion obras puerto 1869

1869 - El puerto de Valencia por las corrientes del litoral que le amenazaban, agravado aún más con la presencia de los temporales que aterraban su fondo disminuyendo su calado, no producía los beneficios de acuerdo al potencial económico de la ciudad y de su provincia. Se hacían necesarias la infraestructuras precisas que posibilitaran un aumento en su actividad. Los proyectos llevados a cabo durante los siglos XVII y XVIII se habían quedado obsoletos y las exigencias del XIX demandaban la construcción de un puerto que evitara no sólo la acción negativa de las corrientes, proyecto maese 1921sino también la que producía la desembocadura del Turia con sus permanentes arrastres sólidos.

El proyecto de Juan Bautista LLovera de 1867 fue aceptado y la Diputación Provincial lo inicio dos años después, quedando configurada una dársena que fue mejorada por el proyecto de Manuel Maese de 1921 que llegó a su término en 1931, de gran utilidad para activar la economía valenciana en el siglo XX, lo que obligó a sucesivas ampliaciones y que han continuado en el transcurso del actual siglo.

El grabado recuerda las obras de la  inauguración de la reforma del Puerto de Valencia del año 1869.

El Exposición Regional de 1909 se ofreció a los asistentes el aspecto que tendría la dársena del futuro Puerto de Valencia, tal y como se observa en la fotografía de la Biblioteca Valenciana.



domingo, 20 de abril de 2014

LOS TRES DÍAS DE PASCUA



Archivo de Rafael Solaz

¡Que salga Vd.!
Que la quiero ver bailar,
saltar y brincar,
dar vueltas al aire…

1931 - Era el Domingo de Resurrección y comenzaban los tres días de pascuas, a celebrar bien en el cauce del rio,  bien en los ribazos del camino de tránsitos -la alegría de la huerta- o en la misma huerta donde se reunían las pandillas con sus monas de pascua, huevos duros tintados de colores, longanizas y lechugas, y cantimplora de calabaza con agua de la fuente en la hora de la merienda. A su término, mientras el más hábil empinaba el cachirulo, el resto de la pandilla saltaba la cuerda, con un continuo disloque de juegos pascueros en los que no faltaba el de las picaras prendas.

Era el inicio de los tres días de Pascua que también tenía su celebración con los actos de los "ratpenatistas dels gloriosos" que regalaban las tradicionales monas de pascua como refleja la foto de 1931.

Huevo duro, monas y cachirulos.

¡Fil trencat!

sábado, 19 de abril de 2014

ERAN OTROS TIEMPOS

Otros tiempos_1926 alqueria de las cruces_CAMINO DE VERA

1926 - El móvil, el tablet y el ipad agilizan las comunicaciones, nos acercan desde la distancia, y nos hacen sentirnos más seguros ante cualquier imprevisto; cabe preguntarnos que a qué precio, en especial, a quienes hemos conocido otros tiempos en los que satisfacíamos nuestros deseos por unas vías más lentas, desde luego, pero más cercanas. Eran otros tiempos, sin duda, en los que cruzar el río era como alejarse de la ciudad, cuando la palabra turismo era la gran desconocida. No existía el "botellón", pero sí la huerta y sus alquerías, tan cercanas a la ciudad. Como la “de las cruces” pegada al camino de Vera donde a la sombra del frondoso olivo, Nelo y Quiqueta, en su deseado encuentro, aprovechando ella su cita para el mercado donde abastecer su cesta, concentran ambos sus miradas, cruzan sus palabras (inexistente la tableta o móvil) sin que nada ni nadie pueda molestarles; tan sólo el trino de un jilguero con su “llamada” de encanto.

viernes, 18 de abril de 2014

SIMÓN AGUILAR Y CLARAMUNT, MAESTRO DE LA PRIMERA ENSEÑANZA

Librito del maestro Aguilar. 1895

Archivo de Rafael Solaz

1895 - Tras la restauración borbónica de finales de 1875 y con los nuevos sistemas de enseñanza, se llevaron a cabo la edición de manuales pedagógicos para la formación de los futuros maestros encaminados a la docencia del alumnado en las Escuelas Normales españolas. 

Alcanzaron un merecido prestigio los editados por Simón Aguilar y Claramunt (1835-1900), maestro superior de Primera Enseñanza, licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valencia, Caballero de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, y premiado en Exposiciones Universales. 

Llegó a editar en los diversos campos educativos, alcanzando un gran mérito. Entre otros, una “Pedagogía General”, las “Nociones de Aritmética aplicadas al sistema métrico decimal”, un “Programa Oficial de Geometría”, un ”Tratado completo de Educación Cristiana”, así como unas Fabulas Infantiles, editadas en 1895 por la imprenta de José Ortega de la calle de Ruzafa, 51.

jueves, 17 de abril de 2014

HISTORIA DEL CINE IMPERIAL, EL GRANDIOSO SALÓN DEL CABANYAL

empresarios del imperial

1919. Faltaban unos días para Navidad cuando los vecinos de los Poblados Marítimos abrieron los ojos como platos, los hermanos Ballester, Miguela, Salvador y Vicente, inauguraban un cine esplendoroso en la calle Escalante, en lo que hoy es el número 231. No se trataba de uno ambulante, provisional o de un teatro reconvertido como tantos otros. “La Condesa Miseria de la casa Gaumont” fue la primera película exhibida por el nuevo cine con gran éxito.

En el bajo de su casa los hermanos tenían un lavador, un negocio del que vivía toda la familia, pero Salvador deseaba algo más, este hombre emprendedor estaba fascinado por el cine y deseaba uno sobresaliente para su barrio. Un día se fue a hablar con el arquitecto Víctor Gonzálvez para ver si el lavador podía ser transformado en un cine, por desgracia el perito sentenció que el local resultaría muy pequeño. Aquella conclusión dejó cabizbajo a Salvador, entonces se le pasó por la cabeza otra idea. Tenían un huerto en la misma calle, allí sí podía ser construido partiendo de cero.
capacidad imperial

La empresa era todo un riesgo que podía terminar en una ruina familiar, porque además ninguno de los tres tenía ni idea de llevar un cine. Ni corto ni perezoso Salvador se fue a Almacenes El Cid y preguntó por los patrones, don Crescencio Hernández y su hijo don Vicente eran también dueños del cine El Cid.
operario del cabanyal

Amablemente y durante largas horas le explicaron el negocio, permitiendo, además, que su operador Demetrio Nando lo acompañara a comprar el proyector y le enseñará a contratar películas. El barco navegó a toda vela. En 1922 Demetrio y su mujer terminaron trabajando para los hermanos Ballester, tras pequeñas reformas un año después, en 1923, el cine disponía de un aforo para 1.500 personas.
pantalla

Aquel éxito no se debió sólo al apoyo de los vecinos, el esfuerzo personal fue considerable. Miguela se encargaba de la taquilla, Salvador siempre estaba dentro de la sala observando y escuchando al público, de tal forma que se enteraba de sus opiniones y preferencias. Sin duda el más querido era Vicente, el hombre se lo pasaba genial haciendo rabiar a los chiquillos, los "peques grauerets" como él mismo decía, obligándoles a sacar los 5 céntimos de la mano o de la suela de la alpargata; a Vicente no le gustaba eso de programar o de contratar, los peques eran su debilidad, algo que le valió la popularidad y el cariño del barrio.
vecinos del cabanyal

Miguela y Salvador no se perdían ningún estreno, película que les gustaba era contratada, faena de la que se encargaba Demetrio. A su vez potenciaron el cine valenciano y en general el nacional. Aunque fueran más caras que las extranjeras contrataron las películas de Film Española. Querían ver en España una gran industria del cine y que nuestras películas triunfaran en todo el mundo.
Vencido como tantos otros por la nueva tecnología del vídeo, tras casi 64 años el Imperial cerró sus puertas en 1983, quedando entre sus paredes, como fantasmas sonrientes, los sueños y las fantasías de varias generaciones que disfrutaron viendo en la gran pantalla las aventuras y desventuras que nos intrigan, aceleran el corazón, apasionan, hacen reír o incluso llorar de emoción.

Fotografías: La Reclam Cine, 1 de febrero de 1925.

TEXTO DE PACO MAÑEZ

miércoles, 16 de abril de 2014

CAIXER DEL TURIA, DE DIAZ PROSPER

Diaz Prosper_Ramat al Caixer del Turia. A. Esplugas 1888

Colección Díaz Prosper

1888 - A través de la colección de Díaz Prósper sabemos cómo era la Valencia de la segunda mitad del siglo XIX; la fotografía atribuida a J. Esplugas de 1888, nos documenta acerca del cauce del rio Turia tomada desde la bajada del puente de Serranos, por donde supuestamente ha bajado el ganado a pastar junto a la ribera de unas aguas poco caudalosas. 

La vista del puente de la Trinidad y el entonces Hospital Militar San Pio V centra la atención de la imagen, y al mismo tiempo la presencia al fondo de la espigada torre del Palacio de Ripalda, obra del arquitecto Joaquín María Arnau Miramón realizada entre 1889 y 1891, según se le atribuye en variada documentación. 

Sin embargo la aportación gráfica de Esplugas de 1888 nos dice otra cosa, pues si en el mismo aparece el remate del Palacio, el año de su inicio debió de ser, o en ese año, o lo más probable que fuera en el anterior.

O lo que también pudiera ser, que la fecha atribuida a Esplugas, sea posterior. 

martes, 15 de abril de 2014

ACTO CASTRENSE EN LA ALAMEDA

 
Acto frente al puente del Mar. Años 40

Archivo de Rafael Solaz

Años 40 - El paseo de la Alameda desde sus inicios halla por el último tercio del seiscientos, ha sido, y continúa siéndolo, un bello marco para todo tipo de celebraciones: sociales,  festivas, deportivas, expositivas, económicas, agrícolas, en definitiva, muy útil para todo tipo de eventos, así como, igualmente, ser el gran salón de la ciudad donde la clase aburguesada rivalizaba con sus tartanas, faetones y carrozas, siempre y cuando la lluvia lo permitía, especialmente en la sociedad decimonona y en buena parte del siglo veinte. Los acuartelamientos próximos facilitaban su utilización para cualquier tipo de acto, bien fuera por un desfile militar,  por la celebración de alguna fecha determinada o por razón de un homenaje a una compañero castrense. La foto de los años cuarenta pudiera ser para cualquiera de ellos, con la utilización de los escalones del puente del Mar, como eficaz anfiteatro, en ocasión del acto donde se observan los diferentes uniformes de las distintas armas en una jornada ante cualquier celebración u homenaje militar.

lunes, 14 de abril de 2014

EL SOGEA

SOGEA

Cuando en 1935 la Sociedad General de Autobuses absorbe a la Levantina de Autobuses S.L., encarga a la casa Mercedes cinco autobuses para el servicio de viajeros en Valencia, esto se produce en plena Guerra Civil, por lo que son matriculados en 1938. Los autobuses sufren los avatares de la guerra, incluso uno es acondicionado como Hospital móvil.
Sogea ambulancia

Los “sogeas” tomaron su nombre de su genérico, de manera que decir Sogea, era ir a la playa de Las Arenas. A finales de los cuarenta, estos autobuses, estaban en muy mal estado. Sumerjámonos en los “sogeas” de la playa de Las Arenas, por unos instantes y viajemos en uno de ellos plácidamente a la playa…

“Aquella calurosa mañana de julio, todos las miembros que conformaban la familia habían salido de casa, cargados con todos los enseres necesarios, para pasar un delicioso día en la playa de La Arenas. Habían cambiado su habitual forma de transporte, que era el tranvía, por el autobús, es decir por el Sogea. Su parada, en la calle Játiva, delante mismo de la valla de la estación del Norte, esa valla de trencadís y forja que todavía se conserva. Su salida era a las doce menos cuarto. Los más pequeños se acomodan, como no, en los asientos junto al conductor; el vetusto motor, sin parar un momento en su funcionamiento, emana calor, olores y humos. Arranca con pesado movimiento, por delante de la valla de la estación, gira pesadamente por la calle Alicante, calle Segorbe y calle Castellón, dejando a su derecha el Cine Coliseum, Gran Vía de Germanías, y enfila la Avenida de José Antonio.
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Y ya en su final, por el puente del Ángel Custodio, Eduardo Boscá, dejando a su derecha la fábrica de Juguetes Geyper, y torciendo a su derecha a la avenida del Puerto.
El discurrir por la avenida de Puerto, cambia totalmente el entorno y paisaje. Pesados carros, arrastrados por somnolientas caballerías, transportan sobre las llantas de hierro, enormes barriles, pesados y largos troncos o montones de cajas de la más variada carga. La frondosa y verde masa forestal de la avenida, que un día nos la quitaron, daba a la avenida unos claroscuros de luz, que parecía más bien, una pintura del barroco.
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Empieza a notarse la fresca brisa del mar. El Sogea empieza a frenar, los largos palos del paso a nivel, descienden lentamente. La chiquillería del Sogea se alegra, van a ver pasar el tren. Unos minutos parados, y ya se oyen los rugidos de la locomotora. Alguien comenta que va a pasar el expreso de Barcelona, el también llamado “sevillano”, salió de la estación del Norte a las doce en punto. El suelo vibra cuando aparece le pesada locomotora, arrastrando un sinfín de coches de viajeros dejado en el ambiente un olor a carbón y vapor que pronto se disipa.
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Cruza el viejo Sogea con grandes tambaleos el paso a nivel, y ya se ven cerca las altas grúas del puerto. En este último tramo, hasta su destino, ya se huele la humedad y el salitre del mar. Una suave brisa entra por la ventanilla del viejo autobús, que refresca el ambiente, y que todos los pasajeros agradecen.
Al llegar al Puerto gira a su izquierda, y a la calle Gobernador Moreno, y Las Arenas, por su travesía, ya se vislumbra.
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Rinde el viaje este recordado Sogea, en la misma puerta de Las Arenas. Allí descienden los pasajeros, y cuando entrando se está en el recinto del complejo, se echa una mirada atrás, como diciendo, ¡gracias viejo autobús!

¡Gracias Sogea!

Texto de Germán Gómez.

domingo, 13 de abril de 2014

EL BARQUILLERO

BARQUILLERO 1915

Ca. 1915 - Correspondía a una época que dominaba la venta ambulante por las calles más céntricas y pobladas de la ciudad, al igual que en las playas, dirigida a todos los públicos y con un amplio surtido de ofertas. Costumbre que aún perdura pero sin el sabor artesanal de entonces y con aquellos retazos de espectáculo al aire libre. Tenía su especial encanto la figura ambulante del barquilllero, quien con su recipiente cilíndrico a la bandolera, buscaba el sitio adecuado para ofrecer sus barquillos de canela almacenados en el interior, cuya tapadera servía de ruleta que daba ocasión mediante una tablilla que giraba y giraba para otorgar la suerte al publico que se prestaba al juego. En la foto torno a 1915 en la plaza de la Virgen y en la festividad del Corpus, vemos dos "barquilleras" dispuestas a que cuando acuda el público, el barquillero pueda ofrecer su mercancía dando un pequeño y singular “espectáculo” que tanto satisfacía a los niños, en una costumbre que se mantuvo hasta su desaparición en los años sesenta, aunque de forma esporádica perviviera algunos años más.

sábado, 12 de abril de 2014

LA CASA DELS BOUS

la casa dels bous 1895

De fecha de construcción a finales del siglo XIX la Casa dels Bous ya existía con anterioridad, pero en una ubicación más alejada de la orilla del mar, como lugar que daba cobijo a los bueyes que servían para arrastrar las barcas de pesca desde el mar a la playa del Cabanyal, una vez concluido su trabajo de pesca donde las mujeres esperaban sus llegadas para seleccionar el pescado destinándolo en unas cajas para la subasta en la Lonja de Pescadores, para, finalmente, venderlo en el mercado.

pescadoras valencianas
En su fachada lateral existe un reloj de sol que indica el año de 1895, por lo que puede estimarse como un dato de la construcción de la Casa del Bous, por concesión otorgada por el propio rey Alfonso XII a los pescadores en 1877, siendo la sociedad que los agrupaba, la Marina Auxiliante, la encargada de su puesta en marcha para una mejor ayuda a sus asociados del entonces poblado de Pueblo Nuevo del Mar, siendo uno de los lugares que aún se mantiene, tanto en cuanto significa como uno de los de mayor tradición en el actual barrio del Cabanyal, situado junto a la igualmente importante,  antigua Lonja de Pescadores. 

Vemos el aspecto que ofrecía y las mujeres en su diaria contribución de ayuda a los hombres del mar.

viernes, 11 de abril de 2014

FARMACIA DE LA MORERA

farmacia morera 1920

Ca. 1920 - Justo en el sitio donde la actual calle de las Barcas se transformaba en plaza, había una morera en el lugar donde convergen dos calles, tal y como se observa con nitidez en el plano de Vicente Tosca, el “capellá de les ralletes, de 1704: la Sequiola, que venía de bajada, la actual de Juan de Austria, y la de la Cofradía de los Sastres, a su encuentro desde la izquierda y en la actualidad de Pascual y Genís.

la morera
Y aquella morera, repuesta cada vez que la anterior perecía, permaneció en el tiempo hasta que la construcción de una casa dio ocasión a un nuevo chaflán, donde después se instalaría una farmacia que en su recuerdo se conoció como de la Morera, tal y como observamos en la fotografía de los años veinte, cuyo edificio era una ventana abierta a la publicidad, que igual ofrecía la mejor y más económica solución para la dentadura, que el Zotal: el insecticida más agresivo; que la solución para las almorranas; que el Ceregumil: un extracto de cereales de gran aporte vitamínico con letrero de “completo”; así como el más simple y sencillo remedio para ocultar las canas; o el anuncio de Terry como solución para los resfriados.

jueves, 10 de abril de 2014

EL BAÚL DE LA PIQUER

Conchita Piquer jovencísima 1922

1922 - Una mano en su cadera y la otra en todo lo alto, con su juvenil sonrisa, indicando con su dedo la más alta cima a la que llegó su estrellato, en esta ocasión con bata flamenca, paseando por las tablas el garbo que lució mediante su figura en los mejores teatros del mundo, en los que triunfó, y uno a uno cargada de baúles por lo que se hizo famosa la expresión “el baúl de la Piquer”.
Conchita Piquer bailando 1922

Genial artista donde las hubiere, igual mostraba su gracia bailando y a la sazón fantaseando con sus manos, de las que los dedos desprendían la pureza de su arte.  Cuando la famosa coplista valenciana percibió un ligero fallo en su poderosa voz, dejó de arrastrar su bata de cola por los escenarios, y su famoso baúl lo arrinconó en el fondo de su armario. Esto sucedía cuando doña Concha andaba por los cincuenta y dos años.

¡Menuda era la Piquer para que le surgiera un leve gallo que ensombreciera su tronío!

Archivo de Rafael Solaz


miércoles, 9 de abril de 2014

CRUZANDO EL RIO

el paso de la barca AÑOS 20

Fuente – Salvador Monmeneu

Ca. 1928 - El rio Turia en su parte final al mar siempre tuvo agua incluso después de su desvío por el “plan sur”, pues la mantuvo hasta la urbanización de la zona de Monteolivete en el desaparecido azud de oro. Muy atrás quedaba cuando el río era verdadero río y aún no se había construido el puente de Nazaret que entraba en funcionamiento en 1931. El paso de una ribera a otra, en el tramo que en el cauce aún no existían los pretiles, lo facilitaban unas barcas en diferentes puntos recreando momentos como el de la foto en el que un señor mayor y una jovencita, estirando de la cuerda, cruzan el río con absoluta tranquilidad rodeados de un bosque de cañas en las primeras horas del día. Río, barcas, y hasta barqueros había.

martes, 8 de abril de 2014

MONUMENTO AL ESPAÑOLETO

Monumento a jose ribera_1888 inauguracion

1888 - José Ribera “el Españoleto”, el pintor setabense, inició y completó su carrera artística en Italia durante el siglo XVII, alcanzando gran fama en toda Europa por sus grabados y pinturas dentro del ámbito religioso, reconocimiento que se vio refrendado en el XIX cuando su obra adquirió una gran cotización. 

Valencia quiso homenajear a su pintor más prestigioso erigiendo una estatua sobre pedestal frente al Palacio del Temple, que fue inaugurada en el año 1888 obra de Mariano Benlliure, con la presencia de las autoridades ante un monumento vistosamente ornamentado como merecía la artística carrera del pintor de Játiva. 

Esta estatua daría origen a una las más viajera de la ciudad, con su camino de ida y vuelta a su emplazamiento definitivo y muy próximo a su lugar de origen; y hasta nuestros días…