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lunes, 30 de abril de 2018

FALLA CONVENTO JERUSALÉN DE VALENCIA, 125 ANIVERSARIO Y PRIMER PREMIO DE LA SECCIÓN ESPECIAL


Falla de Regino Más - 1958

La comisión Convento Jerusalén-Matemático Marzal de Valencia, del sector La Roqueta-Arrancapins y nº 12 del censo de la Junta Central Fallera, ha conmemorado a lo grande el 125 aniversario de su primera falla plantada consiguiendo este año el máximo premio de la sección especial con el gran monumento realizado por el artista Pere Baenas García que ha estado magníficamente ayudado por el talento modelador de Daniel Gómez.

Con el lema “Per naturalea”, la falla era un imponente y colorista bosque de dos caras para narrar las fantasías de una familia a lo largo de su vida, con el joven guerrero custodiando el legado de la naturaleza y el demonio intrigando. Alegoría sobre el respeto al medio ambiente y vivir acorde con él, que estaba presidida por el Rey de la Naturaleza que embobado observaba a sus nietos. En contraste, y también per naturalea, en las escenas de las bases la sátira y crítica social y política local, nacional e internacional.

Cénit de la larga historia fallera de una comisión que está plantando desde 1957, ininterrumpidamente, en la sección especial, donde han conseguido 15 primeros premios, 16 segundos y 18 terceros. Y muchas tan famosas como la de 1958, construida por el artista Regino Más, donde además del máximo galardón su ninot presentado a la exposición fue el indultado para el Museo Fallero.

Historia de premios importantes que se remonta a más de cien años atrás, ya que en 1913 con la falla realizada por el artista Carles Cortina, un famoso de la época, consiguieron el primer premio de las plantadas en Valencia.

Y poco ha faltado para que la infantil hiciera doblete con la grande, ya que la obra de José Gallego ha sido galardonada con el segundo premio de la sección especial.


Falla 2018 - Foto de Esteban Gonzalo

Una comisión presidida por Santiago Ballester Casabuena cuya Fallera Mayor es Susa García Pérez, y Hortensia Ferrer Roig y Álvaro Lacruz Ots, Fallera Mayor y Presidente, respectivamente, de la Comisión Infantil.

Ciento veinticinco años de su primera falla, pero tendrán que esperar hasta el año 2022 para conmemorar el siglo y cuarto de fallas plantadas, ya que no las hubo en Valencia en 1896 por problemas políticos y entre 1937 y 1939 por situación bélica.

Comisión que entre los años 1955 y 1971 tuvo en el Parador So Nelo, donde actuaron importantes artistas, un importante punto de encuentro con dos fines : beneficios para la falla y la integración fallera de un sector de la clase medio-alta que tradicionalmente se había mantenido al margen de la fiesta.

La moda de los paradores, ya que también hubo otros en Valencia, pasó, y actualmente las carpas, que tanto han proliferado, son sus descendientes.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

sábado, 28 de abril de 2018

A LAS ARENAS

Archivo Municipal

1935 Ca. - En el pasado decimonónico había sido la Alameda donde con sus tartanas, carrozas y faetones se reunía la clase pudiente de la ciudad. La sombra de los Álamos, la extensión alargada de la Alameda de acceso fácil desde el centro de Valencia por dos de sus cinco puentes sobre el Turia situados en los extremos del paseo, facilitaba la oportunidad de lucirse ante lo más granado de una burguesía que se arracimaba al tren de la modernidad.

Pero con el nuevo siglo nuevos lugares atraían el orgullo de aquellas "doñas Manuelas de Arroz y Tartana" que para distinguir su porte acudían al Balneario de las Arenas, a la sazón ornado por dos panteones neoclásicos de altas columnas y regias escalinatas donde se alternaban los baños calientes en tina con los servicios de un restaurante de primer orden abierto todos los días del año. 

A sus pies, y en paseo matinal principalmente de domingo, si algo había que evitar eran los rayos solares cuya exposición era signo inequívoco de baja condición social.

jueves, 26 de abril de 2018

LOS FERROBUSES RELEVAN A LOS TRENES DE VAPOR


  













A las 12 horas del día 14 de agosto de 1962 la Estación de Norte presentaba el aspecto inusual que muestra la foto tomada por José Penalba Salvador y publicada en el diario Levante del día siguiente, ya que sus seis vías bajo la cubierta metálica estaban ocupadas por ocho ferrobuses, trenes que con nueve más que habían llegado en los días anteriores y el que estuvo siete años en pruebas, relevaron a partir del día 15 a servicios con tracción de vapor en las líneas de cercanías hacia Castellón, Cullera, Xàtiva y Alcoy, ésta como excepción, ya que a partir de Xàtiva era y sigue siendo considerada erróneamente como regional. 

Sustitución que estuvo acompañada de aumento de servicios y el comienzo para que RENFE fuera considerando que las cercanías con frecuentes y cadenciadas circulaciones son una parte muy importante de la oferta de transporte y no un complemento de prestaciones. Presidieron la presentación Adolfo Rincón de Arellano, Alcalde de Valencia, y Salvador Brasco Roca, Director de la IV Zona de Renfe, junto a otros dignatarios.
Foto de Esteban Gonzalo - 1976
Ferrobús entrando en la Estación del Norte

Con la llegada de más ferrobuses también mejoraron grandemente los servicios en las líneas de cercanías hasta Caudiel, Llíria por Manises y Utiel. Sin embargo, fueron trenes de corta vida, muy aptos para una hora de viaje, pero utilizados inadecuadamente en toda la red española sin electrificar para servicios regionales (Desde Valencia 202 km. hasta Cuenca en 4 h. 40 minutos y 163 km. hasta Teruel en 4 horas y 25 minutos), dejando baldados a los viajeros con los continuos vaivenes y bamboleos de sus ligeras cajas sobre dos ejes rodando por raíles unidos con juntas de dilatación. De tal manera, que ante la falta de fiabilidad por el deterioro de gran parte del parque de ferrobuses, a partir de 1977 comenzaron a sustituirlos en algunos trayectos por coches de viajeros remolcados con locomotoras diésel eléctricas hasta la llegada en 1982 de los automotores diésel que aún atienden en la Comunidad Valenciana los servicios de Valencia a Caudiel y a Utiel, de Xàtiva a Alcoy y entre Alicante y Murcia.
  
El mencionado de pruebas fue un Schienenbus diésel, construido por la Wagonfabrik de Uerdingen (Alemania), que entre enero de 1955 y 1961 estuvo circulando principalmente entre Valencia y Castellón. Realizaba el viaje de 70 km. con 15 paradas intermedias en una hora y cuarenta minutos, 35 minutos menos que los trenes remolcados con locomotoras de vapor. Por ello cobraban un suplemento “de velocidad” añadido al billete de tercera clase. Tenía a su favor poco peso remolcado con carrocería de acero y aluminio, rápida aceleración y frenada, velocidad máxima 90 km/hora, calefacción y refrigeración, y asientos movibles en sentido de la marcha pero sin reposacabezas, y en contra muy saltarín en buena parte por el mal estado de las anticuadas vías.

Aunque los resultados fueron satisfactorios no hubo posibilidades presupuestarias ministeriales hasta 1961 para comprarle trenes a la Wagonfabrick y fabricar otros con su licencia en CAF de Beasaín y MACOSA de Valencia.
  
Tras las compras y reestructuraciones realizadas Renfe llegó a tener 176 ferrobuses de dos ejes.
  
El diario Las Provincias del 9 de enero de 1955 incluyó una extensa información en su sección Actualidad Valenciana sobre las ventajas de la tracción diésel en las líneas españolas sin electrificar para mejorar y aumentar los servicios de cercanías y que para ello Renfe iniciaría las pruebas en Valencia de un tren alemán, posiblemente a partir del día 17 de ese mes aunque sin confirmación posterior escrita en los medios de comunicación consultados.  .
   
Texto de Esteban Gonzalo Rogel 

martes, 24 de abril de 2018

EL FOSSAR DE SAN MARTÍN

Archivo Municipal

En la Valencia del siglo XVIII los cementerios urbanos, els fossars, se convertían en urnas funerarias que por la estrechez de sus calles y su inexistente ventilación, daban a la ciudad un aspecto insalubre falto de higiene. Y así sería hasta el siglo siguiente con la inauguración del Cementerio General en 1807 y la consecuente desaparición de los parroquiales.

El mayor fossar de Valencia era el de San Martín, cuando la calle de San Vicente era muy estrecha y la de San Fernando ni existía, en cuyo lugar el cementerio se extendía a sus anchas con dos puertas de entrada, mientras  que en la de Calabazas se abría otra.

El cementerio de San Martín compartía tapia con el de Santa Catalina en la proximidad de la plaza del Mercado, en cuyo lado tenía el de la santa una de sus entradas.

Por la proximidad del Mercado, se convertía el mismo en lugar de paso hacia ambos fossars, por lo que al ser tan concurrido podemos imaginar su aspecto fúnebre con cierta frecuencia.

domingo, 22 de abril de 2018

EL TRANVIA POR LA CALLE SUECA


Falla Sueca-Literato Azorín plantada en 1955. Foto cedida por la Comisión.

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS

Corría el año 1948 y de golpe aparecen cuadrillas de obreros que comienzan a picar desde la GV Germanías el antiguo y bastante bacheado pavimento de asfalto de la calle de Sueca, continuaron por una manzana de Los Centelles y luego volvían por Cádiz a la Gran Vía. En la primera calle la obra se ralentizaba al aprovechar para realizar un nuevo colector a lo largo toda la calle.

Pero lo fundamental para nosotros es que el objetivo final de estas obras era la instalación de vías tranviarias, que conectadas con las que recorrían la parte de los pares de Gran Vía Germanías creaban un bucle, que sería el origen de la futura nueva línea del Sur o nº 13 que nos llevaría desde ese bucle en Ruzafa pasando por la pl. Ayuntamiento y el puente del Real, y con otras nuevas vías por General Elío y el paseo al Mar a Jaume Roig hasta la barriada de Benimaclet, un buen proyecto.




Adoquinado y vías de tranvías enterrados en el asfalto desde hace muchos años en la calle Sueca, cruce con Puerto Rico al ser destapado en una nueva reforma hace unos tres años. Foto autor desconocido.

A lo largo del año 1950 acaban las obras en las tres calles con un magnífico adoquinado, nuevas aceras y el bucle de vías para tranvía. Hasta aquí todo perfecto, pero empiezan a pasar los años y las obras por la otra punta no comienzan, ni comenzaron jamás. Tampoco se instaló la correspondiente catenaria, por lo que era imposible aprovechar la obra para hacer pasar alguna línea de tranvía por ese bucle. En resumen que nunca llegó a pasar ningún tranvía, ni siquiera en pruebas.

Y comienzan a pasar los años, en los que ocasionalmente hubo “cartas al director” y artículos de opinión tanto en el diario Levante como en Las Provincias y Jornada citando el bucle y preguntando sobre su utilización, que jamás fueron contestadas por nadie ni de la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia (CTFV) ni del Ayuntamiento, llegamos a 1955 y oh maravilla, en los entonces tres días falleros 17, 18 y 19 de marzo sí que circuló un tranvía por aquellas vías olvidadas de Dios y de los hombres.

La Falla Sueca-Literato Azorín plantó una falla al estilo antiguo, en la que una parte de ella era móvil, la reproducción de un antiguo tranvía de caballos, tipo “imperial”, es decir de dos pisos, que recorría un buen tramo de la calle Sueca tirado por un burrito. A los chiquillos del barrio nos dejaban subir y monté en él. El artista fallero era Pepe Navarro Segura y fue la única crítica “seria” que tuvo el circuito de vías instalado.

Gracias a la Falla Sueca-Literato Azorín por los datos y la foto aportada.

Texto de Enrique Goñi Igual

viernes, 20 de abril de 2018

LIBRERÍA MARIANA



Archivo Municipal

La Librería Mariana tuvo su impronta en la ciudad. Junto a la Lonja, con los escalones incrustados en sus propias entrañas.
  
Un universo cultural, una seña de la plaza del Dr Collado de la que tan solo queda la erosión del tiempo, la desidia y la falta de compromiso.
   
Porque Librería Mariana era algo más que una tienda comercial de barrio con mostrador, estanterías y guardapolvos. Mucho más.
   
Tanto en los inicios del curso escolar, como ante la llegada de los Reyes Magos, satisfacía a su fiel clientela, que, por el lugar y la proximidad del mercado era numerosa.
   
Lucía en sus anaqueles un extenso surtido, muy variado,  donde no faltaban desde libros de cuentos, de viajes, novelas, devocionarios y misales, hasta álbumes de pinturas y de postales.
   
Tenían prestigio para la enseñanza los Atlas de Geografía, las Historias de España, de Anatomía y de Naturales. Y le iban a la zaga los de juegos, tales como los de Lotería, Aduana, Oca, Asalto, sin faltar el de Dominó.
   
Y entre los juegos didácticos se ofrecían los geométricos, los rompecabezas, mapas esféricos, cajas de pintura, estuches de papel, lápices de fantasía, calcomanías, linternas mágicas y un sin fin de artículos para regalar a los niños.

Librería Mariana, que con los escalones de la Lonja y las telas metálicas de Hija de Blás Luna competían en fama.

miércoles, 18 de abril de 2018

150 AÑOS DE LA PRIMERA FALLA EN DOCTOR COLLADO - 1869-2018

Falla 1912 - Distrito Fallas

En las recién finalizadas Fallas se cumplió, oficialmente, siglo y medio del primer monumento efímero que plantó una comisión en la entonces plaza de La Lonja, posteriormente dedicada al Doctor Collado. Se trataba de un pequeño catafalco con tres figuras, dos damiselas con trajes de última novedad y una criada que hacían divertidos movimientos, según Enrique Soler Godes en su libro “1849-1977.Las Fallas de Valencia”. Año 1869 en el que también plantaron pequeñas fallas en las plazas de Ibáñez y Mosén Sorell, y en el ruedo de la plaza de toros, en ésta con figuras en movimiento y festejos, pero pagando entrada.

Una comisión que tiene en lugar destacado de su casal, sito en la calle Angosta de la Compañía, en el centro histórico de Valencia, los estandartes que le acreditan los cuatro primeros premios de la sección especial conseguidos en los años 1951, 1953 (ex aequo con Mercado Central), 1960 y 1969. Los dos primeros con fallas realizadas por los Hermanos Fontelles, y los otros por Salvador Debón Cortina, artista que también les proporcionó otros importantes premios hasta que dejó las tareas falleras al captarlo Lladró en 1974 para modelar figuras de porcelana que han hecho famosa a la empresa en todo el mundo. Por ello, agradecida esta comisión al gran artista que supo combinar hábilmente belleza escultórica con potente crítica soslayando la censura, creó en 2010 un premio anual con su nombre para reconocer a un artista revelación. Galardón que entregan en el mismo acto que los Premios Lonja, que instituyeron en el año 2004 para enaltecer a personas y entidades que se distinguen en el ámbito profesional, social y cultural de Valencia.

Falla 2012 - Distrito Fallas

Ciento cincuenta años desde su primera falla, pero no de monumentos plantados para lo que les faltan varios años, ya que en Valencia no los hubo en los años 1885, 1886 y 1897 por cuestiones políticas y de impuestos, y entre 1937 y 1939 por motivos bélicos.

Historia de grandes éxitos en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado que estuvieron precedidos por premios importantes en los decenios anteriores.

Con continuidad documentada desde 1911, la falla del año siguiente tuvo enorme repercusión, tanto que en la de 2012 la reprodujeron en una de sus escenas laterales. Representaba el escenario del Salón Novedades, donde actuaba la canzonetista de nombre artístico La Margot y real Adela Vicente interpretando el picaresco cuplé “La pulga” ante un patio de butacas ocupado por “viejos verdes”, entre los que había conocidos personajes de la burguesía valenciana.

Falla 2018 - Esteban Gonzalo

Este año han conseguido el octavo premio de la sección segunda con la falla que les ha realizado el artista David Sánchez Llongo tratando irónicamente sobre costumbres orientales.

Una comisión presidida por Antonio Fagoaga Ballester de la que es Fallera Mayor Loreto de la Asunción Tormo, y Laura Fontes Pérez y Jorge Civera Cobos, Fallera Mayor y Presidente, respectivamente, de la Comisión Infantil.

Pertenecen al destacado grupo de las Fallas Solidarias y el día 18 de marzo fue la organizadora del homenaje al mestre dolçainer Joan Blasco Ribera, gran recuperador de este instrumento típico de la música tradicional valenciana que falleció el año 2016. Como bello preludió de la mascletà hubo una tabalà popular en la plaza del Ayuntamiento de Valencia.E LA PRIMERA FALLA EN DOCTOR COLLADO.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

lunes, 16 de abril de 2018

LOS AMIGOS DE LO AJENO


1918 - La plaza de Castelar, cuando terminaba la segunda década del pasado siglo, ofrecía su mejor aspecto, tanto en cuanto y en torno a un conjunto de kioscos discurrían placenteros los valencianos en busca de la prensa, del refresco o de una flor, mientras la construcción del nuevo ayuntamiento orientaba su fachada principal hacia la plaza, una vez tomada la decisión de abandonar su entrada por la calle de la Sangre.
   
Pero no todo eran plácemes, pues en cuanto a la vigilancia de la plaza por la autoridad era cuestionada ante el gobernador, toda vez que los excesos contra la propiedad por parte de los interesados por lo ajeno eran frecuentes.

Y así se manifestaba la prensa en los primeros días del mes de abril, que al igual que en otras ocasiones se habían repetido los mismos actos delictivos, pero lo sucedido en aquella ocasión y en un tiempo máximo de una hora, superaba todo lo conocido.

Es vergonzoso señor gobernador que en punto tan céntrico como el parque de Castelar los ladrones campeen por sus respetos sin que agente alguno de la autoridad estorbe sus faenas”, se denunciaba desde El Pueblo el miércoles día 3, por lo sucedido la noche anterior:

“Del kiosco en construcción en el jardín del Marqués de Campo se llevaron todas las herramientas; del de necesidad, inmediato, las toallas; del kiosco de refrescos “el Japonés” un gran número de sillas y mesas; otro tanto desapareció del kiosco de refrescos frente al Ateneo Mercantil; varias perillas y bracitos de metal de las casas inmediatas a la conocida por Jura Real; y el incalificable asalto al kiosko de periódicos situado frente a la Bajada de San Francisco de donde los cacos se llevaron cerca de 600 pesetas en metálico, gran número de cucharillas y otros efectos”

Los valencianos se preguntaban cómo podía suceder aquello con cierta frecuencia y cómo la autoridad se veía impotente para detener a los malhechores, ante unos hechos que también se repetían por la Gran Vía y otros jardines, de donde desaparecían perillas y toda clase de cañerías, al tiempo que se hacían eco de los granujas que medran comprando los objetos robados.

¿Para cuándo se dejan los registros, las visitas de inspección, la cárcel, y la clausura de los antros donde se comercia con lo que se roba el vecindario?” – se preguntaba el cronista.

sábado, 14 de abril de 2018

HORCHATERÍA EL COLLADO, MÁS DE 125 AÑOS EN EL CENTRO HISTÓRICO


Foto de Esteban Gonzalo

Entre la calle Ercilla y la plaza del Doctor Collado, en pleno centro histórico, en 1892 ya estaba la Horchatería El Collado. Entre los últimos años veinte y mil novecientos cuarenta fue la Horchatería del Central, Casa Adrián (Alamar), quien el 5 de enero de ese año se la vendió a Martín Civera Ponz, que le cambió la razón social con la que han continuado hasta ahora. Fue el comienzo de una saga que a su fallecimiento en 1958 siguieron su esposa Josefa Martínez Lázaro como propietaria y su hijo José Civera Martínez como gerente, quien tras decenios en el negocio ha cedido la gestión a su hijo Jorge Civera Roselló.

Un lugar para tomar exquisita horchata, con fartons, rosquilletas u otros acompañamientos, espeso y sabroso chocolate con buñuelos entre diciembre y junio, y helados artesanos con una atractiva variedad para elegir. También es el único o uno de los pocos establecimientos de Valencia donde se puede tomar agua de cebada.

Su pequeño local fue ampliado al doble en 1965 al anexionarse el que ocupaba una tienda de salazones para poder atender mejor a sus clientes, a quienes la empresa familiar les agradece públicamente su confianza de siglo y cuarto con un gran letrero colocado el año pasado en la fachada del edificio en cuyo bajo esta la horchatería-heladería.

La relación de la Horchatería El Collado con Alcublas es por partida doble, ya que además de ser el origen de la familia Civera, este establecimiento y los restantes horchateros y heladeros de la ciudad tuvieron especial relación con ese municipio de La Serranía, ya que cuando no habían fábricas de hielo lo traían desde allí con carros y por la noche. Asimismo el  frecuente trato propició que las horchaterías de Valencia fueran los principales negocios donde jóvenes alcublanas encontraban trabajo.

Horchatería El Collado está ubicada muy cerca de La Lonja y el Mercado Central, en zona muy transitada por conciudadanos y visitantes españoles y de otros países.

Los Srs. Civera padre e hijo manifiestan que gracias a las modernas tecnologías les resulta muy satisfactorio y estimulante leer en internet los elogios de muchos visitantes.

Y ahora a por el siglo y medio, ya que el tiempo pasa rápido.

Texto y fotos de Esteban Gonzalo Rogel

jueves, 12 de abril de 2018

EL MERCADO DE AVES




El nombre de Plaza Redonda se había popularizado de tal manera que el oficial del Cid y luego del Clot apenas era mencionado por quienes acudían al Mercado de Aves, que en aquellos años centraba la actividad del lugar con la venta toda clase de especies de pluma, donde se mezclaban el canto de algún gallo con los gorjeos de ruiseñores, así como la venta de toda clase de productos que guardaban relación, tanto de jaulas diversas como de alimentos para las aves.

El alcalde Sr. Valentín, durante aquel año de 1910 puso especial énfasis en las inspecciones sanitarias en diferentes zonas de la ciudad, que a la sazón presentaban característica dispares, tanto por las calles de Pueblo Nuevo del Mar, como en la calle Bailén o al principio del camino Hondo del Grao.

Pero siempre recordaba al Inspector Municipal Sr. Batlles su principal atención al “Mercado de Aves”, por ser céntrico y muy concurrido, donde la necesidad de su inspección sanitaria debía merecerle toda su atención, y en su caso, tomar las medidas oportunas, tanto en cuanto su actividad repercutía en la salud pública, muy reivindicada por la prensa de entonces.

martes, 10 de abril de 2018

LAS FALLAS DE LA PLAZA DEL MERCADO CENTRAL

Bivaldi.Gva.es

1931 - La moda de las fallas móviles reproduciendo trenes, locomotoras y tranvías perduró hasta mitad de los años cincuenta del pasado siglo.

En 1931 fue noticia destacada la del tranvía de dos ejes con linternón de la falla de la plaza del Mercado Central. Fue montada sobre un vehículo con motor para poder llevarla por la barriada y los viajeros exhibían cántaros y otros recipientes colgando por el exterior de las ventanillas. 



Bivaldi.Gva.es

A la originalidad de la falla móvil se unió la calidad de la fija que con el lema de la amarga alcachofa, para satirizar costumbres y problemas de la época, la construyó el artista fallero Carlos Cortina. Consiguieron el segundo premio que estaba dotado con 2.000 pesetas y el primero de llibret, la onza d’or de Lo Rat Penat. Corresponde a la etapa de gloria de esa comisión que comenzó con el primer premio a sus monumentos de 1929, 1930 (compartido con la falla Molino Na Robella) y 1936, y prosiguió a partir de 1943.

También tuvieron el aliciente del tercer número de su popular revista “Crit de Festa” con el programa de festejos, “chismorrería” del barrio y una “exquisita selección” de trabajos literarios de tan reconocidas firmas como Maximiliano Thous, Gómez Polo, Hernández Casajuana,… según informaba el diario Las Provincias el día 14 de marzo, especificando que la regalaban al público.

Mercado Central junto con las comisiones Barcas-Pascual y Genís y Reina-Paz-San Vicente, fueron las fundadoras en 1941 de la sección especial, plantadas a partir del año siguiente, donde la primera, número 1 del censo fallero, tuvo muchos años de satisfacción hasta que en 1973 bajó a las secciones 1ªA y B, para volver a la categoría reina en 2014 y retornar a 1ªA en 2017.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

domingo, 8 de abril de 2018

III SIGLO CANONIZACIÓN SAN VICENTE FERRER

Archivo Municipal

Las imagenes que se muestran en la foto del Archivo Municipal conforman la estampa calcográfica realizada  en 1761 por Vicente Galcerán y Alapont con motivo de la conmemoración del III Siglo de la Canonización de San Vicente Ferrer, cuya onomástica se celebra mañana, 9 de abril, como patrón de la Comunidad Valenciana.
  
Fue editada por la imprenta de Joseph Vergara en un grabado que figura en su parte central la leyenda: SIGLO TERCERO DE LA CANONIZACIÓN DEL APÓSTOL EUROPA, mención otorgada por su labor evangelizadora en el continente.
  
La Biblioteca Valenciana nos informa asi del trabajo que expresó el autor mediante diversas alegorías:

 "San Vicente Ferrer en un rompimiento de gloria, rodeado de querubines entre nubes. A la derecha Dios padre con nimbo triangular. Uno de los querubines sostiene una corona de laurel sobre la cabeza del Santo y una filacteria en la que se lee la exhortación "DATE ILLI HONOREM"= "Dadle honor". 

El santo apoya sus pies sobre las espaldas de un toro, símbolo de Calixto III que fue quien lo santificó. En el registro inferior, dos imágenes femeninas, a la izquierda la alegoría de Valencia, con el escudo de la ciudad y a sus pies un gran pez de cuya boca mana agua. De la boca de esta alegoría emana la frase "O et praesidum!" que junto al texto que acompaña a la figura femenina de la derecha "Et dulce decus meum!", componen un verso de Horacio dirigido a Mecenas (Oda,I) = "Oh mi protección y mi querida gloria". 

La figura de la derecha es la alegoría de la Orden de Predicadores (Dominicos), porta el escudo de la orden y apoya su rodilla sobre una esfera junto a un perro que sostiene una antorcha encendida en la boca, elementos alegóricos que se refieren al nacimiento del fundador de los Dominicos, Santo Domingo de Guzmán. Sobre su frente una estrella. 

Entre estas dos figuras un angelote que toca una trompeta mientras de entre sus brazos asciende una filacteria con la locución " ALTIUS ISTE TULIT", con su mano izquierda sostiene una cartela que se apoya en una vista de la ciudad de Valencia. Desde el cielo dos angelotes derraman rosas".

viernes, 6 de abril de 2018

LA RIADA DE 1957 Y LOS TRANVIAS

Vías descarnadas en av. del Puerto. 
Foto autor desconocido. 1957.


ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS

Pocos años más tarde, en 1957 se produjo la tercera riada, la más destructiva de la modernidad, aunque con la realización del nuevo cauce de acuerdo con el Plan Sur esperamos que haya sido la última que afecte a la ciudad de Valencia.

En realidad fueron dos riadas la de la madrugada del 14 de octubre y la posterior a mediodía. Se volvió a tragar el puente de Madera y dejó más de media ciudad y buena parte de pueblos vecinos cubiertos de barro, se estima en un centenar los fallecidos.

Aquí, en cuanto a los tranvías, se vieron perjudicadas cocheras, instalaciones de energía, personal, los propios tranvías, etc. En las fotografías siguientes podemos hacernos un somera  idea de lo destructiva que fue esta riada, en la av. Puerto dejó la vía de tipo ferroviario totalmente desnuda, en otra podemos ver la altura del agua en la calle Blanquerías o finalmente un coche de bomberos está arrastrando con cable a tranvías más o menos ahogados de la línea nº 8 Gran Vía Alameda para estacionarlos en la Alameda junto a los cuarteles, a espera de un mejor futuro, que sí llegó, pero por poco tiempo.

 Coche 421 “ahogado” en calle Blanquerías con Padre Huérfanos. 
Foto colección Atanasio Lleó. 1957

En cuanto al servicio de tranvías no existió el día 15, el 16 las líneas nº 7, 9 y 11 circularon desde Ruzafa, Cementerio y Patraix hasta pl. Ayuntamiento, a partir del día 19 los servicios al Grao funcionaban desde el Puerto hasta pl. Aragón y más tarde hasta pl. Ayuntamiento pero solo por Gran Vía, en resumen hasta pasado más de un mes no funcionó toda la red normalmente.

Coche de bomberos arrastrando tranvías hacia la Alameda. 
Foto Finezas. 1957

Los datos indicados proceden del diario Las Provincias de fechas concordantes con los hechos citados.

Texto de Enrique Goñi Igual.

miércoles, 4 de abril de 2018

EL CACHIRULO QUE SÍ SE EMPINÓ


Foto de Pedro Blasco

1960 - Con la Resurrección del Señor llega el Día de Gloria y el ritual de la Semana Santa se convierte en reuniones de jóvenes familiares y amigos que, durante los "tres dias de Pascua", iban a correr la mona a la ermita de Godella, a Benimamet, a la Fuente del Jarro, al camino de Tránsitos junto a San Francisco Javier, y algo más reciente a la Pista Ademuz, en obras por su apertura. Y por supuesto al rio: a cantar la tarara:

 “El día de Pasqua Pepito plorava perque el caxirulo no se li empinava”.

Recuerdo Casa Pedrito, único kiosco con el de la Estación, llena de cachirulos para quienes no los sabían hacer.

Y junto a la mona con su huevo duro estrellado en la frente del más bien "enemigo", en la ocasión, que amigo, además del disfrute que los juegos pascueros producen como escenificación más tradicional de “la alegría de la huerta”:  a la una pare la lluna, a les dos pare el sol, a les tres pita el tren”, los de cuerda y los de prendas, surgen los “campeonatos de cachirulos” como el que nos ocupa la imagen que se llevó a cabo en 1960 en el barrio de Benicalap.

El lugar y la entrega de premios fue en la calle Pintor Matarana -hoy Mercadona- que se adivina rodeada de huerta, incluso con una barraca al final del carrer Xocainet, la de los Oreros. Don Juan Blanquer, cura párroco de Benicalap y Don José Ibancos Bru de Santa Rosa de Lima, los organizadores que otorgaban los premios.

El cachirulo que muestra Pedro Blasco, hecho por su tío Victor, su padrino, acompañado por su primo Vitorín, se hizo merecedor del segundo premio, gracias a los dos rollos de hilo, cuerda de palomar que les acompaña, que fueron soltados en su totalidad.

El vencedor fue Tuset, aunque su cachirulo no aparece en la foto al terminar rompiéndose; con seguridad la novedad del celofán con el que estaba confeccionado no resistió  la fuerza del viento que sí mantuvo el que lucía un cartel de la IV Feria Internacional del Campo.

La chicas que aparecen en la foto son las campeonas de un concurso de huevos decorados, y los panquemados, los obsequios para los premiados.

Cachirulos que confeccionábamos con cañas secas guardadas para que se secaran,  pegamento con harina y “cuas de trapo”. Recuerdo un año que al no tener “prou cua” puse la zapatilla de un amigo:  hizo “fil trencat” y no lo encontramos.

La "mona de Pascua" y a bailar la tarara:

¡A María le vamos a dar
chocolate con aguarrás,
a su novio le daremos
chocolate con veneno.

¡La Sra. María …qué creída está!

Texto de Pedro Blasco

lunes, 2 de abril de 2018

LA MARQUESINA DEL PRINCIPAL

Archivo Municipal

1924 - Con motivo de la Coronación de la Virgen de los Desamparados en el mes de mayo de 1923, con la visita al acto de los Reyes de España, la vieja marquesina del Teatro Principal de 1854 fue eliminada, al tiempo que su fachada fue objeto de la necesaria limpieza. Por la calle de las Barcas tuvo lugar en aquella fecha una procesión, y sea por su desaliño o quizás que por su volumen ocultara el paso a los asistentes, motivaron su sustitución por otra más sencilla, que a poco tiempo de su instalación, ya era objeto de crítica. Aunque en un principio la intención era la de restituir la antigua una vez sacado el lustre de antaño.

Marquesina, la antigua, que hacia juego en sus tres cuerpos, mientras que la nueva rompía la uniformidad de siempre, por lo que entre otros motivos fue objeto de críticas.

Así fue en febrero de 1924 que en una carta al director de las Provincias, un curioso  lector denunciaba como defecto que la nueva marquesina "corta las puertas por el arranque de los arcos y descompone la fachada", y pese a ello, decía,  podría subsanarse si también se modificasen a su semejanza las marquesinas de las taquillas y la contaduría. Algo no encajaba en su crítica,  pero donde más hincapié hacia era en los tirantes que la sostenían: "un gran ataque a la estética...que causan un efecto deplorable".

"Es posible que sean necesarios para respetar la ley de la gravedad, pero en eso precisamente consiste el arte: en salvar los escollos que atentan a la estética".

Terminaba en su carta con  un alegato a la necesidad de dar fin a la fealdad de la marquesina situada en "un teatro, templo del arte... que perteneciendo a una corporación oficial, es de un efecto desconsolador".