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sábado, 30 de marzo de 2019

LAS AULAS DE BOTÁNICA EN EL BOTÁNICO


Fue el año 1802 cuando el Jardín Botánico se instaló en un lugar definitivo, en el Huerto de Tramoyeres.

El comienzo y diseño del jardín lo realizó Francisco Gil por encargo del rector Vicente Blasco. El botánico José Cabanilles participó activamente aportando ideas que había aprendido en el Jardín de Plantas de París.

Pronto se construyeron los pequeños edificios para impartir en sus aulas las clases de Botánica. Se trasladaron ejemplares de la Alameda, y del jardín de aclimatación, material docente y libros.

Cuando Vicente Alfonso Lorente obtuvo la cátedra de Botánica fue nombrado director del Jardín Botánico de Valencia  y  creó la Escuela de Botánica. Al año siguiente de la inauguración comenzaron las clases.


Los conflictos ocasionados por la entrada de las tropas napoleónicas  en Valencia unos años mas tarde (1811), hizo que el desarrollo del jardín se paralizase. El director fue encarcelado y condenado a muerte, aunque tuvo la suerte de ser liberado gracias a la ayuda del médico y naturalista  que acompañaba a las tropas.

Como consecuencia de todo esto, el jardín quedó lamentable en su estado, y rápidamente la Universidad hizo por recuperarlo. No obstante los esfuerzos fueron en vano hasta la llegada del Botánico Josep Pizcueta, que obteniendo la cátedra en 1829, fue nombrado Director.

Con él se construyeron pequeños invernaderos, para así salvaguardar las pocas especies que quedaban. Se reactivaron las clases de Botánica en sus aulas.

Así se fueron sucediendo cambios en la dirección del jardín. Hasta adquirir en 1877 nuevos terrenos, y es cuando surgieron los cambios más importantes como la construcción del invernáculo de la balsa, y más tarde la última gran construcción del jardín: El Umbráculo.

Ya a finales del siglo XIX se decidió que la docencia botánica se trasladará al edificio central de la Universidad, al gabinete de Historia Natural, y es cuando el jardín perdió su función docente, con lo cual, le produjo un declive importante, y para más INRI la aparición de la Guerra Civil, la postguerra y la riada del 57, causando esta última la asolación del jardín. Hay que saber que en los dos años posteriores la actividad en él era exclusiva para retirar el barro.

El reinicio de la actividad docente no se produjo hasta el año 1962 con las clases prácticas de Botánica de la Facultad de Ciencias, Biológicas  y Farmacia.

Texto de Amparo Zalve Polo

viernes, 29 de marzo de 2019

LOS TRANVÍAS TIPO 300


Circulación por la Glorieta del coche 300. 
Ferrocarriles y tranvías, nº 27, 1933

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
 
Desconocidos para casi todos nosotros, se presenta en València el 30 de marzo de 1933 por la Compañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia (CTFV) un nuevo coche motor, que llevaba el número 300.

Como se aprecia en la foto este revolucionario tranvía es más largo que todos los anteriores y está dotado de bogies o carretones, las plataformas son igual de amplias que las de la anterior nueva serie, los 200, dado el gran éxito que ha tenido esta novedad entre los usuarios, al poder permitir que un buen número de pasajeros montaran rápidamente al tranvía. También comprobamos que había dos troles, uno en cada lateral, todavía flojeaba la instalación de bucles de retorno en los finales de trayecto. Además estaba dotado de freno por aire comprimido y sus ruedas eran macizas, o sea sin radios lo que le daba un suave y agradable sonido de rodadura por las vías. Lo único anticuado que conservaban estos tranvías era desgraciadamente la carrocería de madera.

Disponían de nueve ventanillas laterales más una en cada plataforma y podían sentarse hasta 34 pasajeros. Se favorecía la comodidad del pasajero sentado ante el que iba de pie en las plataformas, ya que no se permitía estar parado en la zona interior del tranvía. En cuanto al número 300 del tranvía (es muy extraño que no fuese el 301) y la presencia de unos bogies con un aspecto muy ferroviario (quizá provenientes de algún motor del trenet) me atrevo a pensar en una presentación de la nueva serie, pero que empezó a rodar algunos meses más tarde, quizá poco antes de abrir al tráfico el nuevo puente de Aragón ya que este modelo iba a ser inicialmente utilizado solamente en los servicios al Grao y Cabañal, por cierto el más rentable y mimado por la CTFV.

Esta serie alcanzó las 17 unidades y a partir de 1945 pasó a engrosar la serie tipo 400 tras ser dotados de puertas de acceso, haberse transformado a unidireccionales y modificar su interior. El aspecto de su interior era el de la foto siguiente. 


Interior de un coche tipo 300. 
Foto archivo Diputación Provincial de Zaragoza.

Por su aspecto afilado para poder cruzarse entre ellos en las cerradas curvas de València estos coches “disfrutaron” por parte del público de un curioso apodo, se les llamó los mastabas por su gran parecido a una tumba egipcia que exponía en su entrada una conocida funeraria situada en la calle de Colón, cuyo nombre era, efectivamente, La Mastaba. 

 Texto de Enrique Goñi Igual

jueves, 28 de marzo de 2019

CARICATURAS FERROVIARIAS - IV - Sierra Menera y La Panderola

Caricatura de Miguel Angel García Pozas

Entre el Puerto de Sagunto y Ojos Negros, en la Sierra Menera, provincia de Teruel, hubo entre 1906 y 1972 un ferrocarril de ancho métrico y 204 kilómetros de longitud utilizado exclusivamente para el transporte de mineral de hierro. Hasta 1923 para exportarlo por vía marítima, y a partir de ese año también para suministrarle a la Siderúrgica del Mediterráneo, construida en el citado Puerto de Sagunto.

Línea con dura rampa en los 130 km. entre Sagunto y Puerto Escandón y entre Teruel y el citado puerto (19 km.) y hacia Ojos Negros (58 km.), con el añadido inconveniente de las nevadas

Casi todo su trazado, hasta las cercanías de Santa Eulalia (Teruel), era paralelo con el del Ferrocarril Valencia-Calatayud. Duplicidad de infraestructuras, cuando con una adecuada hubiera sido suficiente, según demostraron resultados posteriores, que permitió el gobierno en lugar de intervenir para acercar posiciones económicas entre ambas compañías, máxime en un país donde tantas zonas estaban necesitadas de obras públicas.

Para mejorar la cobertura de la explotación minera fue suprimido el 1 de julio de 1972 y traspasado el transporte de mineral a la vía ancha que ya estaba gestionada por Renfe.

Dibujo de Miguel Angel García sobre la pericia y conjunción que tenían los maquinistas y los fogoneros, éstos con paladas contínuas de carbón al hogar de las grandes locomotoras de vapor, para remolcar o retener, según tramos y ayudados por el freno Westinghouse, pesados trenes con mineral o largas composiciones de tolvas vacías. Fue publicado en AVAF en mayo de 1983.

Con 75 cm. de entrevía, el Tranvía con motor a vapor de Onda al Grao de Castellón, fue el trenecito de vía más estrecha con servicio público de viajeros y mercancías de la Comunidad Valenciana. Su circulación era consustancial con La Plana de Castellón, de cuyo paisaje formó parte setenta y cinco años. Generalizadamente lo apreciaban por lo que ayudó a fomentar la agricultura, principalmente el cultivo de naranjos, impulsar la industria azulejera de Onda y servir de acicate para la construcción del puerto de Castellón, ya que tuvieron que utilizar inicialmente un embarcadero que se adentraba desde la playa para acercar a los barcos los vagones cargados con cajas de naranjas y azulejos.

El 13 de agosto de 1888 fue inaugurado el tramo entre Castellón y su Grao, el 31 de octubre del año siguiente la sección hasta Vila-real y el 17 de abril de 1890 la continuación hasta Onda. También hubo entre 1907 y 1963, con dos periodos intermedios de inactividad ferroviaria, un ramal entre Vila-real y el embarcadero primero y puerto después de Burriana.

Facilitó los desplazamientos masivos a la playa de Castellón, con el récord de 27.324 viajeros el 29 de junio de 1956, festividad de San Pedro, a los toros y a cuantos festejos celebraban las poblaciones de su recorrido. Pero en los últimos años cincuenta del siglo pasado era testimonial el transporte de mercancías y sólo llevaba muchos viajeros en verano. Ello, junto con el peligro de sus largos tramos en continuo paso a nivel por el centro de Castellón, Almassora y Vila-real, motivó la clausura de este ferrocarril de 39 km. de longitud el 1 de septiembre de 1963. Los postes de su desestimada electrificación fueron utilizados para una línea de trolebuses que entre el Grao de Castellón y Vila-real sólo prestó servicio entre 1961 y 1966 y fue un gran fracaso.
La Panderola

El marchar apresurado de las locomotoras del trenecito, con pausas o frenazos al menor riesgo, principalmente en los tramos urbanos, y su negro charol original, motivaron el apodo, cariñoso y familiar de La Panderola, cucaracha en lengua valenciana, por su similitud con el correr de ese coleóptero.

El caricaturista Miguel Ángel García reflejó en el boletín AVAF de noviembre de 1984 la enorme cantidad de viajeros que durante el verano transportaba La Panderola hasta la playa del Grao de Castellón y la salida rápida de éstos para ocupar buen sitio, como sigue ocurriendo ahora por doquier.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

miércoles, 27 de marzo de 2019

EL TRANVÍA PASÓ POR SERRANOS Y ZARAGOZA


Calle Serranos desde las torres. Foto Díaz Casariego, ca. 1910.

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS
Estamos ante la calle de Serranos, una calle que por ser una entrada a la   ciudad desde la puerta de Serranos se convirtió en una importante arteria comercial, por la que pasaron los tranvías desde el día 23 de junio de 1876 en que la Compañía de Tranvías de Valencia (CTV) inauguró sus dos primeras líneas, la denominada Interior, que hacía un recorrido por unas cuantas de las más importantes calles de la ciudad Glorieta, Barcas, pl. san Francisco (Ayuntamiento), Sangre, san Vicente, Campaneros, Miguelete, Virgen, Caballeros, Serranos, santa Ana, Ronda exterior (Conde Trénor), Tetuán y Glorieta manteniendo este sentido mientras la línea fue de caballos. 

La desaparecida calle Campaneros es hoy la parte derecha de la plaza de la Reina, mirando al Miguelete. La foto que ponemos nos presenta una vista de la calle de Serranos desde la propia puerta de las torres, pero algo más tardía, cuando ya disponía de doble vía. Nos da idea del poco espacio sobrante en la calle con el paso de dos tranvías, uno junto a otro.

 Foto autor desconocido. Calle Zaragoza, ca. 1915.

A partir de 1910 cuando se electrificó la línea Interior se mantuvo el recorrido, pero con doble vía y doble sentido, menos el tramo que va desde Miguelete hacia san Vicente en que se volvía por la también desaparecida calle de Zaragoza, hoy parte izquierda de la ampliada plaza de la Reina. A la vista de la foto se ve que era también una importante calle comercial en la que hoy sería absolutamente impensable la cercanía del tranvía al bordillo de la acera.
  
Texto de Enrique Goñi Igual.

martes, 26 de marzo de 2019

EL AZUD DE ROBELLA


Azud de Robella. Foto autor desconocido, ca. 1940. 
Remember-València, pg. 1504.

QUÉ HACÍAMOS EN EL TURIA

 Otro azud situado en la ciudad de Valencia era el de la acequia de Robella. Estaba situado cercano al punto en que los términos municipales de Mislata y de Valencia se unían junto al cauce del río, casi frente a la cárcel Modelo. De este azud disponemos de un par de fotografías, la más antigua tomada desde el margen del río nos permite ver casi todo el azud con su caseta de distribución de las aguas hacia la acequia, el camino a Mislata, hoy paseo de la Pechina y curiosamente nos da una nueva perspectiva de la pequeña pineda que comentamos en un anterior artículo publicado sobre tranvías titulado “El bosquecillo” y por otro lado nos permite una interesante visión del caserío de Mislata por aquellos años.

Una posterior visión del mismo azud tomada unos años después de la riada de 1957, cuando ya ha sido sustituido, como todos los demás azudes de las acequias que riegan las huertas valencianas, al estar siendo desviado el Turia por la ejecución del llamado Plan Sur y modificarse de acuerdo con el nuevo recorrido del cauce todas las tomas de los azudes.


Revista Bancaya 1965. Foto autor desconocido.

Aquí tomamos nota de la desaparición de la caseta distribuidora así como de la ruptura del azud, impidiendo que se almacene el agua para su recogida y desvío a la acequia. Como es lógico al haberse edificado la zona es normal que haya chiquillos jugando por el cauce del río, en esos años todavía en activo como río.

Texto de Enrique Goñi Igual

domingo, 24 de marzo de 2019

EL PORQUÉ CALLE BARCELONA

Archivo Municipal 

Un tramo de la muralla árabe que desde la actual calle Transit enfilaba en curvatura hacia la plaza de las Barcas discurría a continuación y en línea recta  para llegar hasta la otrora plaza de la Congregación, donde estaba  situada la puerta de la Xerea.

De este corto recorrido apenas quedan unos restos arqueológicos vistos nada más entrar por la puerta de la Universidad literaria en la calle de su nombre.

Muralla árabe que tuvieron que cruzar las tropas cristianas que acompañaban a Jaime I, cuando su Reconquista al Islam.

En agradecimiento a los catalanes que acompañaban al Conqueridor, el monarca les cedió  un arrabal para su aposento, siendo el elegido la zona aledaña a la muralla en el punto vecinal donde casi dos siglos después se construiría la Universidad.

Y en recuerdo de aquel establecimiento y por “providencia del Almotacén” de 1658, la calle que nace frente la Universidad y hasta el Parterre ocupa el nomenclátor como la de Barcelona, que vemos en la foto tras el derribo de unas casas en su chaflán con la de Pintor Sorolla para una nueva urbanización de la zona, allá por los años treinta.


viernes, 22 de marzo de 2019

LOS PRIMEROS BILLETES


Billete de Interior de Compañía de Tranvías de Valencia. 
Feriario, nº 27 de 1963.

ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS

 Actualmente se les denomina oficialmente títulos de viaje, como si hubiesen hecho una carrera o heredasen un marquesado o algo semejante, pero hace más de cien años se les llamaba billetes y era el justificante de que usted había pagado el precio correspondiente a su viaje en el medio de transporte, en este caso tranvía, que usted, pasajero, había elegido para moverse por la ciudad o sus cercanías.

El billete se lo entregaba el cobrador en el coche a cambio de su dinero. Aunque en casos de paradas terminales con mucho usuario ocasionalmente se pagaba antes de montar en el coche y se debía mostrar al cobrador al subir. Algo parecido a los actuales sistemas de cobro. Como sabemos, en la actualidad, usted ha pagado antes de montar al medio de transporte ya que generalmente utiliza bonos reales o virtuales que cancela antes de montar al tranvía y le abaratan el servicio, entre otras opciones porque con ese sistema la empresa sea municipal o sea privada se ahorra un cobrador y por tanto su salario por cada coche en servicio comparando con el antiguo sistema de cobro.

Con la CTV impulsora de la primera concesión de tranvías de València se comenzaron a utilizar como justificante del pago de sus servicios por parte de los clientes unos billetes, de los que gracias a un artículo aparecido en 1963 en la revista Feriario editada por la Feria de Muestras de Valencia, firmado por Almela y Vives, podemos ver una reproducción, en este caso de dos billetes sucesivos que corresponden al servicio de la línea llamada Interior. El precio del viaje 10 céntimos de peseta.



En otro ejemplar de la misma revista, correspondiente a 1950 aparecen varios billetes de la misma compañía en este caso del servicio al Grao de primera clase, 25 céntimos por recorrido. En este caso estaban impresos a todo color y además de llevar propaganda en el reverso aparentan estar concebidos para una vez utilizados ser coleccionados.

Billetes de primera clase de la línea al Grao de CTV. 
Feriario, nº 13 de 1950.

Reproducimos también billetes de distintas líneas propiedad de la Compañía General de Tranvías de Valencia (CGTV), al Cabañal, Masamagrell, red Urbana.

Billetes de CGTV Cabañal, Masamagrell y red Urbana. 
Cedidos por  Busvalencia.com

Aquí ya podemos apreciar que en los billetes aparece como impresora una firma valenciana que llegó a ser muy importante como suministradora de tacos de billetes de tranvía y también de autobús, se trata de la entonces muy conocida Imprenta Ortega, cuya fama se expandió por todo el país como proveedora de billetes para compañías tranviarias y de autobuses en distintas ciudades.

Texto de Enrique Goñi Igual

jueves, 21 de marzo de 2019

LA RIADA DE 1897

Biblioteca Valenciana - 1897

QUÉ HACÍAMOS EN EL RÍO TURIA

En el otoño de 1897 en el río no hacíamos nada, entre otras cosa porque no se podía estar en el cauce, el propio río era el espectáculo. Era el día 10 de noviembre cuando una fuerte riada hizo salirse de cauce al Turia, inundando las zonas de Campanar, Tendetes, los cuarteles de la Alameda, incluso el agua alcanzó la bajada de san Francisco y otras zonas ciudadanas. Los valencianos acudieron en masa a las orillas a ver el desaguisado.

En la foto se ve desde la calle Blanquerías como el agua se sale de madre y entra a la calle de Visitación o a la av. Constitución a definir. Aunque es notable ver la ingente cantidad de niños, mujeres y hombres que acuden a pie, en caballo, en tartana para ver la riada. Pensaban esto hay que verlo, que no me lo cuenten.

Biblioteca Valenciana - 1897

Disponemos de otra foto aparentemente del día siguiente en la que también desde Blanquerías, ante el puente de san José se ve gran cantidad materiales arrastrados por la riada que taponan buena parte de los ojos del puente, y al haber bajado el nivel de las aguas todavía hay más gentío mirando el cauce, en este caso desde ambas orillas, con el puente absolutamente ocupado.

Texto de Enrique Goñi Igual

martes, 19 de marzo de 2019

EL COMIENZO ES EL FUEGO


Archivo Municipal

Pasan los años y vuelve de nuevo el fin de nuestra gran fiesta.

Se ha trabajado con ilusión durante todo un año, se ha rendido homenaje a nuestra Virgen, a nuestro Patrón, se ha bailado, se ha disfrutado de los sonidos de la traca, de los almuerzos, comidas y cenas en los casales falleros, paellas en la calles.

Llega el momento en el que la noche se adueña de la ilusión, del esfuerzo, en definitiva del sentimiento de ser valenciano .

No es el final. Como todos los valencianos sabemos el fuego es renovación y todos aprendemos lo que es volver a empezar.

Esta noche la oscuridad es más bonita que nunca y el reflejo de las llamas en los ojos vidriosos de los falleros se hace presente. Pero ellos lo saben… queda poco para el próximo 19 de marzo.

Esta fotografía del año 1935 perteneciente a la falla de la plaza Lope de Vega y cuyo artista fue Regino Más,  bien demuestra la belleza de la” cremá.

Y como la “cremá” me inspira poesía…

El comienzo es el fuego

Sé lo que hago
sé donde estoy
sé lo que soy.

Impaciente mi llegada
polvo mi final.

Hoy seré dueño de mis emociones
de las de ellos.

Lo que era todo, tiene que ser nada
me queda el gozo de la vuelta.

Soy la lengua incontenible,
armonía de elementos flotando,
cabalgata de humo.

Esta noche dejaré el reflejo de mi llama en los ojos de los que la emoción la recordarán con nostalgia,
y después del incendio quedará una nostalgia no gratuita.

¡Fuego, lumbre ,flama, llama!

Querré para la falla un final como la vida…
luminoso y breve.

Busco el papel, la madera
los acaricio,
los voy devorando,
hasta que en sus cenizas muero.

Gracias a las vísperas y días
por cien noches y una noche
por la tierra sentida en el azahar
por morir tan despacio.

Y hoy termino en el inicio.


Texto de Amparo Zalve Polo

lunes, 18 de marzo de 2019

1934, CIENTO VEINTE FALLAS

Archivo Municipal

En el año 1934 la fiesta fallera del cap i casal vio cómo se plantaban en sus calles ciento veinte fallas, el mayor número hasta entonces, en un ambiente de crisis económica en España que a la sazón se iba vislumbrando en nuestra ciudad, debido en gran parte por la depreciación de los productos agrícolas, sin que la austeridad en el gasto se viera afectada en el mundo de las fallas.

Sólo cinco años antes, en 1929, se habían plantado cien fallas, cifra que se mantuvo en los siguientes años de 1930 y 1931 (éste último casi al centenar), para decrecer hasta los sesenta monumentos en 1933, cuando en 1932 ya se había reducido su número en ochenta.

Sin embargo, el años que nos ocupa, ni más ni menos, simbolizaba el auge de las fallas y las “ganas de fiesta” de las comisiones falleras, cuando más acuciaba la inestabilidad económica de los valencianos, echó el restó. Su alegría se refleja tambien en el rostro de Amparito Albors, bellísima Fallera Mayor, tal y como se observa en la foto de prensa.

En la entonces denominada como Plaza de la Región, se plantó una falla que obtuvo el 4º premio, 1.000 pts para la comisión, que entraba en el debate satírico de los usos del capital, de cuya consecuencia era un clamor popular. Situada en un espacio triangular, cuando ya se habían iniciado en  enero de 1931 los derribos para la ampliación de la plaza, que tendría que esperar hasta la década de los sesenta para alcanzar su actual aspecto.

Archivo Municipal

En el Cabanyal, Modesto González presentaba su particular visión del estatuto de autonomía valenciano, falla considerada por la crítica como magnífica, alcanzando el 2º premio con una dotación de 2.000 pts.

domingo, 17 de marzo de 2019

1931 EN FALLAS

Falla plaza Molino de la Robella

En aquel año de 1931 noventa y cuatro fallas dieron vida al festejo por excelencia del cap i casal, siendo la propuesta por los falleros de la plaza del Molino de la Robella la que obtuvo el 4º premio, que suponía para la comisión la nada despreciable cantidad de 1.000 pts, aunque la alegría por ser distinguida entre las mejores, colmaba el sacrificio a lo largo del año. Realizada por los artistas Canet y Ramil, tenía la singularidad de su impronta netamente femenina.

El primer premio lo mereció la falla de la calle Conde Salvatierra, con una cantidad superior: 3.000 pts. 

También se entregaron premios a las buñolerías mejor adornadas, que correspondió a la de Santa Catalina,  al igual que a las bandas musicales más destacadas que amenizaban la fiesta. Y por supuesto a los llibrets falleros, siendo el de la plaza del Mercado el que vio compensada su ilustración con una onza de oro.

Otorgados los premios, y en un repaso de los mismos, se adjudicó otro de 1.000 pts a la falla de la Ferroviaria, toda vez que en un principio el Jurado estaba en la creencia de que sus patrocinadores, y en declaración verbal, habían renunciado a premio alguno. Aclarada la confusión, el monumento ferroviario fue debidamente valorado.

sábado, 16 de marzo de 2019

PAELLA EN FALLAS

Panorámica festival paellas marzo 1984 - Esteban Gonzalo

Quince años en los que hubo una gran concentración anual, primeramente en el cauce del viejo Turia, al sur del puente de la Exposición, la que continúa como zona multiusos; a partir de 1993, obligados por las obras del metro, las paellas en el río y los comensales en el paseo de la Alameda, y los dos últimos años todo en el viejo cauce junto al Gulliver. 

Comisiones falleras, llegando a un máximo de 85 en 1995, preparaban paellas para los mayores y uno de los grandes (Galbis, Grau o Velarte) guisaba una de 1.200 plazas para ayudantes, voluntarios y falleros que cooperaban en el festejo, que solía tener actuaciones musicales, bailes regionales, colla de dolçainers i tabaleters, y era visitado por las Falleras Mayor e Infantil de València, y representantes de la Junta Central Fallera, entidad promotora del Festival, cuya primera edición se celebró el 6 de marzo de 1983, en buena parte por la tenacidad y constancia de Rafael Real Martínez, secretario de Relaciones Públicas de la citada entidad fallera. En síntesis una generalizada fiesta de confraternidad para la que conseguían patrocinio de importantes empresas.

Paellas para jubilados   05-03-1985   Esteban Gonzalo

Lo que el diario Las Provincias ensalzaba el día 8 de marzo de 1983, dos días después de celebrado el festival, iniciado como internacional, alabando que “El programa oficial hasta ahora no había incluido un concurso multitudinario de paellas”, y en el Libro Fallero referente a 1992, que habían sido diez años con éxito indiscutible, se desinfló rápidamente a partir de 1995. Ese año sin patrocinador importante, pero si complementarios, y por última vez en el río-alameda y en los primeros días de marzo. Los dos años siguientes en la explanada del viejo Turia junto al Gulliver y en el mes de mayo, siendo en 1997 el día 28 y para 3.600 comensales. 

Panorámica festival paellas. 01-03-1992  Esteban Gonzalo

Posteriormente agrupaciones falleras de València realizaron encuentros, hubo invitaciones municipales anuales para algunos centenares de jubilados en restaurantes, y en el 2016 la concejalía de Personas Mayores retomó la antigua idea reiniciando el 9 de marzo el encuentro anual pero con una limitación de comensales, 2.500 ese año, 2.000 cada uno de los dos años siguientes y 1.700 este año, y siempre los correspondientes a los agraciados del sorteo entre las peticiones recibidas. 

Los dos primeros años en el Parque del Oeste, el año pasado en el Tinglado 2 del puerto de València y el 6 de marzo último nuevamente en el Parque del Oeste, donde tras la mascletá en la plaza del Ayuntamiento las Falleras Mayor, Marina Civera, e Infantil, Sara Larrazábal, con sus correspondientes Cortes de Honor, acudieron a compartir paella y festejos con los Mayores.

En representación municipal estuvo Sandra Gómez, Concejala de Turismo y Personas Mayores.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel 

viernes, 15 de marzo de 2019

L´U I DOS - MICALET I CATALINA

Archivo Municipal


El año 1941 la plaza del Mercado montó su falla realizada por el artista fallero D. Enrique Vidal Moreno y dedicada a nuestras más emblemáticas torres. Su lema: "L`U I DOS", en su fijación hacia los "bailes populares". Pertenecía a la Sección Primera, y obtuvo los premios 2º de sección y 3º de Ingenio y Gracia.

Hay que resaltar que fue un meritorio premio ya que ese año aún no existía la Sección Especial.

Como siempre las leyendas surgen y esta no es para menos. La amistad entre las dos torres tan próximas y tan lejanas al tiempo.

Una pequeña historia entre ellas nos puede hacer sonreír, o quizás estremecernos…

Escuchemos su conversación por un día.


Nos hicieron Góticos, y tú, luego fuiste Barroca.

El… de porte regio, potente, de imponente mole, hecho para mandar, para liderar la ciudad y con una altura que para sí quisieran muchas torres.

Ella… le coquetea con su feminidad. De estatura algo más baja, poco más, enjoyada y adornada ¡Bella!, dispuesta a sorprenderle siempre. Belleza de guirnaldas de romería, de conchas marinas, de columnas salomónicas recorridas de hiedra, identificando uno a uno todos los elementos de nuestro mar y nuestra huerta.

Se miran, se  observan, palidecen cuando la luz del día llega a su término.

Se dan los buenos días, las buenas noches, y si pudieran se abrazarían.

Eternos amantes de los que nunca han podido esconder su amor ante la gente.
Miran pasar el calendario de generaciones y más generaciones, y ahí permanecen siempre, vigilantes, desde lo más alto de sus torres nuestra querida ciudad, y comentando entre ellas, el tan difícil paso del tiempo.

-. ¿Recuerdas Catalina cuando me pediste que guardara tu campana? Para mí fue todo un placer, y aunque yo ya poseía muchas, tener un objeto tuyo conmigo fue como un regalo de Dios. Cuando te la devolví, tu gesto, tu sonrisa, me llenó el corazón. ¡Volviste a ser la alegre doncella que tintinea!

-. ¡Ojala tuviéramos todavía nuestros bellos relojes! El tuyo era grandioso, maravilloso, y también recuerdo que se agolpaba la muchedumbre en la calle del Rellotge y que gracias a ti tenía ese nombre. Con el tañir de tus campanas el reloj se accionaba para dar la hora. ¡Cuánto me gustaba tu reloj! El mío era más pequeño. No nos debieron quitar el tiempo. El tiempo, es el tiempo…

-. Cuando tus campanas y las mías repicaban juntas, la plaza recibía un sonido envolvente y muy apropiado para tu y yo bailar. Ese encuentro tan deseado y eternamente imposible, hasta que el paso de muchos siglos nos deje hacerlo.

-. Aún sigo recordando cuando al anochecer  eras el responsable de que las murallas se cerraran y que nuestra ciudad siempre quedara resguardada. Y yo… Siempre me ponía nerviosa pensando que alguien podía quedar a “la luna de Valencia” ¡Cómo te he admirado siempre!

-. ¿Sabes una cosa? Siempre temí perderte en aquel gran incendio que tan maltrecha te dejó, pero… ¿sabes otra cosa? Aún te dejaron más bella.

Texto de Amparo Zalve Polo

jueves, 14 de marzo de 2019

LA FALLA AUSIÀS MARCH-NA ROBELLA CUMPLE 50 AÑOS.

  
Pasacalle en 1970 por delante del bar Villar.-  Del libro conmemorativo

Medio siglo de fallas plantadas cumplirá la comisión Ausiás March-Na Robella , del sector Quatre Carreres, con el monumento efímero que les plantará el próximo día 15 el artista Toni Fornés Quijano, quien con el lema “Malsons abans de Falles” satiriza sobre problemas falleros, movilidad con el carril bici en la diana, la enseñanza del valenciano, …

Associació Cultural Falla Avda. Ausiàs March-Na Robella, su denominación oficial actual, de la que es Presidente David Enrique Blasco Zahonero y Fallera Mayor Empar Ibáñez Beut.

El artista Victor Navarro Granero es el autor de la fallita sobre lo que nos aporta el mar Mediterráneo, quienes viven en sus aguas y como debemos comportarnos con él, que plantará para los infantiles, cuya Fallera Mayor es Claudia María de los Ríos Sanz y Presidente Adrián Rodríguez Ortega.

Falla Ausiàs Mar-Na Robella.- 1970  Del libro conmemorativo

Un siglo de historia fallera en la parte antigua de la ciudad tiene importancia pero más crear una comisión en una zona con cuatro edificios de viviendas rodeadas de campos de cultivo y algunos solares, y esa fue la singladura que el 29 de mayo de 1969 comenzaron Victor Shaffino y otros vecinos en el bar Villar. Seguidamente se unieron más hombres, mujeres y niños, de tal manera que en marzo del siguiente año el artista Julio González les plantó su primera falla grande ironizando sobre la entonces Pista de Silla, y J. Lara Nueva hizo la infantil comentando las vitaminas.

Modesto comienzo que contrasta con la situación actual, una zona muy poblada y una comisión donde suman casi 400 entre falleras, falleros e infantiles.

Victor Schaffino Carrasco fue elegido Presidente, Fallera Mayor Elena Albau Susperegui, y los niños estuvieron representados por Amparín Pascual Ballester como Fallera Mayor y Julio Cerrada Gonzalo como Presidente.
Boceto Falla Ausiàs March-Na Robella 2019   Del llibret de la Falla

Falla muy unida a su demarcación con numerosas actividades anuales a las que unieron desde el pasado mes de octubre las especiales para conmemorar la efeméride, teniendo destacado protagonismo una exposición fotográfica en el casal sito en la calle Na Robella nº 9. 

Boceto Falla infantil Ausiàs March-Na Robella       Del llibret de la Falla.

Comisión donde antes de la planta ya han cosechado el gran éxito del Premio Extraordinario Almela i Vives de Lo Rat Penat con el llibret que les ha realizado Joan Antoni Alapont Pérez.

Larga historia de la Falla relatada con mucha información gráfica en el magnífico libro conmemorativo que han editado.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

miércoles, 13 de marzo de 2019

DOS BELLAS PARTICIPACIONES DE LA FALLA EL SAINETER


Archivo Esteban Gonzalo

La comisión plaza Sainetero Arniches-Arquitecto Ribes, El Saineter, en el barrio de Soternes, fue constituida en 1973 por un grupo de animosos vecinos cuando comenzaba a proliferar la construcción de viviendas en los aledaños de donde estuvo el trazado del ferrocarril a Manises y Llíria.

Este año ha cumplido 45 años y por ello en el próximo marzo tendrán programa especial de fiestas. Salvador Villanova Moncholí es el Presidente de este ejercicio y Vannesa Cebrián Lara la Fallera Mayor.

Comisión que para el sorteo de su primera lotería nacional en diciembre de 1973 utilizaron bellas participaciones, donde el portador interesaba 20 pesetas, realizadas por la desaparecida Imprenta Ramírez.

En un lado de las correspondientes al número 37.325 un jinete detiene su enjaezado corcel para admirar a una joven que lleva en la mano derecha una cesta llena de recién recogidas naranjas, estando ambos ataviados con traje regional. Y en el otro lado de la papeleta la cara de una sonriente niña con peinado regional, rosas, el escudo de la ciudad, una barraca y la paloma de la paz. 

Archivo Esteban Gonzalo 

Para el número 47.262, en un extremo de la participación la torre central del Ayuntamiento sobresaliendo de llamas y de la fuente de la plaza del Caudillo (actual del Ayuntamiento), y en el otro la cabeza de un valenciano socarrón y el escudo de la ciudad sobre naranjas y limones. Completa la ilustración una pequeña grupa donde él lleva un pomell de frutos.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

martes, 12 de marzo de 2019

S´ACABÁ COMO EL BALL DE TORRENT


Archivo Municipal


Un pórtico, y delante el jolgorio de unos bailes populares, que tal y como  expresa la inscripción del pedestal, terminó con una festiva "traca", que en este caso tenía su gracia manifestada en un popular dicho: "s’acabá com el ball de Torrent”.

Semejante representación teatral como fruto de un trabajo a lo largo del año, dirigido por Juan Montes como Presidente, al frente de una comisión formada por los vecinos, Jacinto Martínez, Antonio Benito, Vicente Ferragut, Fabra, Noguera, Villalba, Díaz y Navarro.

Mientras quien se encargó de su confección fue el artista E. Amorós, para el disfrute de aquellos dos días falleros, en los que no faltaron la animación de sus pasacalles, tracas y conciertos a cargo de una banda de música. 

Falla que obtuvo un honroso décimo premio que suponía para la comisión la nada despreciable cantidad de 100 pts, y un accésit segundo para el llibret.

Días de fiesta que estuvieron muy concurridos por el gran número de visitantes llegados a través del ferrocarril para solazarse con las fallas, con los vagones llenos al completo. La presencia de valencianos fue extraordinaria. Solamente se despejaron las calles durante un momento a media tarde del día 18, cuando cayó un pequeño chaparrón, mientras que al anochecer la tormenta se desencadenó entre truenos y relámpagos y un fuerte aguacero.

¡ El ball de Torrent !

lunes, 11 de marzo de 2019

PRIMERA FALLA EN LA CALLE LA BARRACA EN 1934

 Falle calle La Barraca en 1934.- Autor anónimo. Colección Josep J. Coll.

Aunque plantaron la primera falla en 1934, hasta el año 1970 no hubo continuidad anual en la demarcación Barraca-Travesía Iglesia del Rosario, del sector Canyamelar-Grau-Nazaret. Por ello festejaran el 50 aniversario con el monumento efímero que el próximo 15 de marzo les plantará el artista Alfredo Bernat Cano con el lema “Lluita de poders” para la sección 4ª B.

La Asociación Cultural Barraca-Travesía Iglesia del Rosario, su actual denominación oficial, está presidida por Baldomero López Ballester, y su Fallera Mayor es Déborah Pascual Alegre.

Para los infantiles, cuya Fallera Mayor es Erika Orts Oderiz y Presidente David Pardo Iglesias, el mismo artista de la grande les montará su fallita el día 15 por la mañana, para la sección novena y sobre un paseo por la mucha vida que se mueve en las aguas marinas.

La falla de 1934, que trataba con gran ironía sobre fidelidad conyugal con el lema “L’amor i el romanticisme a través de les époques”, la realizaron Rafael García Escribá y Manuel Silvestre Montesinos, Silvestre de Edeta, (Llíria 1909-València 2014).

Falla de 22 metros de altura, 30 de longitud y 15 de anchura, de proporciones “colosales” para entonces. Ello y el viento obstaculizaron su plantá, y al no poder verla cuando hizo el primer recorrido el jurado le otorgaron el 6º premio de la sección primera.

 Foto Valentín Plá en Revista Crónica.

Su Fallera Mayor de 1934, Amparo Albors Serrano fue elegida Fallera Mayor de la ciudad, segundo año con esa denominación, y Miss Valencia. Era conocida como La Dolorosa porque durante muchos años desfiló representándola admirablemente en la Semana Santa Marinera.

Boceto falla grande 2019.- Foto de Pasión Fallera.

Comisión del Marìtim con actividades a lo largo del ejercicio, como generalizadamente son las de barrio, pero este año aumentadas por la efeméride, para la que crearon una comisión especial presidida por María Dolores Galve. Tienen grupo de teatro, celebran San Juan, el día del quinto y tapa, la October Fest, participan casi siempre en el Cant de l’Estoreta de Blocs Platja, en varios deportes,…

Boceto falla infantil 2019.- Foto de Pasión Fallera.

El llibret de este ejercicio es un compendio de su larga historia fallera con mucha ilustración gráfica.

Josep J. Coll en jotajotafaller especifica que en 1934 hubo 117 fallas plantadas, tratando el 25% de ellas sobre valencianismo y tradiciones, el 5% sobre feminismo, de temática variada el 60%, y política y estatut el 10% restante.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel