Ca. 1975
No nos equivoquemos, en este lugar hubo riqueza: industria, artesanía, agricultura, comercio exterior y exportaciones. Se consolidó Benicalap, alrededor de una industria dinámica, con servicios adecuados a la demografía. Políticas erróneas, desplazaron las empresas a polígonos industriales, con la consiguiente destrucción de comercios y artesanía paralela que se alimentaban de este entorno industrial, en vez de adaptar el entorno, creando arboleda, parques, etc. Puede decirse que de cada tres vecinos de la barriada uno de ellos trabajaba en tareas productivas encaminadas, sustancialmente, a la exportación.
Ejemplos del Benicalap industrial fueron CELSA; Eduardo Ferrer, empresa dedicada a la transformación de pieles industriales; Amutio, empresa de diseño y fabricación de máquina- herramientas, tornos fresadoras…; Industrias Abrasivas, especializada en la fabricación y distribución de muelas industriales; Muebles Almenar, donde se fabricaban mesas y sillería; La Ceramo, cocido artesanal de todo tipo de productos de cerámica; citando también el Centro Agrario de la Universidad agrícola, hoy convertido en el Parque de Benicalap.
Centro mi atención en Celsa- Eichhoff, empresa dedicada a la fabricación, en su inicio, de aparatos de medida y aparamenta de alta y media tensión. Más tarde sonerías, más lámparas de sobremesa, más relés industriales. Llegó a tener en la plantilla 1500 operarios.
ABC – 26/6/1943
En la década de 1930-40, Antonio Giner en la calle Plátanos de Valencia instala un pequeño taller de material eléctrico. Comienza un largo periplo de innovación y creación de nuevos aparatos, como aisladores de alta tensión, interruptores, pararrayos, instrumentos de medida: amperímetros, voltímetros, vatímetros.
En la década de 1950, se creó la escuela de aprendices con profesores de la universidad. Se realizaban estudios de Oficialía Industrial homologada, de electricidad y de mecánica. De estas escuelas salieron operarios preparados para Telefónica, Hidroeléctrica, Aguas potables y otras tantas. También algunos de los aprendices montaron sus propios talleres.
En 1963 compra la empresa una sociedad Alemana, Eichhoff Werke, y se fusiona el nombre de ambas con el nombre de CELSA – EICHHOFF. Comienza la fabricación nueva de sonerías, iluminación y relés industriales y se abandona la creación de “aparamenta de alta tensión, siguiendo con “aparatos de medida”.
Fallecido el propietario alemán, su socio, también alemán, fallece y los herederos de ambas familias venden sus activos a un grupo de inversión, entre ellos bancos con capital riesgo. La empresa se divide para una mejor venta en Relés, que compra una empresa italiana y se instala en el polígono industrial de la Eliana – La Pobla.
Fotos y texto de Ramón Fernández de Guevara