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domingo, 29 de noviembre de 2020

LA TAHONA DEL ABUELO, APOSTANDO POR EL PAN DE CALIDAD

 

1963.- Francisco Rausell Balaguer, Francisco Rausell Climent, Francisco Rausell López, Asunción López Darder y Nieves Climent Nalda, madre y abuela de Juan José Rausell. Archivo Familia Rausell.

Éxito del proyecto innovador de Juan José Rausell

Cuando Francisco Rausell Muñoz se casó, se independizó de su familia de horneros en Campanar, y con su mujer, hija de panaderos en la calle Pelayo de València, tomaron, en 1886 y en traspaso, un horno en la calla La Barraca, en el Cabanyal, barrio de Pueblo Nuevo del Mar, municipio independiente de Valencia hasta 1897. Negocio que poco tiempo después traspasaron para comprar el Horno del Abuelo, en el número 84 de la calle Los Ángeles, en el mismo barrio. Probablemente, el más antiguo establecimiento de la fachada marítima del cap i casal, y donde además del pan cocían, habitualmente, cazuelas de arroz al horno (arròs passejat), boniatos, cebollas, berenjenas y pimientos, de sus clientas, quienes también llevaban a cocer monas, panquemaos y tortas de pasas y nueces en días anteriores a Navidad, Semana Santa y Pascua. Quehacer que continuaron su hijo Francisco Rausell Balaguer y su nieto Francisco Rausell Climent,

1963.- Reunión familiar.- Archivo Familia Rausell.

Situación que ha cambiado, ya que actualmente la mayoría de los habitantes cuecen las comidas en las cocinas de sus casas y otros compran comida hecha, mientras que pan, cuyo consumo por persona ha disminuido grandemente, y pastelería, los adquieren en el horno del barrio. Por ello, muchos de estos establecimientos los han reconvertido, aumentando en pastelería, incluso añadiendo cafetería, para diversificar las ventas, mientras que otros obradores apuestan básicamente por hacer mejor pan.

1995.- Juan José Rausell López con su mujer Nieves Rubio Olivares y su hijo Jaume.- Archivo Familia Rausell.

Y eso último ha hecho Juan José Rausell López, biznieto de Francisco Rausell Muñoz, desde que en 1995 se hizo cargo del negocio tras la jubilación de su padre, Francisco Rausell Climent, como quinta generación familiar de maestros panaderos, habiendo sido su tatarabuelo Juan Rausell, hornero en Campanar. Con su proyecto innovador y comprometido con el pan de calidad, Juan José montó otro obrador en la calle Conde Alaquás nº 1 (Zona Serrería), al que siguieron los de plaza de España en el 2013 y en la calle Gorgos nº 6 en el 2016. 

Fachada en plaza España nº 1.- 11-08-2020.- Esteban Gonzalo

Lugares para comprar variados panes y pastelería, pero también para almorzar, tomar algo, merendar, incluso comer en su establecimiento de la plaza de España. Una participación en el nuevo tipo de panadería-pastelería-cafetería que ha proliferado por doquier, pero en este caso con buenos y variados panes.

1996.- En la puerta del horno esperando el paso de la procesión del Domingo de Ramos.- Mercedes Rausell Balaguer, Mercedes Tormo Rausell, una familiar y Asunción López Darder. De pie Juan José Rausell López, su mujer Nieves Rubio Olivares y su hijo Jaume. Archivo Familia Rausell. 

En su referido proyecto innovador artesano, que tuvo como comienzo, me dice Juan José, un año de duro trabajo, con dos operarios y una dependienta, y siempre contando con la gran ayuda de su mujer, Nieves Rubio Olivares, trabajan actualmente 25 personas repartidas en los cuatro obradores. 

Tahona El Abuelo en el Cabanyal.- 19-12-2019.- Esteban Gonzalo  

La profesionalidad y calidad en la gestión de La Tahona del Abuelo, Horno El Abuelo hasta el comienzo del nuevo proyecto, está refrendada por numerosos galardones. Los últimos: en el año 2016 Premio “La Llesca d’Or” al maestro hornero del año por trayectoria profesional e implicación en la innovación y divulgación del pan, y en noviembre del año siguiente fue considerada una de las tres panaderías valencianas entre las ochenta mejores de España. Siempre estudiando y analizando.

En calle Gorgos 6.- 13-07-2020.- Esteban Gonzalo

Sus variados panes de autor, panquemaos, monas de Pascua, tortas de pasas y nueces, empanadillas... gozan de merecida fama. Son hornos artesanos de referencia, conjugando tradición, innovación y diseño.

Juan José Rausell López es Presidente del Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia (Gremi de Forners i Pastisers de València), antiguo de Mestres Forners, una entidad con más de 550 años de historia que desde 1982 convoca anualmente el Concurso de Sant Donís para premiar las mejores Mocadoras y los más llamativos escaparates.

Recientemente realizaron prácticas y el proyecto final alumnos de la Escuela de Formación Artesanal de Vannes (Francia).

Variados panes en horno calle Gorgos - Foto Pan de Calidad

Forma parte del colectivo de artesanos comprometidos desde un decenio atrás en recuperar la cultura del pan, del “pan que supiera a pan”, y teniendo como bandera el preparado con masa madre.

Dinastía familiar que en el año 2016 celebró el 130 aniversario de su creación con una gran fiesta en el Cabanyal.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

viernes, 27 de noviembre de 2020

EL TRANVÍA AVANZA EN LA CIUDAD. DOS NUEVAS LINEAS

Linea Diagonal por la Plaza Castelar

1885 - Tras casi una década uniendo el centro de la ciudad con el Cabañal a través del tranvía de fuerza se hacía necesario dar servicio a los barrios que la circundaban. En este sentido se trazaron dos nuevas líneas impulsadas por la Sociedad Valenciana de Tranvías que había sido fundada con el comienzo del año, adquiriendo en ese momento la propiedad de la que había sido puesta en marcha en 1876.

El 2 de septiembre del año anterior, el Ayuntamiento había adjudicado al ingeniero Juan Navarro Reverter la concesión de los dos nuevos trayectos que pasarían a ser nominados como la Diagonal y el de Circunvalación, figurando el ingeniero como director de la nueva sociedad de la que el Marqués de Colomina ostentaba su presidencia, con el Marqués de Campo como Presidente de Honor.

El 16 de agosto sería inaugurada la línea Diagonal, que desde la calle de Ruzafa, plaza Castelar y por el Mercado, alcanzaba la calle de la Bolsería hasta las Torres de Quart.

De inmediato y tras cuarenta días que fueron los empleados para la construcción, entró en servicio la linea de Circunvalación, tanto en cuanto daba la vuelta a la ciudad por la orilla del río para adentrarse por la plaza de Tetuán y la calle Colón con su paso por la Plaza de Toros. 

La línea del ferrocarril frenaba su marcha, pero desde la plaza de San Agustín continuaba por Guillen de Castro para alcanzar Blanquerías.

Estos dos nuevos trazados fueron acogidos con gran satisfacción por parte de los valencianos, que aunque iban a avanzar al paso lento de los caballos, era impensable entonces la velocidad que podría alcanzarse con su electrificación, que no llegaría hasta el comienzo del nuevo siglo. 

miércoles, 25 de noviembre de 2020

REFLEJOS DEL BARRIO DELS VELLUTERS

 

Falla calle Pilar con Horno del Hospital - Biblioteca Valenciana

Recorriendo la calle Roger de Flor, desde la plaza del Pilar hasta la avenida del Oeste, observando las estrechas calles que salen a ella, sus nombres, la necesidad de adentrarme en ellas tantas veces, como si esa zona de Valencia, antigua, histórica, me llamara para escribir sobre ella.

No hay nada mejor que adentrarse en él, recorrer sus rincones e ir muchos años atrás donde el asfalto habla y sus paredes cuentan.

1925 Plaza Pellicer

Como  principio lógico descubrir el porqué de su nombre, Velluters. Barrio donde abundaban los artesanos del terciopelo de seda (Velluter), una gran población relacionada con el gremio de la seda y el textil. Delimitado por la calle Quart, la avenida del Oeste y la avenida Guillem de Castro.

Me fui a la muralla musulmana y vi los terrenos llenos de huerta que quedaban fuera de ella en las que había unas casas dispersas. A continuación me di la vuelta y  me encontré con las murallas cristianas, era 1356. El número de casas había aumentado y se trazaban por calles, de escasa anchura y muy próximas entre sí. Las casas de pequeñas parcelas de fachada estrecha, una o dos alturas, algunas con andana, casa y oficio en el mismo lugar, casas de obrador.

Algunas calles aparecían curvilíneas, incluso diría que zigzagueantes y es porque se veían condicionadas por el gran número de acequias y sus ramales. Había uno que se distinguía bastante y que daba el aspecto curvilíneo a lo que hoy es la calle santa Teresa y Moro Zeit. Acequias que por otra parte se rompían cuando se desbordaban durante las riadas.

Plano de Tosca

Avancé un siglo más y la “Acequia Podrida”, actual calle Maldonado había creado un eje diagonal en un entramado de calles y manzanas.

En los límites del barrio, en la calle Quart, me encontré de frente con el convento de la Puridad, y próximos a la muralla, los conventos de la Encarnación y del Pilar.

El barrio se iba poblando cada vez más de artesanos sederos, también foráneos, sobre todo de Castilla y de Italia. Había multitud de moreras cercanas intramuros y plantaciones de ellas extramuros, multitud de acequias donde lavar las madejas de seda. ¿Qué más se podía pedir para los artesanos de este gremio? ¿Y el beneficio de tener más tarde tan cercana la Lonja de la Seda? 


Calle Exarchs, años cuarenta.

Avancé todavía más en el tiempo y el auge del barrio produjo varios edificios de solera. Primero visité el palacio de los Condes de Parcent, y muy cerca de él las Escuelas Pías.

Me di cuenta que el semblante de la gente que pasaba reflejaba tristeza porque la plaga de la “pebrina” estaba destruyendo las moreras. Se estaba importando seda asiática, y para sustituir la seda natural se inventó la seda artificial, era el ocaso de la mayoría de la gente del barrio. No pudieron con ello.

Interior Palacio Parcent

Ya había llegado al siglo XIX, y tras el declive empezaron las reformas. La muralla cristiana se derribó, planes de ensanche, y definitivamente la destrucción de gran parte del entramado urbano y social.

Algunas de sus calles cambiaron de nombre y otras desaparecieron por completo. Se refleja en estos ejemplos: La calle “Pou Pintat” por Viana, “Acequia Podrida” por Maldonado, calle “La Palmera” por Arolas, perdiéndose a su vez la plaza del “Molino de Na Rovella” con las obras de la avenida del Oeste.

Texto de Amparo Zalve Polo

lunes, 23 de noviembre de 2020

CARRERA D'EN CORTS. SAN ANTONIO

 ERMITAS DE VALÈNCIA

Foto autor desconocido, ermita de San Antonio, ca. 1965. 

Remember-València, pg 394 (III).

Hace más de cincuenta años que la Carrera d’En Corts desde Ruzafa llevaba a través de la huerta hacia Castellar, el Tremolar y finalmente podías alcanzar Pinedo. Junto a ella estuvo la ermita que aquí recordamos.

Actualmente la antigua Carrera permanece, pero recortada o desviada por distintos motivos como son la total desaparición de huerta entre la avenida Peris y Valero y la Ronda Sur, las obras de la nueva estación de Mercancías de Fuente de san Luis, las de Mercavalencia o las del desvío del Turia por la realización del Plan Sur, estos desvíos o cortes hicieron desaparecer distintos tramos de la carrera, entre ellos el de la travesía llamada Camino de la Ermita de san Antonio, que incluye el solar de la ermita, y que afortunadamente para fijar el recuerdo figura en el plano parcial Nº 85 I del inolvidable Plano del Término Municipal de Valencia realizado entre 1929 y 1944 por la Dirección General del Instituto Geográfico y Catastral a petición del Ayuntamiento, plano que en sus casi 450 planos parciales nos da un completísimo retrato de la ciudad y su término entre los años 1929 y 1944. Sobre todo de las zonas de huerta desaparecidas por la masiva edificación que comenzó sobre los años cincuenta.

El nombre del camino por una parte y por otro lado la foto de la ermita, nos da pie para hacerla figurar entre las ermitas valencianas, ya que aunque ahora está desaparecida, se nos confirma su existencia hasta los años sesenta del pasado siglo.

La ermita seguramente debió estar situada por la zona que ahora es el cajero nuevo del Turia junto a Mercavalencia. La foto debió ser tomada el día de la festividad, en ella aparecen tres muchachos junto a la triple espadaña y aparentemente el cura está ante la puerta de la ermita, todo ello con un fuerte ambiente huertano.

Texto de Enrique Goñi Igual

sábado, 21 de noviembre de 2020

EL MUSEO DEL ARROZ

 

1914 - Molino de Humbert

Tiene su sede en las rehabilitadas instalaciones y maquinaria del viejo molino de Serra que, aunque desfasado técnicamente en su última época, estuvo funcionando hasta los años setenta del pasado siglo en el número 1 de la calle Rosario del barrio Canyamelar, en un sólido edificio de arquitectura industrial de principios del siglo XX. Las familias Humbert, Lluch y Serra, se sucedieron en casi tres cuartos de siglo. 

Maqueta del molino.- 2003.- Esteban Gonzalo

Nuevo aliciente cultural para españoles y visitantes de otros países, sobre el arroz, un componente básico de la gastronomía valenciana, inaugurado el 8 de enero del año 2003.

El Ayuntamiento compró el viejo molino en 1998 para ubicar el museo de la Semana Santa Marinera, pero posteriormente consideró que la parte donde estaban las instalaciones para el tratamiento del arroz eran óptimas para dejarlo como museo de la gramínea.

Instalaciones 2.- 2003.- Esteban Gonzalo

La Universidad Politécnica de València (UPV) fue la encargada de dejar, admirablemente restaurados y para poder demostrar su funcionamiento, un conjunto de engrasados piñones y cojinetes, numerosas poleas, bruñidos metales y máquinas variadas, sustentados por un entramado de barnizadas maderas, y accionados por un gran motor eléctrico de principios del siglo XX.

Hay un audiovisual sobre la historia del arroz en el mundo y todo el proceso que se realiza desde su recolección hasta el consumo. 

Tras su visualización, sigue la visita guiada a las cuatro plantas del molino, donde los visitantes recorren las antiguas instalaciones de limpieza, descascarillado, blanqueado, pulido, cernido y ensacado del arroz, y podían, hasta mitad del pasado mes de marzo, compararlo con el moderno tratamiento en un programa informático con accionamiento táctil. Precisamente por tener que tocarlo estará fuera de servicio, por las normas de seguridad anti-covid19, hasta que no sea peligroso su funcionamiento.

El Molino.- 2020.- Esteban Gonzalo

Periódicamente, hay visitas teatralizadas y excursiones a la Albufera para conocer in situ el proceso del cultivo del arroz.

València pasó de tener cinco a trece museos entre 1991 y 2003.

Horario visitas.-  De martes a sábados, de 10 a 14:00, y de 15 a 19 horas.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel 

jueves, 19 de noviembre de 2020

EL PRIMER TRANVÍA

 Acuarela de Armando Ramón. Feriario nº 27. HMV

1876 - Llegaba la temporada de baños y en víspera de San Juan, el 23 de junio, fue inaugurada la primera línea de tranvía que servía para unir el centro de la ciudad con sus playas. Centro urbano que si bien era llano tenía alguna cuesta, como era en la subida al puente del Mar por donde iban a cruzar los tranvías de fuerza, que, cuando mayor carga, necesitaba de dos caballos. Llegados a este punto, en ocasiones, se necesitaba de un tercero. 

Especialmente cuando su mayor peso venía dado por el del vehículo conocido como imperial, que en segundo piso se adaptaba para admitir un mayor número de pasajeros, lo que era motivo para el cruce de sutiles enfrentamientos verbales entre quienes se alojaban arriba, los más osados, y los que preferían la seguridad de la plataforma inferior.

Dos años antes de su puesta en servicio el Ayuntamiento había concedido el servicio a la Sociedad Catalana de Crédito, que diseñó su trazado desde la plaza de la Aduana al centro de la ciudad, interior, con vuelta a la plaza para continuar hacia el Grao y el Cabañal, con su regreso al punto de origen.

Para el día de su inauguración la Sociedad Catalana de Crédito organizó en los Jardines del Real un almuerzo siendo invitadas las autoridades del cap i casal con la asistencia de otros personajes de la vida social valenciana, en cuyo evento se pronunciaron diversos discursos con múltiples parabienes y mejores deseos por lo que significaba la puesta en marcha de un nuevo sistema de comunicación que iba a dar fin a las tartanas por el camino del Grao.

Tuvieron que pasar unos años, en 1885, para que entraran en funcionamiento nuevas líneas y ya con una nueva sociedad valenciana presidida por el marqués de Colomina, la Sociedad Valenciana de Tranvías que había adquirido la línea al Grao y al Cabañal.

Y lo que empezó con los llamados tranvías de fuerza, donde le caballo era su impulsor, pasados unos años iba a ser reemplazado por el vapor y la electricidad. 

Las vías de hierro navegarían por las calles de la ciudad.

martes, 17 de noviembre de 2020

LOS PLANOS DE GUESDON ¿SIGUEN SIENDO UN MISTERIO?

Nadie como Alfred Guesdon, con sus planos, muestra la cantidad de campanarios y cúpulas que con cierta altura se veían ya a mediados del siglo XIX en la ciudad de Valencia.

Este arquitecto, formado en París, derivó su vida profesional al dibujo, especializándose en monumentos y restos arqueológicos, hasta que en 1845 tomó la iniciativa de dibujar vistas panorámicas.

 ¿Dónde está el misterio?

Su precisión era de extremado detalle, tanto que para la época no era posible si no es que se tomaran unas fotografías previas y por supuesto desde un globo, para esas vistas no era suficiente subir arriba de un edificio.

Todo comenzó cuando en 1851 un inglés de apellido Clifford, y fotógrafo de profesión, elevó su globo sobre la plaza de toros de Madrid en una corrida con demostración aerostática. En el cartel del espectáculo figuraban los nombres de Clifford y Goulston. Se supuso que el segundo era el nombre mal escrito de Guesdon, y con esta confusión llegó el enredo. Al final  se pudo desenredar, y el tal Goulston era un empresario  con el que Clifford ya había compartido ascensión en Burdeos.

Hay que pensar que en aquella época era el principio de la fotografía, el tiempo de exposición era muy largo, y las imágenes desde allí arriba habrían salido totalmente movidas.

La pregunta sería: ¿Cómo pudo hacerlo entonces?

Cierta o incierta, siempre quedará en misterio, la respuesta es que junto a su pericia para dibujar se añadía que ya habían unos cuantos planos fidedignos de las ciudades, datos de campo, cuando se las recorría previamente fijándose al detalle y sobre todo un gran conocimiento de la perspectiva, pudiendo levantar cualquier punto que eligiera.

Sus espléndidas vistas de Valencia, en número de dos, se publicaron en París en 1853. 

Buscó un editor, Francois Delarue, que con una compleja y minuciosa técnica litográfica les dio color.

De las dos vistas, la más conocida la tomó desde lo alto de la avenida de Burjasot, el Portal Nou, y el barrio del Carmen en primer plano. La otra menos conocida, sobre el puente del Mar, la Alameda y la Ciudadela.

Ofrecía una Valencia amurallada, atrapada y constreñida por las murallas que poco después, en 1865, serían demolidas, con sus habitantes, carros, fábricas y todo detalle que podía representar la vida social, además de la infinidad de huertos que la rodeaban, teniendo en cuenta que de los 130.000 habitantes, la mitad vivía intramuros, y la otra mitad extramuros.

Texto de Amparo Zalve Polo

domingo, 15 de noviembre de 2020

TORRE DEL AGUA

 Plaza de América

 Torre del Agua sin el puente de las Flores, con el Turia bastante lleno de agua, desde la esquina de Sorní. Foto autor desconocido, ca 1935.

Cada vez que pasamos junto al Puente de las Flores, por la plaza de América, podemos ver a la derecha del puente una torre redonda. Corría el año 1925 y a partir del dinero sobrante en la ejecución de un pozo artesiano para aprovechar sus aguas para riego y limpieza del nuevo Mercado Central y calles de alrededor, el alcalde de València Luis Oliag solicitó que se hiciera otro igual en la zona del Llano del Remedio. El Ingeniero municipal eligió este punto y surgió el nuevo pozo artesiano.

Dos años más tarde en 1927 se construyó un depósito capaz de albergar unos doce metros cúbicos de agua procedentes del pozo artesiano, este depósito es la actual Torre del Agua.

El edificio circular, de casi cuatro metros de diámetro, con una alta base de piedra está construido de ladrillo y dispone en dos troneras de válvulas de paso para agua desde las que a través de unas mangueras, que habitualmente se quedaban colgando de las válvulas, se podían llenar los depósitos tanto de los conocidos camiones cuba, que refrescaban en verano nuestras calles, como las cubas de los bomberos. Aún puedo oír en el recuerdo aquello tan poco gramatical de “la manga riega, que aquí no llega, si llegaría me mojaría”, aunque de vez en cuando el operario de la manguera nos alcanzaba y nos regalaba un chapuzón.

 Camión cuba de época. Foto autor desconocido, ca 1935.

Había entonces dos formas de riego, el baldeo con manguera para limpieza de la calzada, y el riego veraniego habitual antes de la merienda, a través de unos tubos laterales y traseros con perforaciones que dejaban una capa de agua que servía para rebajar la temperatura del asfalto de las calles. Por lo menos así lo recuerdo por la Ruzafa de las calles Cádiz, Sueca, Puerto Rico y alrededores, o por el Botánico, Borrull, Socorro, Quart, etc. por los años 1940 a 1970.

 

Vista de la Torre del Agua, detrás el puente, 

foto E. Goñi, octubre 2020.

En la actualidad la Torre del Agua existe, pero sin ningún cometido concreto desde hace unos cuantos años.

 
Vista de una de las dos válvulas, donde se acoplaban las mangueras, foto E. Goñi, octubre 2020.

Realmente en el punto donde está situada no molesta a nadie, ni peatones ni tráfico, por lo que puede quedarse allí junto al pretil del río Turia por los siglos de los siglos, aunque el Ayuntamiento debería encontrarle un destino o tratarla como una antigüedad con cartel informativo que justifique su ser y estar allí, que no parezca un adorno desconocido.

Para su visita un paseíto hasta la Plaza de América desde la Glorieta nos acerca, o bien la bicicleta.

Texto de Enrique Goñi Igual

viernes, 13 de noviembre de 2020

COLECCIONISTAS DE LATAS DE CERVEZA

Hacia 1898.- La Esmeralda

En marzo de 1987 se creó en València la asociación nacional CELCE (COLECCIONISTAS ESPAÑOLES DE LATAS DE CERVEZA), con el número de registro 73.881, y para que se conocieran, intercambiaran e informaran todos los coleccionistas españoles que se pudiesen encontrar solos en este tipo de hobby.

A caballo entre final de ese año y principios de 1988 editaron su primera revista LATAS DE CERVEZA, con cadencia trimestral, tamaño cuartilla, saluda de inicio y un importante contenido: mantenimiento, orden y control de la colección, tipos de latas según tamaño (54 entonces), y breve historia de la lata de cerveza y su tardía llegada a España. 

Exposición 1993

La Asociación paralizó sus actividades en 1989, estuvo latente hasta que se revitalizó en 1992, y para atraer coleccionistas montaron una exposición de latas, etiquetas y carteles en la librería Crisol, que pudo ser visitada entre el 17 y el 30 de junio de 1993.

Exposición 1993

Al englobar a coleccionistas de todo tipo de material cervecero, optaron por cambiar el nombre del club, pero manteniendo las siglas, denominándole CELCE, CLUB ESPAÑOL DE COLECCIONISMO CERVECERO. Entidad con domicilio social en València y cuyo presidente actual es Pascual Merita.

De coleccionismo cervecero, ya que además de latas también los hay de chapas, etiquetas y posavasos.

Exposición 1993.- Cartel de cerveza El Alcázar.

En la primera época (1987-1989) editaron tres revistas, y de la segunda época (1992 en adelante) van por el número 99 de un magazine, actualmente trimestral, con amplio contenido, a todo color y tamaño DIN A4, para sus más de 300 asociados.

Además de las convenciones locales cada año celebran dos nacionales, aunque este año anuladas por el coronavirus.

 LA CERVEZA EN LATA

En su primera revista comentaban que la primera cerveza en lata apareció a la venta en Estados Unidos en el año 1934, cuando ese país estaba en plena recuperación después de superar la crisis de 1929.

Que la Segunda Guerra Mundial significó para los Estados Unidos un fuerte desarrollo en la producción de este tipo de envasado, pero para los países europeos y de otros continentes postergamiento de su comercialización en ellos.

De tal manera, que en los primeros años setenta del pasado siglo apareció en España la primera lata de cerveza, de la multinacional Skol y un contenido de 12 onzas líquidas (355 ml.).

Monopolio que duró poco ya que comenzaron la competencia El Águila Imperial y Mahou, ambas nacionales. Y las tres marcas cambiaron en la misma década al contenido tipo europeo de 330 ml. (el tercio), pauta que siguieron las siguientes empresas que comenzaron el enlatado.

En 1969 un periódico de Denver (EEUU), entrevistó al primer coleccionista conocido y calculan que actualmente hay más de un millón repartidos por todo el mundo.

Boutique de la Cerveza.- 2020.- Esteban Gonzalo

En València no hay museo, pero sí una Boutique de la Cerveza desde el año 2010 en el número 5 de la calle Luis Santángel, con centenares de botellas y latas de más de cuarenta países del mundo, pero con un apartado especial para las artesanas valencianas. 

Txema Millán en la boutique.- 2020.- Esteban Gonzalo

La creó Txema Millán, coleccionista de latas, chapas y posavasos de diferentes temáticas y a nivel internacional. Lugar para ver y si apetece tomar o comprar después de decidirse ante tan variada muestra, ya que hay hasta lámbicas, belgas con fermentación en atmósfera especial, y trapenses, hechas en monasterios. 

Las dos grandes fábricas de cerveza en València, El Turia y El Águila, comenzaron sus actividades en 1947 y 1949, respectivamente, pero estuvieron preludiadas por otras locales, como Cayol y La Esmeralda, de Bartolomé Hernández, que también producía hielo y gaseosas desde 1891 y se mantuvo hasta los años cuarenta del pasado siglo. Tuvo más larga vida que El Turia, que en 1986 fue comprada por Damm.

En cuanto a El Águila, empresa con sede en Madrid, en 1975 sustituyó su fábrica en El Cabanyal por otra con instalaciones modernas en Quart de Poblet, y en 1984 fue adquirida por la holandesa Heineken, que produce cerveza con marcas Amstel y con el nombre de la empresa.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel