Archivo Municipal
Pasan los años y vuelve de nuevo el fin de nuestra gran
fiesta.
Se ha trabajado con ilusión durante todo un año, se ha
rendido homenaje a nuestra Virgen, a nuestro Patrón, se ha bailado, se ha
disfrutado de los sonidos de la traca, de los almuerzos, comidas y cenas en los
casales falleros, paellas en la calles.
Llega el momento en el que la noche se adueña de la
ilusión, del esfuerzo, en definitiva del sentimiento de ser valenciano .
No es el final. Como todos los valencianos sabemos el fuego
es renovación y todos aprendemos lo que es volver a empezar.
Esta noche la oscuridad es más bonita que nunca y el reflejo
de las llamas en los ojos vidriosos de los falleros se hace presente. Pero
ellos lo saben… queda poco para el próximo 19 de marzo.
Esta fotografía del año 1935 perteneciente a la falla de la
plaza Lope de Vega y cuyo artista fue Regino Más, bien demuestra la belleza de la” cremá.”
Y como la “cremá” me inspira poesía…
El comienzo es el fuego
Sé lo que hago
sé donde estoy
sé lo que soy.
Impaciente mi llegada
polvo mi final.
Hoy seré dueño de mis emociones
de las de ellos.
Lo que era todo, tiene que ser nada
me queda el gozo de la vuelta.
Soy la lengua incontenible,
armonía de elementos flotando,
cabalgata de humo.
Esta noche dejaré el reflejo de mi llama en los ojos de los que la emoción la recordarán con
nostalgia,
y después del incendio quedará una nostalgia no gratuita.
¡Fuego, lumbre ,flama, llama!
Querré para la falla un final como la vida…
luminoso y breve.
Busco el papel, la madera
los acaricio,
los voy devorando,
hasta que en sus cenizas muero.
Gracias a las vísperas y días
por cien noches y una noche
por la tierra sentida en el azahar
por morir tan despacio.
Y hoy termino en el inicio.
Texto de Amparo Zalve Polo
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