lunes, 18 de marzo de 2019

1934, CIENTO VEINTE FALLAS

Archivo Municipal

En el año 1934 la fiesta fallera del cap i casal vio cómo se plantaban en sus calles ciento veinte fallas, el mayor número hasta entonces, en un ambiente de crisis económica en España que a la sazón se iba vislumbrando en nuestra ciudad, debido en gran parte por la depreciación de los productos agrícolas, sin que la austeridad en el gasto se viera afectada en el mundo de las fallas.

Sólo cinco años antes, en 1929, se habían plantado cien fallas, cifra que se mantuvo en los siguientes años de 1930 y 1931 (éste último casi al centenar), para decrecer hasta los sesenta monumentos en 1933, cuando en 1932 ya se había reducido su número en ochenta.

Sin embargo, el años que nos ocupa, ni más ni menos, simbolizaba el auge de las fallas y las “ganas de fiesta” de las comisiones falleras, cuando más acuciaba la inestabilidad económica de los valencianos, echó el restó. Su alegría se refleja tambien en el rostro de Amparito Albors, bellísima Fallera Mayor, tal y como se observa en la foto de prensa.

En la entonces denominada como Plaza de la Región, se plantó una falla que obtuvo el 4º premio, 1.000 pts para la comisión, que entraba en el debate satírico de los usos del capital, de cuya consecuencia era un clamor popular. Situada en un espacio triangular, cuando ya se habían iniciado en  enero de 1931 los derribos para la ampliación de la plaza, que tendría que esperar hasta la década de los sesenta para alcanzar su actual aspecto.

Archivo Municipal

En el Cabanyal, Modesto González presentaba su particular visión del estatuto de autonomía valenciano, falla considerada por la crítica como magnífica, alcanzando el 2º premio con una dotación de 2.000 pts.

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