viernes, 23 de abril de 2021

UN SEPULCRO PARA LOS MARQUESES DE ZENETE

 

«Item declaro y declaro que si yo muriese en estos reinos de España, 

en qualquier parte e lugar dellos, que mi cuerpo sea llevado a sepultar 

a la capilla de los tres reyes que es en el monasterio de los predicadores 

de la ciudad de Valencia del Cid, que la majestad cesarea del Emperador

 nuestro señor fue servido deme hacer merced, y que sobre mi sepultura tan

solamente se ponga una lancha de alabastro igual de la tierra, sin otro vulto

 con u letrero en que se diga como mi cuerpo yace alli sepultado, y se declare

 el dia de mi finamiento porque las personas que lo vieren y leyeren y me

conocieren en esta vida, tengan memoria de rogar a Dios por mi anima».

Testamento de Mencía de Mendoza. Burgos, 1525.  

Don Rodrigo Hurtado de Mendoza y de Vivar había sido nombrado Capitán General del Reino de Valencia por Carlos I y sobre él recayó la responsabilidad de sofocar la guerra de las Germanías; tiempo en el que murió su esposa María de Fonseca, y pocos años después Don Rodrigo, Marqués de Zenete, en 1523.

Y fue la hija de ambos, Mencía de Mendoza, quien se inclinó por el Convento de Predicadores para dar sepultura a sus padres. Virreina de Valencia y casada con el Duque de Calabria, falleció tres décadas después, para ser enterrada junto a sus progenitores, cumpliendose de esta forma su testamento.

El lugar elegido para el sepulcro fué la Capilla de los Reyes del convento dominico, cuya obra fue encargada al arquitecto genovés Juan Bautista Castello, el Bergamasco, quien tuvo la ayuda Giovanni Carlone y Giovanni Orsolino, paisanos suyos.

La construcción de tan precioso sepulcro fue gracias al privilegio del emperador Carlos, y si fueron unos cuantos años para que estuviera dispuesto, que lo fue en 1563, su tardanza fue debida a que doña Mencía quería que surgiera de las manos de los mejores escultores, siendo Luis de Requesens quien contrató a sus autores.

El sepulcro, todo de mármol, se corresponde con un túmulo adornado con amorcillos, cartelas y calaveras, símbolo de la muerte que a todos alcanza. Dos  estatuas de mármol hueco, yacentes,  representan a los padres de doña Mencía, situado en el centro de una capilla de gran belleza y atrevida construcción en 1439 por Francesc Baldomar, uno de los autores de las Torres de Quart. 

miércoles, 21 de abril de 2021

LA ISLA ENTRE HUERTAS


En medio de la huerta de Algirós, donde sólo pasaba el ramal de una acequia, la de Mestalla, donde se plantaban alcachofas y poco más que una cuadra para galgos, una fundición y una vaquería. En medio de la nada, como nada una ciudad que aún no se había abierto hacia el este, hacia el mar.

Formó parte del Plan 5000 viviendas para erradicar el chabolismo en Valencia en un principio y más tarde cobijó a muchos damnificados por la riada del 57.

Oficialmente era el Grupo Paseo al Mar, lo de la Isla Perdida era por su singularidad al constituir un grupo de cemento y hormigón en medio de un mar huertano, aunque por muchos años el vecindario ha luchado por retirar el adjetivo y ya no es “perdida”, es La Isla, totalmente integrada en el actual mar, pero ahora de cemento que fue devorando los bloques dejando de quedar aislados.

La construcción comenzó en 1952, con discreta arquitectura ornamental. En una nueva zona que debía enlazar la ciudad con los poblados marítimos, mediante la prolongación del Paseo Valencia al Mar. Sobre una parcela que se hizo en dos fases:

La primera fase de 456 viviendas de cuatro bloques iguales, entre ocho y nueve alturas, paralelos y perpendiculares al paseo. La segunda fase, 300 viviendas más, con una gran manzana rectangular, de entre siete y nueve alturas, disponiendo de un jardín central.

Fueron inaugurados en 1962.

Texto de Amparo Zalve Polo

lunes, 19 de abril de 2021

DE SALAZONES MARZAL A ROPA LABORAL TRENCH

  

Alejandro Lurbe Zuriaga, hijo de Federico Lurbe Sancho, dueño de Confecciones El León, decidió emanciparse y creó en 1993 “Ropa laboral Trench”, en el bajo del nº 27 de esa calle, donde estuvo hasta ese año Salazones Marzal, gestionado por los hermanos María Dolores y Vicente Marzal.

Es el continuador familiar en el negocio textil desde que su hermano cambió El León de confecciones a bar en el año 2012.

Fachada calle Trench.- 2020.- Esteban Gonzalo

Junto con su vecina ferretería Gran Menaje, el joyero Miguel Segarra y la tienda El Café de Camilo, cerca de la plaza Lope de Vega, son los supervivientes de comercios anteriores a este milenio que han quedado en la calle Trench, tras ser mayoritariamente colonizada por tiendas de recuerdos enfocadas hacia turistas.

Alejandro ante repletos estantes.- 2020.- Esteban Gonzalo.

Ropa Laboral Trench atiende una faceta importante, la venta de atuendos específicos para cada tipo de trabajo: casacas, chaquetas, camisas, pantalones, buzos, casullas, estolas, delantales, guardapolvos,…

Incluso los zuecos ultraligeros EVA, confortables, transpirables, antibacterianos y antideslizantes, que proporcionan ventilación y evitan el sobrecalentamiento del pie, con el añadido de micropuntas que lo masajean. 

Especifican que son ideales para personal sanitario en contacto con equipos eléctricos y en salas de Rayos X. 

Comercio que atienden Alejandro y su esposa Anahara Orient.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

sábado, 17 de abril de 2021

VELLUTERS. SANTA LUCÍA

 ERMITAS DE VALÈNCIA

Aspecto de la ermita sobre 1940

En la calle del Hospital esquina a Guillem de Castro está posiblemente la más antigua ermita de València. Se sabe que la Cofradía de Santa Lucía ya existía en 1395, año en que el cofrade Matías Coloma legó sus bienes para comprar el terreno y comenzar el primitivo edificio inaugurado en 1400, del que todavía permanecen restos incorporados en la actual bóveda. La ermita fue prontamente rodeada por el conjunto de edificios que formaron el antiguo Hospital General.

La actual fachada del edificio es de 1925, y desde 1981 con el traslado del conjunto de edificios del Hospital General a la avenida del Cid, la ermita quedó exenta con todas sus fachadas al aire, lo que por cierto nos permite comprobar que la ciudad ha crecido hacia arriba más de un metro y medio desde el primitivo suelo original de la ermita.

Vista lateral de la ermita. Foto E. Goñi, noviembre 2019.

En la siguiente imagen se pueden ver las campanas de la espadaña, la hornacina con la imagen de santa Lucía y el azulejo con las fechas de 1400, cuando fue inaugurada y 2012, fecha de la última restauración. Recordamos que su fiesta es de las pocas que todavía mantienen en València la celebración de un “Porrat”, precisamente es el último del año, el 13 de diciembre. 

Parcial de su fachada. Foto E. Goñi, noviembre 2019.

En la foto del atardecer se aprecian tres puertas, la central es la de la ermita, la de la izquierda pertenece a un zaguán y la de la derecha a la vivienda de los caseros y oficinas de la Cofradía.

Fachada de la ermita. Foto E. Goñi, enero 2019.

Conozco de primera mano una anécdota de la época de nuestra triste y desgraciada guerra civil, que paso a detallar. 

En 1936 uno de los habitantes de la ermita era una joven muchacha de nacionalidad francesa, sobrina carnal de los caseros, llamada Claudia Bayo Gaboyard. Al comenzar el 21 de julio la quema de templos a uno de los cofrades, el abogado Enrique Badenes, conocedor del caso, se le ocurrió pedir ayuda al Consulado Francés en València y obtuvo un documento oficial con todo lujo de membretes y sellos del Consulado que literalmente decía: CAMARADA AQUÍ VIVE UN SÚBDITO FRANCÉS, RESPETA ESTE EDIFICIO. 

El documento fue colocado en las puertas de la ermita, así, con esta estratagema se salvó de la quema la muy antigua ermita de santa Lucía y la casa de la Cofradía con su archivo, imágenes, pinturas, reliquias, etc. Fue una acertada estrategia que protegió lo que en aquellos convulsos momentos parecía imposible de proteger. 

Texto de Enrique Goñi Igual

jueves, 15 de abril de 2021

EL PALACIO DE LOS SORELL

 
Archivo Municipal

Bernat Sorell fue un gerundense afincado en Valencia cuando finalizaba el siglo XIV. Con el negocio de los tintes amasó una gran fortuna. Su hijo Tomás, en la década de 1460, construyó una gran residencia en el barrio del Carmen, mediante la compra de solares anexos al taller de tintes.

La familia Sorell había logrado un considerable ascenso social y el biznieto de Bernat, Baltasar Sorell, estaba considerado como uno de los diez personajes más importantes del Reino, muy vinculado a la corte de Fernando el Católico, siendo su esposa dama de la reina Isabel.

Fue Baltasar Sorell quien torno a 1485 quiso embellecer el palacio familiar con una importante remodelación que se vio paralizada en 1506, año del fallecimiento de "el molt sabut en l'art de la pedra" Pere Compte, de quien se cree fuera el impulsor del proyecto.

La influencia de la corte castellana en Baltasar podría ser la causa de las inscripciones en la paredes del Palacio, tales como la de su portada, “lo que tenemos falece y el bien obrar no perece”, o el friso de su gran sala interior con la leyenda “qué fabrica pueden mis manos fazer que no faga curso según lo pasado”, frase tomada de unos versos de Juan de Mena.

El que fuera Palacio de Mossén Sorell, desaparecido tras un voraz incendio en 1878 que en la actualidad nos lo recuerda un mercadito construido sobre su solar.

martes, 13 de abril de 2021

¿TE ATREVES A SUBIR EN LOS URALES?

Eso se preguntaría durante la visita a la Exposición  Regional de 1909 en la ciudad de Valencia.

Un enorme gigante, un gran  invento de hierro que demostraba que la Maquinista Valenciana tenía gran capacidad tecnológica y empresarial. Se presentaban los más novedosos avances industriales de principio del siglo XX.

Una enorme construcción de 100000 kilos de peso en metal, frente al Teatro Circo y en el extremo opuesto de la puerta principal de acceso de una exposición que ocupaba 16 hectáreas.

La empresa metalúrgica citada tuvo que pedir refuerzos a EEUU de cierta maquinaria para poder trabajar estas grandes cantidades de hierro que formaban un óvalo alargado con una torre de 20 metros de altura en un extremo. Contenía esta torre el ascensor de la atracción, con dos pisos, que ahora contaré su función, no sin antes decir que el recorrido de todo el circuito tenía 250 metros de longitud y un desnivel de 6 metros.

El viajero se iba a la búsqueda del ascensor, que lo conducía a la segunda plataforma, el punto más alto de la torre en el que se podía subir, a una altura de 14 metros sobre tierra. Una vez allí, montaba en una vagoneta de madera y metal, que lo trasportaba por todo el recorrido entre hierro y desnivel, para volver a la torre de donde salió  con un frenado manual. 

La parada era sobre la primera plataforma, esta ya era a 8 metros del suelo. Y aquí podían ya escoger, o poner los pies en tierra firme, o demostrar su valentía. 

El que quería continuar la aventura aún le quedaban 25 metros más, eso sí, en un bonito bote que se deslizaba hasta un lago central. 

Luego pasaba una barca para llevarlo a tierra firme.

Tras el cierre de la Exposición Regional, Los Urales viajaron al Saturno Park de Barcelona en 1911. 

Allí estuvo dieciocho años, hasta el año 1929 que fue desguazado y vendido como material metalúrgico. 

Texto de Amparo Zalve Polo

domingo, 11 de abril de 2021

MANTEQUERÍA MOSSI

1957 - Calle Maestro Palau

En el número 4 de la calle Maestro Palau, del distrito Extramurs, está Mantequería Mossi, un establecimiento de barrio con variadas viandas, entre ellas exquisiteces, cuya historia comercial se remonta a los primeros años cincuenta del siglo pasado.

En 1953 José Mossi tenía un puesto de venta en el Mercado Central y un almacén en el mencionado número 4 de la calle Palau, al que tras las adaptaciones correspondientes se trasladó en 1957.

Un ultramarinos donde trabajaron hasta cinco personas y servían pedidos a domicilio.

2020 - Jesús Ramírez tras el mostrador - Foto Esteban Gonzalo

Jesús Ramírez La Osa, que con 14 años entró como aprendiz en el año 1969, le compró la tienda al señor Mossi en 1987 y continuó gestionando el establecimiento cuyas ventas han disminuido por la competencia de autoservicios y supermercados, de tal manera, que desde el año 2010 es dueño y único dependiente.

2020 - Llamativo escaparate para los viandantes -  Esteban Gonzalo

Ha intentado traspasarlo, sin conseguirlo hasta ahora, ya que cumple la edad de jubilación este año y sus hijos tienen otras actividades. 

Espero que tenga suerte y continúe Mantequería Mossi atendiendo a su clientela con su gran variedad de productos, incluidos vinos, bebidas y conservas de prestigiadas marcas.

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

viernes, 9 de abril de 2021

LOS RIPERTS EN VALÉNCIA

 ANÉCDOTAS Y CURIOSIDADES TRANVIARIAS

Vista de una Tartana. Foto de Laurent ca 1870.

El ripert como veremos tiene una total relación con el tranvía, ya que nació para competir con él.

En la segunda mitad del siglo XIX comenzaron las grandes ciudades de Europa y América a poner en marcha un servicio público de transporte urbano, consecuente con las distancias que en muchas de ellas se podían recorrer. Ya no era suficiente el ir andando, se precisaba el caballo o el coche de caballos, sólo apto para ricos. Para cubrir esta necesidad surgió el carro de dos ejes cubierto, con asientos laterales, recorridos prefijados, horarios determinados y precios económicos. Se le denominó “ómnibus” palabra latina que literalmente quiere decir “para todos”, transporte para todo el mundo, que pague. De hecho ese es el inicio de lo que ahora denominamos como servicio de transporte urbano y servicio de cercanías.

Durante esos años en València además de los coches de dos ejes se creó y popularizó la tartana, consistente en un carro cubierto y cerrado de un eje tirado por caballo en el que cabían entre cuatro y ocho pasajeros. Situaron sus paradas en las puertas de la muralla para cubrir servicios a los pueblos cercanos y también las hubo en distintas plazas de la ciudad. En la foto siguiente junto al palacio de Dos Aguas podemos ver una parada con varios tipos de coches de alquiler tanto de uno como de dos ejes. 

Parada de coches de alquiler. Foto autor desconocido, ca 1890.

Pero recordemos los que por edad hemos podido viajar en carro por calles o caminos adoquinados o peor de tierra con frecuentes baches cómo salíamos molidos tras un paseo. Para combatir esos males se crearon los tranvías que no era más que un ómnibus o galera que rodaba sobre una vía metálica perfectamente asentada en el suelo, dotada de una ranura que guiaba las ruedas del tranvía tirado por uno o dos caballos, tranvía que luego fue de vapor y finalmente eléctrico, eran y son coches que ruedan suavemente sin vibraciones ni golpeteos por baches.

 

Tranvía de caballos en calle san Vicente. Foto autor desconocido, ca 1890. Remember-València, pg 1875.

Con la puesta en marcha de los tranvías con el costoso establecimiento de las vías, sobre el año 1880 a un avispado fabricante de carros marsellés llamado Antoine Ripert se le ocurrió construir un pequeño ómnibus cuya separación de ruedas en el eje era la misma que la de las vías tranviarias, así, sin ningún gasto añadido, simplemente circulando por encima de las vías, establecía una desigual competencia a la red tranviaria de la ciudad, ya que en aquellos años en muchos casos además, era el único tramo de camino o calle adoquinado. Motivó las protestas de empresas tranviarias, que llegaron a poder prohibir la circulación de los riperts sobre las vías, lo que lógicamente motivó su rápida extinción.

Curiosamente en la València de 1876 sin servicio de ómnibus se pasó de la tartana al tranvía y años después vinieron "los riperts".

La primera solicitud se hizo en el año 1882, Guillermo Moores y Arenas pidió al Ayuntamiento el establecimiento de seis líneas de riperts en la ciudad. 

1ª desde Puerta San Vicente – Torres de Serranos; 2ª de Puerta de Ruzafa – Tros Alt (Tossal); 3ª Guillem de Castro – Glorieta; 4ª Plaza Socorro – Glorieta; 5ª Puerta de Ruzafa – Torres de Serranos y 6ª Glorieta – Grao. Fue denegada su solicitud al solicitar una exclusividad por seis años en los itinerarios previstos. 

Plano del ómnibus ripert. Guillermo Moore. Policía Urbana, 1882. AHMV

En 1883 la empresa Compañía General Valenciana de Coches Privilegiados Sistema Ripert, vaya nombrecito, solicita y se le aprueba por el Ayuntamiento la puesta en marcha de varias líneas urbanas. La primera funcionó en el mes de julio entre Puerta de Ruzafa – Puerta de Cuarte. En agosto se crea Puerta San Vicente – Plaza del Temple – Plaza de Tetuán. En septiembre la línea entre la Plaza del Pollo (junto calle del Mar) y la desaparecida estación de Cuenca, a la parte derecha de las vías de la estación del Norte, estuvo situada a la altura del túnel de las Grandes Vías; además una Circunvalación por calles del interior de Glorieta a Glorieta (por concesión municipal no podía ir por la circunvalación, derecho que poseía la Sociedad Valenciana de Tranvías). Algunos de sus primeros coches fueron suministrados por monsieur Ripert, después fabricantes locales fusilaron el “invento”.

Creó también unas interesantes líneas nocturnas para aprovechar las idas y venidas del público a los distintos teatros de la ciudad, pero la triste realidad es que en noviembre de 1884 se disolvió la sociedad debido al gran pasivo acumulado en casi dos años de vida.

Otras líneas de ripert se crearon posteriormente, pero ninguna cumplió algo más que meses, como la del coche que aparece en  la siguiente foto, que hacía el recorrido desde la calle de Buenavista (Julio Antonio) junto a San Vicente Mártir hasta las Torres de Serranos.

 Ripert junto a las Torres de Serranos. Foto autor desconocido. Remember-Valéncia, pg. 1875

Por descontado hubo algunas líneas de ómnibus, pero no sistema ripert, compitiendo con los tranvías de caballos, y más tarde de autobuses compitiendo con los tranvías eléctricos, pero esas son otras historias.    

Texto de Enrique Goñi Igual

martes, 6 de abril de 2021

EL DIA DE PASCUA "PEPITO PLORAVA PERQUÉ EL CATXIRULO NO LI S'EMPINAVA

Llegaron los tres días de Pascua, tras los días de Semana Santa, y después  del culto había que homenajear con festejos las festividades religiosas. En Valencia no solo serían tres, el día del Santo patrón, San Vicente Ferrer quedaba cerca, y le acompañaban los primeros días primaverales, por lo que las salidas al campo, al cauce del río, o a la playa se hacían más llevaderas.

Ya el  Sábado de Gloria a primera hora de la mañana acudimos a la Plaza de la Constitución a la espera de las campanas de la Catedral anunciando la señal de la Resurrección. Los carros de los huertanos emprenden una loca carrera desde las puertas de Serranos con tal de ser primeros en llegar donde están "els Gloriosos" para recibir el trofeo de la Mona después de pasearla por toda la plaza, recibiendo vítores y aplausos a los acordes del tabalet y la dolçaina.


Los mayores disfrutan del espectáculo y de preparar la comida y la merienda. Los jóvenes, se expansionan con  juegos. Los niños vuelan catxirulos.

El cielo de Valencia se cubre totalmente. Se ven catxirulos y milotxas por todas partes, desde los terrados de las casas, aunque lo mejor es en el río o en la playa donde la brisa del mar facilita su vuelo. Se ven grandes catxirulos de armazón plano, forma exagonal, con tres cañas cruzadas que habrán cogido de los cañaverales junto a alguna acequia de la huerta, haciendo aspa con dos y la otra las divide. Un hilo bramante las sujeta por los extremos, sobre el que a modo de bastidor lleva pegada una tela en unos, y en otro papel. 

Los hay con dibujos, sobre todo de escenas taurinas, también abundan los dibujos de grupas valencianas, y los de menos con escenas populares. Las “cúas” zigzaguean de un lado para otro con sus lazos de telas de colores mientras el aire los va elevando. A falta de catxirulo, la milotxa, plegando papel, pero también vuela.

Mientras se prepara la paella, los hombres juegan al truc, y siguen los catxirulos volando. Jóvenes casaderas esperan un novio de Pascua, un joven bigardón, tunante... ¡Cuidado chicas! , que os durará lo que dura una Pascua.

La hora de merendar. El dulce redondo que tan traídas historias ha tenido sobre su procedencia, el dulce casero y su huevo. Sean ciertas o no, alguna tiene que serlo. En el siglo XII la iglesia desaconsejó comer huevo en Cuaresma, las gallinas seguían poniendo, y era pecado tirarlos, así que se guardaban y este día se preparaba una cesta como regalo a familiares y amigos, y si se pintaban y decoraban, un regalo más especial. Ahora ya se incorporan a los dulces redondos y los padrinos las regalan a los ahijados, con un huevo por año y hasta los doce.

A pocos metros se van reuniendo los jóvenes. Entre la algarabía se escuchan canciones  mientras unen las manos y forman corros, “La tarara sí, la tarara no “, “Ton pare no te nas...”, “Tres pardalets, una aguileta”, “Al pasar la barca...”. Corros y comba, entre los que se alternan las canciones con sonsonetes, ”Vicente, culo caliente, la botifarra y el aguardiente”,  “Paco, repaco fuma tabaco, corre a les chiques en un gayato”. Otros se divierten jugando a L´ama carabassera, el pañuelo, a la faba, o a la correa.

Texto de Amparo Zalve Polo

domingo, 4 de abril de 2021

LA FALLA JOAQUÍN COSTA-BURRIANA HA CUMPLIDO 75 AÑOS

Boceto falla 1945

Cuando lo permita el coronavirus, posiblemente al final del verano, plantarán y quemarán ésta y las restantes Fallas de València y los municipios que así lo acuerden, que están guardadas desde el mes de marzo del año pasado.

Comisión presidida por Julio Tormo Ases, conocido presentador de televisión especializado en festejos, del que es Fallera Mayor Celeste Martí Femenía, y en infantiles la Fallera Mayor Mar García Ballester y el presidente Jaime Arroyo García. 

Presidente a quien la Falla Norte-Doctor Zamenhoff le entregó el Premio Clavell por su gran dedicación a la difusión de la Fiesta Fallera. 

Manolo Algarra, Julio Tormo y Vicente Domínguez.- Foto JCB

Manolo Algarra Viguer, desde el 2016 artista para esta comisión, es el autor de la falla del 2020 para competir en la sección 3ªB recordando en sus escenas y ninots los setenta y cinco años transcurridos desde que plantaron el primer monumento efímero. Tiene como colaborador a Diego Iglesias, y es un cosechador de premios en las secciones en las que ha participado desde que comenzó este joven artista fallero. En el 2019 el sexto premio y el mejor ninot de la sección 4ªC, que la falla indultó de la cremá y engrandece la colección histórica en el Casal, sito en el bajo nº 31 de la calle Joaquín Costa. 

Falla plantada el año 2019.- bdfallas. 

Mismo tema del aniversario para la infantil que el artista Vicente Domínguez ha adaptado para los niños. 

Desde 2017 acuden al centro histórico para participar en el Cant de l’Estoreta, tienen grupo de baile regional con el que actúan en la plaza de la Virgen cuando les corresponde el turno rotatorio y están coordinados con otras fallas de su sector Pla del Remei-Gran Vía para realizar numerosas actividades.

Presidentes y Falleras Mayores 2020 y 2021.- Foto JCB

En la plaza donde se cruzan las calles Joaquín Costa y Burriana celebraron el 20 de octubre del 2019 la III Trobada de Dolçainers en recuerdo y homenaje a Joan Blasco (1928-2016), recuperador de la dulzaina, instrumento cuyo uso casi había desaparecido en la Comunidad Valenciana. Merecido recuerdo a quien revitalizó la vieja xirimita, creo las primeras escuelas para que aprendieran a tocar el instrumento y recopiló la metodología en la obra Método de Dulzaina, editada en 1981. Acto donde Paco Blasco, hijo de Joan, entregó el galardón como Dolçainer del Any a Ferrán Cantó.  

Ninot premiado en la exposición del Casal.- 2020.- Esteban Gonzalo

La Agrupació de Falles Gran Vía les otorgó el Premio Extraordinario a su llibret del año 2020, y como culminación de actividades especiales del ejercicio montaron en su amplio casal una exposición conmemorativa con bocetos, fotografías, recuerdos de fallas infantiles y el ninot premiado en el año 2019, que tuvieron que clausurar ante el agravamiento de la expansión del coronavirus.  

De esta Comisión fueron las Falleras Mayores Infantiles de Valencia en 1981, Raquel Castañeda Orón, y en 1982, Mónica Palmer Cuenca, y varias de la Corte de Honor de la Fallera Mayor en otros años.  

III Trobada de dolçainers.- 2019.- viu valencia.  

Como la pandemia no permitió reanudar los festejos falleros en el resto del año pasado y tampoco en lo que llevamos del 2021, los medios de comunicación audiovisuales y escritos están sacando de sus archivos para transmitir alegría y esperanza a oyentes, televidentes y lectores. Y las comisiones falleras, demostrando su versatilidad de adaptación, han preparado actividades para difundirlas por las redes sociales. Joaquín Costa-Burriana es una de ellas, para distraerse y mantener su habitual cooperación falleros-vecindario. También actos presenciales como la misa en honor a San José en la iglesia del Ángel Custodio, la reposición de bandas a sus falleras mayor e infantil… 

Su eslogan: "Ejercicio 75+1 con renovadas ilusiones"

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

viernes, 2 de abril de 2021

PENYA-ROJA. AVE MARÍA

 ERMITAS DE VALÈNCIA

Frente al conocido Parotet plantado en la glorieta de Europa, donde está uno de los edificios más altos de València, y entre la Av. de Francia y la calle Octavio Vicent, hay un colegio, llamado del Ave María, que guarda en su interior una pequeña ermita, la ermita del Ave María.

Según nos indica en su libro sobre las ermitas de València el escritor José Soler Carnicer esta ermita fue reconstruida a finales del pasado siglo XIX, por el matrimonio Coltell-Olmos, propietarios en la zona de tierras con huertas y un molino, para así dar servicio religioso a sus trabajadores, que vivían en unas casitas cercanas al molino, y de paso también a los vecinos de la zona del antiguo camino de Penya-roja, camino que nacía al principio de la avenida del Puerto a su derecha. Falleció en 1936 el marido y su esposa más tarde en 1952 sin dejar descendencia, por eso en su testamento legaron todos sus bienes para crear la Fundación Escuelas del Ave María de Penya-Roja como institución dedicada a la educación religiosa de los niños de la barriada, y hoy ahí está el Colegio y junto a él permanece la ermita del Ave María rodeada por el patio de juegos y deportes de la institución. 

Frontal de la ermita. Foto E. Goñi, noviembre 2019.

Sin estar desacralizada es muy poco el uso que actualmente se hace de ella. La ermita para la realización de actos religiosos depende de la relativamente cercana parroquia de san Juan de la Ribera. 

Vista trasera de la ermita. Foto E. Goñi, noviembre 2019.

Para su visita aparte la bici, cualquiera de las líneas de la EMT números 19, 40 o 94 nos acerca a la plaza de Europa. 

Texto de Enrique Goñi Igual