miércoles, 25 de noviembre de 2020

REFLEJOS DEL BARRIO DELS VELLUTERS

 

Falla calle Pilar con Horno del Hospital - Biblioteca Valenciana

Recorriendo la calle Roger de Flor, desde la plaza del Pilar hasta la avenida del Oeste, observando las estrechas calles que salen a ella, sus nombres, la necesidad de adentrarme en ellas tantas veces, como si esa zona de Valencia, antigua, histórica, me llamara para escribir sobre ella.

No hay nada mejor que adentrarse en él, recorrer sus rincones e ir muchos años atrás donde el asfalto habla y sus paredes cuentan.

1925 Plaza Pellicer

Como  principio lógico descubrir el porqué de su nombre, Velluters. Barrio donde abundaban los artesanos del terciopelo de seda (Velluter), una gran población relacionada con el gremio de la seda y el textil. Delimitado por la calle Quart, la avenida del Oeste y la avenida Guillem de Castro.

Me fui a la muralla musulmana y vi los terrenos llenos de huerta que quedaban fuera de ella en las que había unas casas dispersas. A continuación me di la vuelta y  me encontré con las murallas cristianas, era 1356. El número de casas había aumentado y se trazaban por calles, de escasa anchura y muy próximas entre sí. Las casas de pequeñas parcelas de fachada estrecha, una o dos alturas, algunas con andana, casa y oficio en el mismo lugar, casas de obrador.

Algunas calles aparecían curvilíneas, incluso diría que zigzagueantes y es porque se veían condicionadas por el gran número de acequias y sus ramales. Había uno que se distinguía bastante y que daba el aspecto curvilíneo a lo que hoy es la calle santa Teresa y Moro Zeit. Acequias que por otra parte se rompían cuando se desbordaban durante las riadas.

Plano de Tosca

Avancé un siglo más y la “Acequia Podrida”, actual calle Maldonado había creado un eje diagonal en un entramado de calles y manzanas.

En los límites del barrio, en la calle Quart, me encontré de frente con el convento de la Puridad, y próximos a la muralla, los conventos de la Encarnación y del Pilar.

El barrio se iba poblando cada vez más de artesanos sederos, también foráneos, sobre todo de Castilla y de Italia. Había multitud de moreras cercanas intramuros y plantaciones de ellas extramuros, multitud de acequias donde lavar las madejas de seda. ¿Qué más se podía pedir para los artesanos de este gremio? ¿Y el beneficio de tener más tarde tan cercana la Lonja de la Seda? 


Calle Exarchs, años cuarenta.

Avancé todavía más en el tiempo y el auge del barrio produjo varios edificios de solera. Primero visité el palacio de los Condes de Parcent, y muy cerca de él las Escuelas Pías.

Me di cuenta que el semblante de la gente que pasaba reflejaba tristeza porque la plaga de la “pebrina” estaba destruyendo las moreras. Se estaba importando seda asiática, y para sustituir la seda natural se inventó la seda artificial, era el ocaso de la mayoría de la gente del barrio. No pudieron con ello.

Interior Palacio Parcent

Ya había llegado al siglo XIX, y tras el declive empezaron las reformas. La muralla cristiana se derribó, planes de ensanche, y definitivamente la destrucción de gran parte del entramado urbano y social.

Algunas de sus calles cambiaron de nombre y otras desaparecieron por completo. Se refleja en estos ejemplos: La calle “Pou Pintat” por Viana, “Acequia Podrida” por Maldonado, calle “La Palmera” por Arolas, perdiéndose a su vez la plaza del “Molino de Na Rovella” con las obras de la avenida del Oeste.

Texto de Amparo Zalve Polo

1 comentario: