El 2 de septiembre del año anterior, el Ayuntamiento había adjudicado al ingeniero Juan Navarro Reverter la concesión de los dos nuevos trayectos que pasarían a ser nominados como la Diagonal y el de Circunvalación, figurando el ingeniero como director de la nueva sociedad de la que el Marqués de Colomina ostentaba su presidencia, con el Marqués de Campo como Presidente de Honor.
El 16 de agosto sería inaugurada la línea Diagonal, que desde la calle de Ruzafa, plaza Castelar y por el Mercado, alcanzaba la calle de la Bolsería hasta las Torres de Quart.
De inmediato y tras cuarenta días que fueron los empleados para la construcción, entró en servicio la linea de Circunvalación, tanto en cuanto daba la vuelta a la ciudad por la orilla del río para adentrarse por la plaza de Tetuán y la calle Colón con su paso por la Plaza de Toros.
La línea del ferrocarril frenaba su marcha, pero desde la plaza de San Agustín continuaba por Guillen de Castro para alcanzar Blanquerías.
Estos dos nuevos trazados fueron acogidos con gran satisfacción por parte de los valencianos, que aunque iban a avanzar al paso lento de los caballos, era impensable entonces la velocidad que podría alcanzarse con su electrificación, que no llegaría hasta el comienzo del nuevo siglo.
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