Entre los días 8 y 24 de julio de 1892 hubo un cambio
drástico en los transportes de viajeros entre Valencia, Villanueva del Grao y
Pueblo Nuevo del Mar (Cabanyal y Canyamelar). Fueron las fechas del comienzo,
respectivamente, de la explotación del Trenet
Pont de Fusta-Grao y de la prolongación hasta la playa del Cabanyal del
tranvía El Ravachol, ambos remolcados con locomotoras de vapor, que marcaron un
antes y un después en las facilidades de desplazamiento masivo a las playas del
Cabanyal y la Malvarrosa.
El trenet ya ha tenido su apartado correspondiente, por lo
que ahora le toca el turno al Ravachol, un tranvía con motor a vapor cuya
concesión obtuvo el 11 de junio de 1891 la Sociedad General de Tranvías (SGT).
Su primer tramo entre la plaza de Tetuán de Valencia y la plaza Espartero de
Villanueva del Grao fue abierto al tráfico el 25 de abril de 1892, y la
continuación hasta la playa del Cabanyal el 24 de julio siguiente. Se detenían
para tomar o dejar viajeros en los siguientes lugares: Óvalo primer tercio de
la Alameda, Cuarteles San Juan de Ribera, Portazgo, Cruz del Camino del Grao,
Empalme del camino Hondo con el nuevo, Óvalo del Grao, calle del Cementerio
(frente al mercado), plaza Espartero, calle Mayor del Grao, puerto, calle Reina
y playa frente a los Baños de Las Arenas.
El Ravachol entrando en la Alameda en 1892.
Foto de la acuarela de A. Ramón. Archivo Esteban Gonzalo.
Tres unidades de dos ejes era la composición normal del
tranvía: dos coches de viajeros, construidos por la inglesa Willnes, uno de
ellos imperial, y una de las diez maquinitas, de dos ejes motrices, carrocería
tranviaria y velocidad máxima 30 kilómetros por hora, que compraron a la
británica Thomas Green de Manchester. Quince céntimos en los coches cerrados y
diez en los imperiales eran las tarifas para el recorrido total.
Entre Valencia y Villanueva del Grao el tranvía de vapor
recorría 4.342 m. de trazado y 1.658 m. en su continuación hasta la playa,
invirtiendo veinte minutos para la realización del viaje. El trazado era de vía
única con ancho métrico y tenía cinco apartaderos para el cruce de los
convoyes, igual sistema que el empleado en las líneas de tranvías hasta
Burjassot-Godella, Catarroja, Pobla de Farnals y Torrent, y en las
prolongaciones posteriores hasta Silla y Manises
El Ravachol fue famoso, tanto por la rapidez de sus servicios como por los accidentes que provocaba, principalmente por la poca atención de viajeros y viandantes acostumbrados a carros, carruajes y tranvías, éstos desde el 24 de junio de 1876, arrastrados pausadamente por acémilas. Por ello al nuevo tranvía le apodaron Ravachol, el sobrenombre de un terrorista francés guillotinado en 1892.
El Ravachol por calle del Cabanyal.
Foto Bernardo Villalba. Archivo Díaz Prósper
El Ravachol fue famoso, tanto por la rapidez de sus servicios como por los accidentes que provocaba, principalmente por la poca atención de viajeros y viandantes acostumbrados a carros, carruajes y tranvías, éstos desde el 24 de junio de 1876, arrastrados pausadamente por acémilas. Por ello al nuevo tranvía le apodaron Ravachol, el sobrenombre de un terrorista francés guillotinado en 1892.
Por extensión aplicaron el diminutivo “Ravacholets” a dos
líneas de tracción animal que también explotaba La General: la del apeadero de
la plaza de Tetuán hasta la estación de los Ferrocarriles de Valencia y Aragón
en la calle de Quart (entonces Cuarte), y la transversal, entre las plazas de
Ruzafa y Serranos con retorcido recorrido a través de la Ciutat Vella.
En una ciudad, con menos de 200.000 habitantes y pequeños
municipios en su derredor, era muy buena la oferta de transporte entre Valencia
y los municipios marítimos, ya que a los 10 minutos en cada sentido del
Ravachol, se añadían: frecuencia similar en los tranvías de tracción animal,
los viajes que realizaba el ómnibus El Barco –especie de autobús con tracción
de sangre-, y, aunque con poca cadencia pero mucha capacidad, los trenes de La
Valenciana para las playas de Cabanyal y la Malvarrosa, y los de la Compañía
del Norte, que eran principalmente utilizados para ir a la cercana playa de
Caro. Oferta a la que añadir las tartanas, galeras y otros vehículos de
servicio público.
La fuerte competencia entre la General, la Valenciana y el
Barco, que llegaron a bajar los precios a extremos irrisorios, desembocó en la
crisis de 1895. En 1898 las líneas de la General pasaron a ser gestionadas por
la "Compagnie Genérale des Tranways Electriques de Valence (Espagne)"
con sede en Lyon, que en breve plazo promovió su electrificación. El 24 de
marzo de 1900 ese año comenzó el servicio público de tranvías eléctricos entre
la plaza de Tetuán y El Grao, tres meses después hasta la playa de Levante, y
el 18 de agosto el primer adentramiento urbano por la calle de la Paz. Año en
el que también cambiaron la tracción animal por la eléctrica las líneas hasta
Catarroja, Pobla de Farnals y Torrent.
La tracción vapor en los tranvías urbanos y suburbanos de
Valencia, ya que la línea de La Pobla de Farnals era mixta de vapor y sangre,
sólo duro ocho años (1892-1900).
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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