Archivo Municipal
Sin embargo, y pese a su gran dedicación para estos deseados
frutos tras el paso del tiempo, pues en sus inicios su labor fue de la
siembra, el Conde de Altea, desde su despacho con los retratos del llorado
Dato, de Silvela, del nunca olvidado Canalejas, de Burgos y Mazo, junto a otros
prestigiosos políticos, se manifestaba con estas palabras:
“¿Interesará a los lectores lo tratado en la reunión del
Consejo de la Oficina Internacional del Trabajo? A decir verdad, yo voy
dudando de ello, porque todo nuestro entusiasmo, cuando acudimos a las
deliberaciones, se estrella con la apatía del pueblo español, que solo se
preocupa de su presente, prescindiendo en absoluto de cuánto afecta al
porvenir.
Llevamos 17 reuniones y creo que está de ahora es la segunda
o tercera vez que un periodista acude a mí en demanda de información sobre lo
tratado, y es lástima que así sea porque la oficina es algo que afecta muy
directamente a la vida de los pueblos."
Así se expresaba en 1923 el Conde de Altea ante los preparativos de la próxima reunión a celebrar en Ginebra en el mes de Octubre con el objetivo de mejora de las condiciones laborales establecidas en el Tratado de Versalles de 1919 tras la I Guerra Mundial.
Así se expresaba en 1923 el Conde de Altea ante los preparativos de la próxima reunión a celebrar en Ginebra en el mes de Octubre con el objetivo de mejora de las condiciones laborales establecidas en el Tratado de Versalles de 1919 tras la I Guerra Mundial.
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