Foto de Esteban Gonzalo (1981)
Un fuerte vendaval arrastró el 29 de diciembre de 1980 al
carguero Navacerrada y lo encalló en la playa de Pinedo. Previamente un vecino
avisó a las cinco de la mañana, supongo que a la policía, que había un barco a
la deriva. Al amanecer los bomberos consiguieron lanzarle unas amarras, y por
ellas, mediante una argolla y un cinturón pudieron rescatar a los 12 marineros
y su capitán junto con sus enseres.
El temporal interrumpió de ese modo la singladura del
mercante entre los puertos de Tarragona y uno de Argelia, país a donde llevaba
cuatro hospitales de campaña para los damnificados del terremoto que el 10 de
octubre de ese año asoló, principalmente, la ciudad de El Asnam. Movimiento
sísmico que con diferentes intensidades llegó a Valencia, Jaén, Murcia y
Granada.
Construyeron una escollera, llevaron una grúa de 70 Tm., y
comenzaron el 12 de febrero la descarga de lo que transportaba el buque, para
enviar en otro barco los hospitales hasta su destino, y al liberarlo de peso
intentar reflotarlo, lo que no consiguieron al estar muy anclado en la playa y
ligeramente escorado.
Por ello, a finales de marzo de 1981 las autoridades
marítimas decidieron desguazar. Sin embargo, pasaban los meses y el barco
continuaba en la playa a merced de saqueadores con el añadido de un problema de
salud pública por comida putrefacta en su interior y gasoil en sus depósitos de
carburante, según denunciaba el diario Levante el 10 de mayo. Por ello en el
mes de julio fue vaciado y desmantelado. Desapareció el peligro pero también
una atracción para visitas familiares, como se aprecia en la fotografía tomada
en marzo de 1981.
Ocurrió en un temporal muy fuerte que duró tres días y
ocasionó un muerto en Altea y otro en El Campello.
Texto de Esteban Gonzalo Rogel
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