Archivo de Rafael Solaz
1955 - El “maestro de escuela” tenía su cometido en su atención a los primeros años de la docencia de los niños del barrio, en aquella década de los cincuenta y al amparo de una Ley de Enseñanza que tras sus primera andadura, alcanzaría un desarrollo público pocos años después.
El sencillo pupitre, dejando poco espacio para los codos, quedaba cubierto por la Enciclopedia Dalmau Carles en sus grados Preparatorio y Elemental, como arranque a una posterior enseñanza, mientras que los Cuadernos Pastor guiaban la mano de los niños entre unas líneas que aconsejaban letra gótica o redondilla, al igual que los de “problemas” les hacían meditar.
En la foto, los alumnos, atentos a la pizarra, llenan sus libretas con anotaciones que el maestro vocacional les ilustra, y las telas plastificadas cubren las paredes mostrando mapas que les ayudaran a encontrar montañas, ríos y afluentes.
Vahos de “goma Milán” y nubes de tiza, polvo de cepillos de paño que se entremezclan entre sumas y restas, decimales y quebrados. Y madera de pupitres barnizados que se irían desgastando, cual eficaz soporte para aquella docencia de sandalias de goma con peinados a raya y cabellos rizados o de coleta, donde las niñas y niños fijan su atención desde la pequeña escuela de barrio donde el “maestro” como faro y guía, era venerado cual baluarte del mayor respeto vecinal.
Qué buenos recuerdos
ResponderEliminarBonito comentario y bonita foto. Cuando pasan los años , te das cuentas de que ha a habido,profesores que te han dejado una huella , aunque cuando eres niño no te des cuenta , en mi caso, yo estudie en los Maristas, hay profesores a los que recuerdo con cariño . Bon día y un abrazo . Gregorio
ResponderEliminarGregorio, así es, el recuerdo del maestro de escuela, de barrio, siempre permanece. Y como prueba, son varias las calles en Valencia, como imagino en cualquier otro lugar, que llevan sus nombres.
ResponderEliminarUn abrazo
Tornasol, recuerdos siempre entrañables.
ResponderEliminarUn saludo.