LA ESTACIÓN DEL NORTE
Archivo de Rafael Solaz
Años 20 - A principio del siglo XX el Ayuntamiento de Valencia estaba situado en la antigua Casa de Enseñanza de la calle de la Sangre y con la pretensión de su ampliación y construcción de una nueva fachada recayente a la plaza Emilio Castelar y la sazón con el deseo de aumentar la superficie de la misma, fue de necesidad el traslado de la Estación del Norte, en ella situada, a un nuevo emplazamiento. Se decidió entonces su traslado junto a la Plaza de Toros, dejando en manos del arquitecto valenciano Demetrio Ribes su construcción quien prestaba sus servicios en la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España. Iniciada la obra en 1907, se inauguró en el año 1917, optando su creador por el estilo modernista de la época con la utilización del hierro y el recurso de la marquesina, incrustando en su fachada la simbología valenciana en base a su cerámica y agricultura, fundamentalmente, así como otras referencias alusivas tanto a la ciudad como la misma Compañía en su estrella de cinco puntas. El edificio central de la Estación del Norte por su belleza y emblema de la ciudad, está llamado a ser, con la construcción del futuro “parque central”, uno de los lugares predilectos como centro cultural. Y no sólo por su fachada, sino por la exquisitez de su interior en donde la cerámica vidriada, la madera y el cristal decoran en ricas alegorías las costumbres valencianas, tanto en el vestíbulo central, en sus taquillas, como en las salas anexas. Vemos en la foto de los años 20, cuando la motorización aún no se había adueñado de las calles, el tránsito de carros y tartanas sobre una calzada adoquinada. Al igual que el paso algo ligero de un trajeado caminante cuando el paso de peatones era inexistente.
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