viernes, 15 de noviembre de 2013

EL “CHARLATÁN”


el charlatan años 40

Años 40 - Hasta avanzados los años cincuenta era frecuente observar en las calles unos corrillos de gente que se formaban en torno a la figura de quien era conocido como “el charlatán”. 

Vendedores ambulantes con una verborrea especial que ofrecían peines, crecepelos, relojes, carteras de bolsillo, navajas albaceteñas, maquinillas y hojas de afeitar y un extenso surtido de productos que gracias a la forma de ofertarlos los hacía apetecibles. Primero les marcaban un precio que iban bajando con su peculiar estilo: ¡Y este reloj chapado en oro que vale veinte duros, no será ni por diez duros, ni por cinco duros! ¡Os lo dejo por diez pesetas!, ¡diez pesetas!, pero además y de regalo un mechero con una bolsita añadida con cien piedras de mechero! ¡Todo por diez pesetas! ¿Quién quiere el lote? A la una, a las dos… 

¡Para Vd caballero que ha levantado la mano, todo por diez pesetas y además y también de regalo: una peineta para su señora!

Esta era la peculiar forma que actuaban los charlatanes que aparecían en las cercanías del Mercado Central, al igual que en los días de fiesta por las calles más concurridas. De todos ellos quien alcanzó fama nacional pues a lo largo de cincuenta años recorrió toda nuestra geografía, fue León Salvador, quien por su comercial y brillante oratoria se ganó el atributo de Don León Salvador, a quien vemos en esta foto de los años cuarenta con su señorial distinción.

2 comentarios:

  1. Muy interesante , admirables estas personas, que eran capaces de vender arena en el propio desierto del Sahara, en León, en la plaza de Las Palomas, en pleno centro, allá por la década de los 70 , había un señor que era el típico vendedor, que pregonaba sus mercancías , que te regalaba no se cuantas cosas si comprabas algo de lo que te ofrecía, como en aquellos años un servidos, era muy jovencito, alguna vez que pasaba por la plaza , estando de vacaciones en León, me paraba para escuchar aquella verborrea comercial, de unos personajes pintorescos. Perdón por el rollo, buen día y un abrazo. Gregorio

    ResponderEliminar
  2. Me encantaban, siempre me paraba. Recuerdo haberles comprado un líquido que las pesetas rubias, las hacía plateadas. Y un cartón cuadrado con un orificio en medio donde había una plumita, que mirando a través distorsiona la imagen, SEGÚN EL VENDEDOR ERA UNA APARATO DE RAYOS X.

    ResponderEliminar