viernes, 24 de noviembre de 2017

UN RESTO DE LA MURALLA CRISTIANA

Archivo Municipal

1950 Ca. Tras el cerco amurallado a la ciudad fundacional romana de Valentia, en el siglo XI, durante el reinado de Abd al-Aziz, se construyó un nuevo lienzo protector que en su orientación sur quedaba al capricho del brazo del río Turia que había dado a la ciudad su carácter de isla fluvial hasta entonces. La desaparición del mismo daría ocasión a la aparición de la futura plaza del Mercado y la calle de las Barcas como lugares de mayor impronta a lo largo de su recorrido, sin olvidarnos del barrio del Carmen en su inicio tras la puerta de Bab Al-Qantara, actual de Serranos.

Pedro el Ceremonioso en 1356 dio las órdenes para construir una nueva muralla cuando las guerras con Castilla, desprotegido el crecimiento urbano de la ciudad que había experimentado durante los tres últimos siglos.

La nueva muralla cristiana cumplió su misión durante cinco siglos tal y como aún puede observarse en la puerta de Quart, con sus “cicatrices de un triunfo”, en la lucha contra los franceses de 1808. Sería en el mismo siglo, en 1865, cuando un 20 de febrero se inició su derribo por la expansión de la ciudad, mientras que su carácter defensivo carecía de sentido.

De aquel cerco protector tan sólo quedan las torres de Serranos y las de Quart, y adherida a estas últimas queda un trozo de su muralla, que por su lugar ajardinado aconsejó su permanencia, como muestra de un lienzo que tras su destrucción dio lugar a la actual ronda de circulación, como primer anillo urbano que envuelve a la ciudad. 

Pequeño trozo de muralla que se observa en esta foto torno a 1950 cuando las torres se vieron sometidas a una importante restauración una vez liberadas de su función de cárcel.

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