El nombre de Plaza Redonda se había popularizado de tal
manera que el oficial del Cid y luego del Clot apenas era mencionado por quienes acudían al Mercado de Aves, que en aquellos años centraba la actividad
del lugar con la venta toda clase de especies de pluma, donde se mezclaban el
canto de algún gallo con los gorjeos de ruiseñores, así como la venta de toda
clase de productos que guardaban relación, tanto de jaulas diversas como de
alimentos para las aves.
El alcalde Sr. Valentín, durante aquel año de 1910 puso
especial énfasis en las inspecciones sanitarias en diferentes zonas de la
ciudad, que a la sazón presentaban característica dispares, tanto por las calles
de Pueblo Nuevo del Mar, como en la calle Bailén o al principio del camino
Hondo del Grao.
Pero siempre recordaba al Inspector Municipal Sr. Batlles su
principal atención al “Mercado de Aves”, por ser céntrico y muy concurrido, donde
la necesidad de su inspección sanitaria debía merecerle toda su atención, y en
su caso, tomar las medidas oportunas, tanto en cuanto su actividad repercutía en la salud pública,
muy reivindicada por la prensa de entonces.
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