Foto de Esteban Gonzalo
Entre la calle Ercilla y la plaza del Doctor Collado, en
pleno centro histórico, en 1892 ya estaba la Horchatería El Collado. Entre los
últimos años veinte y mil novecientos cuarenta fue la Horchatería del Central,
Casa Adrián (Alamar), quien el 5 de enero de ese año se la vendió a Martín
Civera Ponz, que le cambió la razón social con la que han continuado hasta
ahora. Fue el comienzo de una saga que a su fallecimiento en 1958 siguieron su
esposa Josefa Martínez Lázaro como propietaria y su hijo José Civera Martínez
como gerente, quien tras decenios en el negocio ha cedido la gestión a su hijo
Jorge Civera Roselló.
Un lugar para tomar exquisita horchata, con fartons,
rosquilletas u otros acompañamientos, espeso y sabroso chocolate con buñuelos
entre diciembre y junio, y helados artesanos con una atractiva variedad para
elegir. También es el único o uno de los pocos establecimientos de Valencia donde
se puede tomar agua de cebada.
Su pequeño local fue ampliado al doble en 1965 al
anexionarse el que ocupaba una tienda de salazones para poder atender mejor a
sus clientes, a quienes la empresa familiar les agradece públicamente su
confianza de siglo y cuarto con un gran letrero colocado el año pasado en la
fachada del edificio en cuyo bajo esta la horchatería-heladería.
La relación de la Horchatería El Collado con Alcublas es por
partida doble, ya que además de ser el origen de la familia Civera, este
establecimiento y los restantes horchateros y heladeros de la ciudad tuvieron
especial relación con ese municipio de La Serranía, ya que cuando no habían
fábricas de hielo lo traían desde allí con carros y por la noche. Asimismo
el frecuente trato propició que las
horchaterías de Valencia fueran los principales negocios donde jóvenes alcublanas
encontraban trabajo.
Horchatería El Collado está ubicada muy cerca de La Lonja y
el Mercado Central, en zona muy transitada por conciudadanos y visitantes
españoles y de otros países.
Los Srs. Civera padre e hijo manifiestan que gracias a las
modernas tecnologías les resulta muy satisfactorio y estimulante leer en
internet los elogios de muchos visitantes.
Y ahora a por el siglo y medio, ya que el tiempo pasa
rápido.
Texto y fotos de Esteban Gonzalo Rogel
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