Biblioteca Valenciana - Lévy
No se trata de hablar sobre la Plaza del Mercado actual,
tampoco del edificio del Mercado Central, ni de la bellísima construcción
gótica de la Lonja. Tan solo un breve resumen en el tiempo sobre curiosidades y
pequeños apuntes históricos, donde la vida comercial de la ciudad de Valencia
se estableció dando salida a los múltiples productos de nuestra huerta.
I- Una plaza en principio que fue zoco musulmán, que llegada
la conquista del rey Jaime I le concedió el privilegio de celebrar un mercado
semanal, y que la autorización diaria se la dio el rey Pedro IV el Ceremonioso.
II- Fue cementerio durante la dominación musulmana (antes de
1238). De ahí una sátira del poeta Jaime Roig:
“Ni menjaria carn del mercat, si hom penjat algú hi había"
"Ni del mercado carne comiera, si algún ahorcado en él hubiera"
En 1672 durante las obras de les Covetes de San Joan
aparecieron cadáveres y osamentas en cantidad.
Detallando algo al respecto sobre este lugar de la plaza: Durante el
mercado, aquí se encontraba la zona de Les Estaques, destinado a recibir las
caballerías de los concurrentes; allí se anclaban, debajo de la terraza de la
iglesia de los Santos Juanes, desde la escalera
por donde a ella se subía, hasta la calle que iba a la Capilla de la
Comunión de la misma iglesia. Formaba una pequeña plaza.
Llegó el momento de hacer obras de saneamiento y renovación de la iglesia, y al maestro de obras, en pago a su trabajo, se le concedió esa parte de la fachada. Hizo varias cuevecillas y las disfrutó. Más tarde, por testamento, las volvió a ceder a la iglesia, pero con ciertas obligaciones. Una de ellas era la de no alquilarlas por más de 20 libras, pero que al final no se cumplía. Conforme iban desapareciendo el resto de las estacas, se fueron ampliando les Covetes.
Archivo Municipal
Llegó el momento de hacer obras de saneamiento y renovación de la iglesia, y al maestro de obras, en pago a su trabajo, se le concedió esa parte de la fachada. Hizo varias cuevecillas y las disfrutó. Más tarde, por testamento, las volvió a ceder a la iglesia, pero con ciertas obligaciones. Una de ellas era la de no alquilarlas por más de 20 libras, pero que al final no se cumplía. Conforme iban desapareciendo el resto de las estacas, se fueron ampliando les Covetes.
III - La primera fuente pública que se instaló en la ciudad
fue en esta plaza. Se extraía mecánicamente el agua de una acequia. Una fuente que
se adornaba en las festividades y procesiones. Alrededor de su taza había un
rótulo que decía: “En lo any 1672”.
IV - Se celebraban fiestas y grandes concurrencias. Como si
con ellas se quisiera borrar el horror de las ejecuciones que se realizaban
junto a la Lonja. Un hecho significativo fue la última ejecución por la
inquisición en España. Corridas de toros, brillantes funciones ecuestres.
Lugar donde las comparsas de las cabalgatas guardaban al paso sus mejores
habilidades y acrobacias esperando el aplauso de la concurrencia.
V - Estaba dividido el mercado por zonas en las cuales se
ocupaban de vender los productos que hacían los artesanos, aves, carnes, pan, o
bien, los productos derivados de la huerta, cuyas labradoras en sus puestos
desmontables ofrecían sus patatas,
alcachofas, lechugas... con toda la frescura de lo recién cogido al amanecer.
Los puestos estaban numerados, llegándose a contar hasta 1.480. Los cercanos a
las droguerías eran considerados los más céntricos y apreciados para las
vendedoras.
Se vendía desde el amanecer hasta concluir la venta y si
los de derecho no estaban ocupados, aparecían las revendedoras que vendían al
menudeo alguna ganancia. Solo se les permitía a estas últimas a partir de las
diez de la mañana, por lo que se les daba preferencia a las labradoras para que
pudieran vender sus artículos directamente.
Archivo Municipal
VI - A partir de 1839 se hizo el Mercado Nuevo, ocupando ya el solar que dejó
el Convento de Magdalenas. Se diferenciaba del anterior principalmente en que
los puestos de venta se hicieron permanentes, aunque los desmontables se
conjugaban con ellos. Formaban un rectángulo con dos filas de casetas, más o
menos setenta, con espaciosos soportales delante sostenidos por columnas. Había un
depósito para los pesos, pesas y medidas que alquilaban a las vendedoras. El
centro de los soportales estaba ocupado también por dos hileras de tinglados
cubiertos de forma que formaban tres calles. En estos se establecían los
panaderos y los tableros para la carne.
VII - El Mercado Nuevo se retiró bajo el reinado del rey Alfonso
XIII, el cual acudió dando unos golpes conmemorativos con una piqueta de plata.
Archivo Municipal
Un romance titulado “La despedida de Valencia“ de la
biblioteca de Mayans:
Adiós
Plaza del Mercado,
con tu
comercio y bullicio
en
donde todos encuentran
con que
saciar su apetito.
Adiós
portales y tiendas
de
canela y clavo fino,
con
todos los ramilletes
que
deleitan los sentidos.
Quédate en paz calle nueva
con tus mercaderes ricos,
donde
galanes y damas
sacan
trajes exquisitos.
Texto de Amparo Zalve Polo
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