martes, 7 de enero de 2020

LOS ESTILOS DE LA CATEDRAL

Archivo Municipal 

"Este templo fue dedicado en tiempo de la gentilidad a Diana; en el de los godos al Salvador; en el de los moros a su profeta; en el del Cid a San Pedro, y por el invicto conquistador Don Jaime I de Aragón, a María Santísima el 1238".

Tras la Reconquista la Mezquita Mayor fue rapidamente consagrada y dispuesta para la liturgia cristiana; y en menos de treinta años tras la adquisición de solares anexos, en 1262, por decisión del obispo Andrés de Albalat se colocó la primera piedra para su fábrica catedralicia que fue terminada a principios del siglo XIV, con su continuidad en esta centuria ganando en superficie mediante la construcción del aula capitular y la torre exenta del Micalet, al igual que su cimborrio que sería culminado en el siguiente siglo, con la sucesión de nuevos estilos arquitectónicos, de acuerdo con su época, que con el paso del tiempo se han ido impregnando en sus piedras. 

Vemos en su inicio el románico en puerta de la Almoina, luego el gótico en la de los Apóstoles y finalmente el barroco en la de "Los Hierros".

Un incendio en el interior de la Catedral, en 1469,  causó daños en su bóveda y presbiterio. El Cardenal Rodrigo de Borja, obispo de Valencia y más tarde Papa, encargó al lombardo Paolo da San Leocadio y al napolitano Francesco Pagano la restauración de las partes dañadas. De esta forma los prestigiosos maestros trajeron  el esplendor del Renacimiento italiano. Tras nueve años de trabajos, terminaron sus frescos en 1481, con los llamados "ángeles músicos", que más tarde serían ocultados con la implantación del barroco. Mientras que en 1492 fue elevada la Catedral a la categoría de Metropolitana por el papa Inocencio VIII, a petición del cardenal Rodrigo de Borja.

La "obra nova" en la segunda mitad del XVI, daba mayor realce al templo.

Un nuevo estilo hizo su aparición en el siglo XVII cuando debido al humo de las lámparas de aceite todo su esplendor quedó ennegrecido y se procedió a una nueva restauración. En 1674 se encargó este menester a Juan Pérez Castiel, quien trabajando bajo la bóveda y sobre el presbiterio, utilizando la técnica del estuco y usando el oro para su embellecimiento, dio paso a un barroco que ocultó los frescos, que tendrá su mayor representacion con una nueva puerta de suntuosa fachada cuya obra tuvo su inicio en 1703, completándose una catedral con su actual aspecto.

En el año 2004 se inició la restauración del ábside y en la labor de eliminación de una capa de pintura y la  prospección a través de un pequeño orificio del estado en que se encontraba el yeso, se detecta el zureo de palomas alojadas en el interior. Con nuevas técnicas de exploración, como si del interior de un cuerpo humano se tratara, se introduce una cámara que recorre todo el interior y se llega al hallazgo de los ocultos frescos renacentistas, que en el año 2007 volverian a ser restablecidos para su visionado y con gran belleza.  Y ahí siguen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario