sábado, 9 de marzo de 2019

NI TANTOS NI TAN POCOS


Foto Junta Central Fallera.

Con el ninot indultat del año 1961 el artista Juan Huertas Gasset satirizaba los problemas de quienes sin tener los suficientes recursos económicos no ponían medios para no tener muchos hijos, máxime cuando la mayoría de las familias españolas tenían dos descendientes, aunque a veces llegaba un tercero, incluso un cuarto, y no había problemas demográficos. La tasa de nacimientos de ese año fue de 21,20 por cada mil habitantes según el Instituto Nacional de Estadística.

Contrasta con la situación en el nuevo milenio, de 8,4 por cada mil habitantes en el 2017, donde el promedio de hijos por pareja ligeramente pasa de uno, teniendo en cuenta los que no tienen por los que suman por lo menos dos, con el añadido del 29,8% de adultos solteros sin hijos, salvo excepciones. Ello a pesar de la mayor tasa de fecundidad de las mujeres llegadas de otros países, excepto de Europa.  

Se ha creado un grave problema demográfico impensable en los primeros años sesenta (máximo de 22 nacidos por cada mil habitantes en 1964 y después continuada disminución, excepto la ligera recuperación 1998-2008 después perdida), que achacan a falta de políticas demográficas, crisis económicas, las mujeres no poder compaginar trabajo con maternidad en un porcentaje de empresas, el elevado paro o trabajo precario que no permite independizarse y crear familia y, también, otro estilo de vida, queriendo disfrutar y pasar las menores escaseces posibles, teniendo en cuenta que en épocas pasadas, con frecuencia y según estadísticas, muchas familias tenían que destinar el 50% de la renta familiar para pagar la vivienda.

La foto me ha recordado un reciente chiste donde en la superpoblada India un policía de tráfico quiere sancionar, por no llevar cascos, a un hombre que iba con seis hijos en un velomotor, aunque después, pensándolo mejor, que lo multaba por no utilizar preservativos.

Con el lema “El castig de ser-ne massa” el grupo de ninots indultado fue el presentado al concurso por la Falla Ferroviaria, de una comisión que no continuó. 

Texto de Esteban Gonzalo Rogel

No hay comentarios:

Publicar un comentario