Nota.- A lo largo del siglo XVII se produjeron continuas epidemias
de peste que causaron numerosa mortandad en la ciudad. Gran parte de los cuerpos
fueron inhumados en un camposanto situado a espaldas del Convento de Belén que
se le conocía con el nombre del “de los apestados”.
Por su carácter no parroquial y al cuidado del municipio, se puede considerar como el antecedente del Cementerio General que entró en servicio en la primera década del siglo XIX, tras cuya puesta en marcha, aquel tuvo varios usos, como por ejemplo en su capilla, donde se instaló en 1870 el depósito judicial de cadáveres; posteriormente hubo en su terreno otras dependencias municipales.
Por su carácter no parroquial y al cuidado del municipio, se puede considerar como el antecedente del Cementerio General que entró en servicio en la primera década del siglo XIX, tras cuya puesta en marcha, aquel tuvo varios usos, como por ejemplo en su capilla, donde se instaló en 1870 el depósito judicial de cadáveres; posteriormente hubo en su terreno otras dependencias municipales.
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