1850 Ca - Cabe el honor de atribuirse la llegada del agua potable a la
ciudad tanto a la Sociedad Económica de Amigos del País como al Canónigo Liñán,
empeñados en erradicar los insalubres pozos como principal fuente de
suministro. El tercer pivote fue el alcalde José Campo con la puesta en marcha
de una sociedad que regulará el servicio.
Entre otros proyectos que se rechazaron, se tomó la decisión en 1845 de
construir un depósito de abastecimiento de aguas para la ciudad situado a la
entrada de Mislata, próximo al cauce, encargando su ejecución al ingeniero catalán Idelfonso Cerdá, al tiempo
que se ejecutaban otras obras, aguas arriba, a la altura de la presa de Manises,
que iban a estar en comunicación directa con el nuevo depósito, cuya
construcción arquitectónica adopta la característica "hipóstila". La presión
estaba garantizada, pues la altura escogida con relación al nivel del mar era similar al alto de las torres de Cuart.
Para su construcción se necesitaron tres años de trabajo,
pese a su urgencia para mejorar un servicio que se había iniciado el 19 de
noviembre de 1850, con un acto inaugural en la plaza del Negrito con asistencia de
las autoridades religiosas, civiles y militares.
Inaugurado el nuevo depósito de aguas en 1851, muy pronto se quedó pequeño para las necesidades de la ciudad.
Junto a los de Madrid y San Sebastián, fue uno de los
primeros depositos de agua construidos en España, un alarde arquitectónico
hecho a base de columnas que sostienen bóvedas donde el ladrillo se convierte
en protagonista, en un recinto cerrado por muros de mampostería que por su técnica
utilizada es conocido como “sala hipóstila”.
Forma parte del Patrimonio Histórico Español surgido de la
Revolución Industrial que se produjo en la España a mitad del siglo XIX, cuando estaba menos desarrollada que allende los Pirineos.
Vemos en la imagen del depósito de aguas en un momento de su
construcción. En la actualidad cumple su función como sede del Museo de Historia de Valencia.
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