Una nueva ley que regulara el derecho a un entierro digno en la España de 1831 era necesaria, y en especial, para quienes no profesaban la religión católica. Y es en este marco y en ese año, cuando se autoriza la construcción de camposantos para los protestantes, toda vez que eran muchas la familias inmigrantes que había establecido su residencia y en un número considerable en nuestra ciudad, lo que explica que fuera uno de los primeros de España en abrir sus puertas de forma inmediata a su autorización, en una obras que muchos años después, en 1879, culminarían con una fachada cuyo aspecto ha llegado a nuestros días.
Su construcción fue a cargo de estas familias foráneas, y con los años su propiedad pertenece al Reino Unido. En su interior existen más de trescientas cincuenta tumbas, algunas de las cuales guardan los restos de personajes que desde distintos ámbitos contribuyeron al avance tecnológico de la época, como lo fueron en la puesta a punto del puerto, del ferrocarril, industriales del hierro, o exportadores de la naranja, tal y como es el caso de quien a la sazón sembró la afición del deporte, Alfred Faulconbridge, alma del Sporting Club de Tenis, actual Club de Tenis Valencia.
Paseando por sus puertas, lo que es un cementerio de vidas, más parece un lugar abandonado de la mano de Dios, a la espera de que las instituciones opten por mantener su decoro, en especial por aquellas que tienen la responsabilidad de su propiedad.
Reconozco que no sabía de su existencia, intentaré averiguar cómo puedo visitarlo si es posible.
ResponderEliminarEllo, creo que hay una persona británica que se dedice a su cuidado. Y visitarlo es complicado.
ResponderEliminarUn saludo