1923 - Tras el incendio de la Casa de la Ciudad en 1585, que entre sus diversas funciones municipales cumplía con la de cárcel, los presos fueron trasladados a diversos establecimientos del “cap i casal”. Uno de ellos fueron las Torres de Serranos que se habilitaron al efecto, cegando sus habitáculos góticos. En sus diversas dependencias se distribuyeron los presos según sexo, edad e infracción cometida, y en tal misión penitenciaria continuaron las torres hasta 1888.
Como curiosidad y según cita Domingo Andrés y Sinisterra en “El derribo de las Murallas de Valencia” de 1866, en su deseo de pormenorizar su interior, los pabellones carcelarios tuvieron su nombre:
“La torre de la izquierda consta de tres pisos, llamados: el primero ó bajo, Cañeta; Iglesia el segundo, y tercero el Peñón. La de la derecha tiene cuatro, á saber: el bajo Cubo; el primero Comuna; el segundo, Calabozos, y tercero, San Vicente.
En el cuerpo del centro, al cual se sube por una ancha escalera de piedra muy gastada, hay en el primer piso una pieza de comunicación, por donde se baja á todos los referidos departamentos, y además al frente otra estancia nombrada la Campana. En el segundo piso se halla la Enfermería, y sobre esta el local denominado Chicos”.
La foto hacia 1923 nos permite imaginar y con sus nombres, las distintas salas que fueron utilizadas como cárcel durante tres siglos.
Torres de Serranos, pórtico principal de entrada a la ciudad, cárcel, actual lugar de la Crida fallera. Un lujo monumental.
Torres de Serranos, pórtico principal de entrada a la ciudad, cárcel, actual lugar de la Crida fallera. Un lujo monumental.
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