Pasión, celos, odio, muerte. Un peñasco fue el lecho donde hermanaron estos sentimientos que se manifestaron tiempo después con una flor silvestre, roja, surgida en un secarral entre montañas.
Película mítica la de su estreno en España en 1953 que, con la moda de entonces, cubría las fachadas de los cines mediante una gran y artística escenografía que ocultaba, en su caso, la riqueza arquitectónica que poseían.
El cine Rex era de esos. Gran Teatro primero y cine Rex años más tarde, abrió sus puertas en 1923 y con su lámpara de ensueño de Mariner, estuvo funcionando hasta 1993.
Él y ella en su zaguán y como parte del atrezo, cabalgan ante una Avenida Marqués de Sotelo concurrida de gentes que iban a llenar la platea de uno de nuestros más importantes coliseos.
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