1934 - La avenida de Navarro Reverter se muestra espléndida desde la
atalaya del puente del Mar con su banco de piedra bajo el pináculo ocupado por
una pareja que fija su mirada en la tranquilidad de la plaza América, en ese
momento poco transitada.
Un tranvía, un autobús y un caminante conforman una imagen en
la zona muy diferente a la que unos años después y ya con los nuevos escalones
de Goerlich y desde su tribuna que, aun con el aumento de tráfico en la zona,
seguiría siendo bella.
La pareja observa y recuerda cuando el tranvía ascendía por el
puente camino al Grao. Un nuevo puente, el de Aragón, conducía el tráfico desde la Gran
Vía Marqués del Turia, y el del Mar dejaba sus piedras y en exclusiva para el deleite
peatonal.
Relajados desde el canapé de piedra el autor captó el instante con tan magnífica foto que rubrica paz.
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