Años 50 - Un servicio a domicilio que nada tenía que ver con el actual de tele pizza. Ni con móviles, ni previa llamada al 902, el vendedor de gaseosas regularmente pasaba por las calles a cuyo encuentro acudía cualquiera de los vecinos. Gaseosas y cervezas, zarza y sifones, agua de Vichy o de Benasal se ofrecían en unas cajas de madera que completaban los tres pisos de un vehículo tirado por un caballo con el conductor guiando sus pasos con las riendas en sus manos, muchas veces vestido con un pichi.
Uno más de los muchos servicios que se ofrecía por los barrios de la ciudad con una clientela fija, al tanto de los distintos oficios que mediante su voz en alto o con su inconfundible artilugio, ofrecían sus servicios con su característico sonido.
Años de tiendas de barrio, de bodegas, pero también de vendedores ambulantes quienes se adentraban en la tranquilidad de las calles con su impronta popular.
En casa de mis abuelos en León, todas las semanas venia la furgoneta con el señor , que ahora no recuerdo el nombre, pero era siempre el mismo y subía una una caja con gaseosas de una fabrica de aquí de León, sucedía en mi caso en el verano cuando pasaba el verano en León. Bonita foto.
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