Años 50 - Ciertamente era un pintoresco sistema de ahorro. Directo y sencillo. Ahorrar comprando. Y al estar introducido en numerosas tiendas de barrio, los ultramarinos, las mercerías, las de carnes y pescados, las bodegas de cada calle, lo hacía aún más eficaz, pues en las habituales compras del día y al pedir los “cupones del regalo comercial” para llenar la cartilla pegándolos en sus páginas, te daba la posibilidad de acudir un día a la tienda de la calle de Marqués de Sotelo, o finalmente a la que estaba situada en unos bajos de la “finca de hierro”, con sus estanterías repletas de un gran número de artículos, en especial los de cocina y hogar, y de esta guisa conseguías artículos de primera necesidad al intercambiar los cupones por vajillas, pucheros, ollas, cuchillos, batidoras, cafeteras, vasos, infiernillos, toallas, y un largo etcétera. Artículos que gracias al cupón regalo comercial se convertían mediante su adquisición en una forma de ahorro mensual.
jueves, 20 de febrero de 2014
EL CUPÓN REGALO COMERCIAL
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Muy interesante, ahora en algunos periódicos, aparecen ya no los cupones para conseguir cualquier invento, desde una aspirador hasta un carrito con alimentos , sino que aparecen a imagen de otros países cupones con descuentos para diferentes comercios , aunque como se ve en esta vida sino todo casi todo esta inventado . Buen día, un abrazo. Gregorio
ResponderEliminarGregorio, tienes razón, todo está inventado; la diferencia es que ahora parece qué te regalan cosas.
ResponderEliminarCon el CRC, al menos, te las regalaban de verdad.
Un abrazo
En mi casa teníamos un montón de cupones de esos tirados por los cajones del aparador, aunque nunca conseguimos rellenar una cartilla. Una pena.
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