jueves, 10 de noviembre de 2022

EL BARROCO DEL DOS AGUAS

 

BIVALDI

Barroca la puerta del palacio del Marques de Dos Aguas, de alabastro amarillento tirando a barro, fango de las aguas de sus dos ríos. 

Desde sus cantaras, ambas situadas a pie de la puerta principal del Palacio, se desprenden las aguas del Turia y del Jucar. 

Rios y como emblemas que en la actualidad y en su pòrtico se identifican con el gran coleccionista de cerámica don Manuel González Martí, patrimonio por él mismo recopilado y que se muestra ubicado en el interior de la casa palaciega del Marquesado de Dos Aguas. 

Sobre ambas cantaras, seres pensantes e idolatrados. ¡Ellos lo saben!

Desnudos de vergüenzas, pero de partes pudendas cubiertas. Porque se saben observados ante el paseante ensimismado. 

Caracolas abiertas, felinos amansados y reptiles secos, fenecen en la aguas de los dos rios. 

Son adornos barrocos a una puerta de entrada hacia la historia bajo un escudo heráldico sobre el que la Virgen del Rosario, que en su momento giraba sobre si misma, ora hacia dentro ora hacia fuera, estan soportados por ángeles inocentes entre haces luminosos sustentados por mujeres creyentes. 

Arte, fe y mitología se funden entre las aguas.

Los ventanales regios, con figuras desnudas en sus dinteles y sus sirenas desgarradas, se enmarcan bajo cinco águilas imperiales a pie de las dos torres laterales, siempre adornadas con seres mitológicos, situadas de forma altiva en lo alto de sus flancos, cual atalaya que guarda y protege la abierta lucha entre los dos rios enfrentados de su entrada.

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