Ya de joven su ensoñación era la vida aventurera y militar
embarcando hacia Cuba donde ascendió exitosamente en la escala castrense. De
vuelta a España, José Rodrigo Botet se vio involucrado en sus avatares políticos, por lo que fue
encarcelado en las Torres de Quart por su filiación carlista. Tras la Gloriosa, al ser liberado, tuvo que exilarse debido a las imputaciones de diverso tipo que sobre él se cernían.
En 1875, a sus treinta y tres años, desde Paris, Rodrigo Botet se
decide por una nueva aventura y parte hacia Argentina, en su plena evolución
personal, donde se decide por el estudio de las ciencias en el campo de la ingeniería, matriculándose en la Universidad con gran
aprovechamiento obteniendo el título con excelente puntuación.
En su periplo sudamericano acude a
Brasil dónde se pone al frente de las obras hidráulicas del Tieté. Deja su impronta construyendo la central
eléctrica de Sao Paulo. De vuelta a Buenos Aires, funda la Sociedad Rodrigo Botet
y Cía para la construcción del canal y puerto de la Campana.
En su recorrido por la Patagonia y La Pampa, como geólogo junto al naturalista y amigo personal Enrique Carles, logran hallazgos paleontológicos de
gran importancia y valor.
Juntan huesos y reconstruyen una gran diversidad de esqueletos alcanzando eco internacional; sus logros hace que fije la atención el Museo Británico de Historia Natural que interesado en su adquisición, le proponen su compra mediante una oferta economica.
Pero el ingeniero y geologo Rodrigo Botet, pensando en su tierra, no la acepta y decide regresar a
Valencia para ofrecer a sus paisanos un Museo Paleontológico, solicitando permiso para su exportación, que en agradecimiento a su aportación profesional le es concedida la posibilidad de que su tesoro antediluviano marche a su tierra. En 1889 embarca hacia
España con su familia.
Escribe al alcalde de Valencia con su deseo de donar su colección a la
ciudad que, como no podía ser de otra manera, es aceptada de inmediato. En sesión plenaria el Ayuntamiento acuerda que una comisión se
traslade a Barcelona para recibir a la familia Rodrigo Botet, y con ella su colección.
Por via ferrea es transportada a Valencia dónde llega el 11 de agosto de
1889 para ser depositada en un principio en la Facultad de Ciencias, siendo reconocida en su
importancia como una de las mejores colecciones del mundo.
Fotos del Archivo Municipal
Fotos del Archivo Municipal
Gracias por recordar a mi bisabuelo Don José Rodrigo Botet. Desde Argentina los saluda José Navarro Rodrigo.
ResponderEliminarGracias a Vd. Y en especial por el legado de su ancestro.
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