jueves, 2 de abril de 2020

EL MUSEO TAURINO Y UNA BELLA POSTAL - y IV


1929 - El Pueblo

Datos, que en su conjunto, iban a documentar al futuro Museo Taurino en todo lo relacionado con la "fiesta nacional". Desde un capote en una vitrina, hasta el astado del toro bravo fijado en sus paredes. Trajes de luces, carteles, orejas y rabos, espadas y descabellos, sombreros y coletas, mantones de Manila. Historia viva. 

Setenta años después, el día de San Jaime de 1929, se inauguró el Museo Taurino, para continuar de nueva planta y con su "reinaguración" en julio de 1970, tras un largo periodo de más de diez años que había estado situado en un lugar poco adecuado: una antigua cuadra de caballos, lo que motivo la críticas de prensa y aficionados. 

"Nuestro edificio" había desaparecido, pero el Museo encontró un digno lugar con la construcción del Pasaje del Doctor Serra, prestigioso cirujano que durante muchos años estuvo al frente de la enfermería de la Plaza de Toros situada al inicio de la calle Castellón, donde había sido puesta en marcha en 1921, al derribar su anterior ubicación, para la apertura de la calle Alicante que demandaba el Ayuntamiento.

El Museo Taurino, el mejor de España, estaba compuesto en su inicio por 291 referencias fijadas en sus paredes, más nueve vitrinas donde se exponían recuerdos taurinos, siendo la gran mayoría del legado de Luis Moroder Peiro, completándose el museo con otras donaciones de aficionados a la tauromaquia.


Con estas palabras, el cronista de Las Provincias tras el día de San Jaime de 1929 daba su impresión del nuevo museo: 

"Estamos ya dentro del Museo. La luz entra a raudales por las ventanas que recaen al patio de caballos y desolladero de la plaza. La sala es amplia y de una sencillez muy simpática. Antiguamente estaba destinado a taller de escenografia. Todo el decorado se lo dan los objetos expuestos."

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