lunes, 27 de enero de 2020

FUE CUESTIÓN DE TIEMPO

Archivo Municipal

Hablamos primero de cinco largos años, los que transcurrieron desde aquel 24 de octubre de 1910 cuando el monarca Alfonso XIII, simbólicamente, dio el inicio a los derribos en la zona para el futuro Mercado Central, hasta el 30 de diciembre de 1915, que se corresponde con la colocación de la primera piedra para construir en estilo modernista el más bello mercado en cuya fábrica no se iba a escatimar medios.

Una cuestión fue la lentitud en el día a día tras aquellas dos históricas fechas, y otra el tiempo empleado, con su problemática, para abrir sus puertas a los valencianos, que desde fecha inmemorial iban al mercado, abierto al sol y a las lluvias en la plaza de su nombre, para comprar los productos de la huerta en su proximidad al templo de los Santos Juanes, en una costumbre que venía de antiguo, desde cuando en época musulmana era una mezquita.

Mercado al descubierto, salvaguardado del sol mediante unas lonas individuales que dejaban su encanto, salvo la zona del Mercado Nuevo de 1839 a cuya entrada y a dos aguas, de madera, allí estaba el conocido como "de las flores", mercadillo que vería sus últimos días en la placita de San Sebastián, a donde había sido trasladado para su utilidad.

Archivo Municipal

Trece años desde la primera piedra  fueron los necesarios para su inauguración en 1928 en una fiesta gastronómica a la que asistieron 1400 pobres, para quienes se habían dispuesto 32 paellas y otras viandas.

Ya en 1884 se aceptó para su construcción el proyecto del arquitecto Adolfo Morales, que pasó al olvido.

Cuarenta y tres larguísimos años tuvieron que pasar para que Valencia tuviera su Mercado Central que ya camina hacia su primer centenario como una de las primeras atracciones turísticas de Valencia.

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