domingo, 15 de diciembre de 2019

MONUMENTO A SAN PEDRO PASCUAL

Archivo Municipal

1950 Ca. - El Paseo de la Pechina, que discurre a través del curso derecho del Turia, muere en su linde con Mislata y debe su nombre, que asi lo expresa Pasqual Esclapés cuando nos habla de su existencia refiriendose  al paraje junto al rio, por una concha que oculta bajo el cieno  fue descubierta tras unas excavaciones en el cauce en 1928 a la altura del Botánico, siendo dudosa la razón de su origen, aunque bien pudiera ser el de una fuente que vertiera sus aguas por sus repliegues. 

En su recorrido, nos encontramos ante un paisaje "monumento cultural" de primer orden por lo que representa para la ciudad, y no sólo por su pretil del siglo XVII, ya de por sí de gran interés histórico, sino por sus esculturas en piedra de diferentes significados: paganos, cívicos, institucionales y religiosos.

Como el que nos ocupa con la imagen de San Pedro Pascual, de noble familia cristiana en tiempos musulmanes. Personaje ilustrado de gran trascendencia documental en cuanto al verdadero origen de la Lengua Valenciana, con su oficialidad tan manoseada desde hace décadas, situado sobre el pretil del río, en una zona fluvial donde desde finales del siglo XIX se celebraban tiradas de palomos a cargo de la Sociedad Valenciana de Caza y Pesca.

La estatua del santo fue labrada por el escultor Tomás Llorens en 1760, según un dibujo de Juan Collado. Dice Esclapés que fue trabajada en la plazuela de la Penitencia para ser colocada en 1761, y así librar a Valencia de las acometidas por las aguas del río, debido a una iniciativa municipal que encargó a la Fábrica Nova del Riu de su instalación. 

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