Archivo Municipal
1928 - El paseo de la Pechina que discurre junto el margen derecho del cauce del Turia
desde su linde con Mislata hasta el cruce con Guillén de Castro es prolijo en
elementos decorativos sobre el pretil del río, algunos de gran interés artístico, incluso documental,
entre los que no faltan los incrustados bancos de piedra o canapés y frontones con sus alegorías situados sobre el pretil
del río.
No extraña pues que en una de las rampas de acceso al cauce,
la situada frente a la trasera del Jardín Botánico, nos encontremos con una
monumental piedra en forma de concha que recibe el nombre de Pechina; de tal
guisa, que en la misma se considera la razón que denomina al paseo.
Enterrada por el cieno fluvial, en el mes de junio de 1928, y tras una excavación, se dio con ella, lo que motivó un peregrinaje de los más
curiosos al lugar del hallazgo, desconociendo su origen.
El vespertino La Correspondencia informaba del sorprendente descubrimiento,
se alarmaba al mismo tiempo ante el rumor de que la “pechina” iba a ser
traslada a los Viveros, tal y como se venían haciendo con otras artísticas
piedras del mismo paseo, en lugar de
mejorar su aspecto para el disfrute ciudadano.
Insistía el redactor que las viejas piedras deberían
permanecer en el punto para el que fueron labradas, zona antaño señorial y en
la actualidad “apartados parajes de la ciudad … visitados por tan gran cantidad
de público, que parecía tratarse de una romería”.
Ello, al ser considerado el
hallazgo como “un alarde de arte en piedra muy propio de los grandes
valencianos que hicieron la “obra del riu””.
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