Las Escuelas Pías de Valencia se fundaron en 1735, bajo el patrocinio
del Arzobispo de Valencia, D. Andrés Mayoral Alonso de Mella, y de D. Felipe
Lino de Castelví y Ximenez de Urrea, IV Conde de Carlet.
Por Real Decreto de Carlos III de fecha 7 de mayo 1760, se autorizaba a
las Escuelas Pías a crear el Seminario Escolapio de Nobles, y en 1763 empezó a
funcionar como tal Seminario; fue catalogado como uno de los mejores centros de
enseñanza del momento. Por la intervención tan decisiva que tuvo D. Andrés
Mayoral en su fundación, tomó el nombre Colegio Andresiano.
El Seminario Andresiano fue concebido como una extensión de las
Escuelas Pías, aunque con reglamentos y formas distintas; ya que su objetivo
inicial era la “educación de la nobleza i de conocido nacimiento”.
Parte del edificio lo ocupó el Colegio Andresiano, que tenía su entrada
por la calle de Carniceros y la otra parte del edificio lo fue por las Escuelas
Pías, que tenían su entrada por la postrera calle de Colomer.
Una de las prácticas que ejercían estos caballeros andresianos, era la equitación, el mismo patio era
su zona de picadero, y las cuadras para los caballos, estaban situadas, en un
espacio, donde a principios de los cuarenta se ubicó el popular cine del colegio.
Ignoro hasta qué año estuvo éste Seminario de Nobles, pero es cierto
que miles de alumnos que por las Escuelas Pías han pasado, no han sabido de él,
aunque muchos se habrán preguntado, viendo sus “restos pasados”, cómo ese patio
al fondo, a la izquierda, junto al viejo banco, pervive todavía un curioso
patio con pinturas y decoración de su antiguo zaguán, unas puertas de rejas,
que sobre unos carriles discurrían y que constituían el cerramiento del
Seminario.
Ochenta alumnos había en 1812, según el diálogo del Director con el Rey
Fernando VII, que contesta al ser preguntado, “y que por las aciagas
circunstancias pasadas disminuyeron…”
Texto de Germán Gómez.
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