“Basta a leer las cartas de Pons y los viages del Padre
Villanueva, para que el observador encuentre en este templo la magnificencia y
decoro del culto, y en el orden del colegio la más admirable distribución y
armonía.
Fue fundado por el señor patriarca Don Juan de Ribera,
comenzando la obra en 1586, y concluyéndola en 1604; y asistieron a su
inauguración el rey Felipe III y la reina doña Margarita de Austria, que
acababan de desposarse en esta capital.
La fábrica de esta Iglesia es de orden corintio, obra de
Antón del Rey: la cúpula, parecida en su esterior a la del Escorial, pintada al
fresco por dentro, tiene escelentes figuras; el altar mayor contiene el
magnífico cuadro de la Cena del Señor, pintura de Ribalta: también es de este
autor el San Vicente Ferrer; el cuadro de las Ánimas es de Federico Zucaro.
El claustro es obra suntuosa debida a Guillen del Rey, y
tiene cuatro grandes cuadros en cada uno de sus ángulos, que unos atribuyen a
Stradano, compañero de Rafael y de Miguel Ángel, pero Pons los cree algunos de
ellos de Martín de Vos.
El retrato original del señor patriarca es obra de Zariñena,
y la pintura inmediata producción de Espinosa: una y otra pintura se hallan en
la habitación rectoral. En la custodia que se guardan en este colegio son de observar
las pinturas que contiene, que son de Alberto Durero.
Este colegio,en fin, es uno de los más bellos monumentos en
su parte artística y religiosa, tanto por su fábrica y pinturas, como por la
magestad con que se celebran los oficios divinos.
Es escogida su
biblioteca; custódianse además en este
colegio, y en archivo separado, 1958 regencias de notarios y escribanos
antiguos y modernos que aproximadamente componen el número de 20.000 volúmenes,
y para librar las copias está competentemente autorizado un escribano público y
del número de esta ciudad.”
Texto: Guía de Forasteros de Vicente Boix de 1849.
Texto: Guía de Forasteros de Vicente Boix de 1849.
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