Archivo Municipal
En mayo de 1929 a la redacción de las Provincias llegaban
muchas preguntas ciudadanas interesadas por el avance de las obras de la
llamada a desaparecer Bajada San Francisco, absorbida por la Plaza Castelar,
toda vez que en la acera recayente al Ateneo Mercantil aún no habían comenzado
los derribos.
En el mes de septiembre no estaba completada la acera de los
pares, pues el tramo comprendido entre la Calle Rojas Clemente y la plaza
Cajeros no estaban finalizados los derribos y el polvo en la zona junto a los escombros -denunciaba
el periódico-, representan un cúmulo de problemas para los viandantes, y más aún
para los comerciantes, con ruegos al Alcalde para que esté pendiente de las obras y que se realicen en
las “horas que no importunen la venta, así como también se procure no
interceptar la calle con los efectos de los derribos”.
Terminaba el año y el alcalde Marqués de Sotelo, a su
regreso de un viaje de Madrid, anunciaba que en el nuevo año, concretamente el
día 7 de enero, iban a comenzar los derribos de los edificios con las
expropiaciones ya resueltas, puntualizando que uno de ellos sería el del
industrial relojero Sr. Carbonell, que
luego sería el último.
La Correspondencia era más concreta y en su vespertino del
día 11 de diciembre y en su primera página, como Información Municipal, indicaba que “El
alcalde ha manifestado que el derribo de la parte derecha de la Bajada de San
Francisco empezará por la casa de Vila, en vez de la de Carbonell, a fin de ir
rellenando el piso para que la rampa adquiera la elevación necesaria."
En la foto de 1929, finalizando el año, vemos al edificio de Barrachina en su tercera planta, con todo el tramo derribado a la espera de acometer la acera de los impares.
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