Archivo Rafael Solaz
Era lo que procedía cuando llegaba el turno del servicio
militar. La hora de entrar en la mili, la hora del relevo, que en lo esencial,
consistía en reemplazar a la novia que se quedaba en su casita por un nuevo
acompañante, al que te debías durante las 24 horas y hasta la hora de la
"verde", que así se citaba el día de la licenciatura. Si el cambio lo
aceptabas de buen humor, el mal se hacía más llevadero.
Y me refiero al viejo y práctico fusil mauser al que de
inmediato le dedicabas tu amor, épico y bizarro, que a la sazón tenía momentos
de un gran protagonismo en la hora del tiro. Campo de fuego donde con correas y
munición ajustabas la puntería.
En la foto de 1952 y en los cuarteles de la Base Aérea de
Manises, un grupo de soldados posan para el recuerdo en jovial camaradería,
mostrando a la gentil "novia" entre marciales sonrisas y pichis con
amplias perneras.
Luego supe que fue Tomás Trenor Palavacino, militar y primer
Marqués del Turia, quien había sido el encargado de negociar con la casa Mauser
alemana, la incorporación al ejército español de un arma que iba a ser útil
para adiestrar al soldado español en sus horas de instrucción y durante un
larguísimo periodo. Pero esta es otra
historia.
Hola. Me gustaría entrevistarle para mi programa Universo Audio, de UPVRadio. Si accede, puede contactarme en rickymango, arroba, gmail punto com. Gracias.
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