En el último tercio del siglo XIX se llevaron a cabo la
construcción de nuevos edificios religiosos una vez superados tiempos difíciles
para los creyentes, toda vez que el laicismo iba incorporándose a la vida
social valenciana.
Ello no fue óbice para que en el citado periodo se abrieran nuevas iglesias,
como fueron entre las más destacadas la correspondiente al Monasterio
de La Zaidia en su reconstrucción, la de San Vicente de la Roqueta a donde se
habían traslado las religiosas de Santa Tecla, la del Hospicio de Nuestra Sra. de
la Misericordia, la fundación de las Salesas junto al Zaidia, la también reconstrucción
de la Iglesia de la Compañía y las Adoratrices de Hernán Cortés.
Igualmente entraron en funcionamiento edificios con carácter de asilos, como los de San Juan de Dios y de
San Eugenio, al tiempo que que los Padres Salesianos se
establecen en el antiguo monasterio de San Antonio Abad. Con el cambio del siglo, se bendicen las nuevas iglesias
de San Juan de la Ribera, de las Religiosas
Reparadoras, Religiosas de San Cristobal, y en 1906 comienzan la obras en la calle Cirilo Amorós para el nuevo templo de
San Vicente Ferrer.
Un año antes había comenzado su construcción la Iglesia Parroquial de San Juan del Hospital y San Vicente de la calle Isabel la Católica, una de cuyas fases observamos mediante la foto de 1906.
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