Archivo de Rafael Solaz
1911 – Es el “segundo domingo de mayo” cuando se celebra la festividad de la “Geperudeta”. La madre de todos los valencianos, dice el dicho popular.
Fruto de un deseo, de una advocación, nació desde el pueblo, por y para el pueblo, necesitado de amparo. No fue, como en tantas otras ocasiones, la imagen encontrada al fondo de una cueva, o escondida en el grueso tronco de un viejo árbol en la frondosidad de un bosque, o en lo más hondo de un seco pozo.
Su origen no fue casual, el principio de su devoción. Lo fue al unísono con la creación del Hospital de Ignoscents, Folls e Orats a principio del siglo XV en auxilio de los desamparados, cuando ni siquiera existía su imagen. Pocas veces un nombre ha tenido más sentido en su creación.
Pocos años después y por ofrecimiento de cuatro peregrinos que desaparecieron una vez culminada su imagen en el interior del Capitulet, dice la leyenda que al observarla por ver primera, su presencia no podía atribuirse más que a un hecho angelical.
Fiesta y fieles ante la Basílica de la Virgen, con su tapiz en el día de su festividad, celebrada con una diversidad de actos, todos ellos en agradecimiento a la “Mare dels valencians”.
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