La calle del General Pando tenía su toque de encanto. Corta, pero lo suficientemente atractiva por las casitas de planta baja y arbolitos en sus aceras, con tejados a dos aguas, de teja, y con canalillos de desagüe.
Como patio de butacas, la estrecha calle vio crecer la nueva tribuna del Mestalla, con su “anfiteatro” arriba, al que se ascendía desde la escalera de caracol que nacía a sus pies, cuando poco antes un torrente de aficionados que llegaban desde la Alameda se apretujaban en su recorrido.
Pero también fue testigo de la inauguración del nuevo campo de Mestalla en 1923, cuando el Valencia CF había abandonado el terreno de Algirós, toda vez que el grupo de viviendas se había construido en la primera década del siglo XX, junto otros grupos del mismo porte, como lo fueran en la calle Lirio del Grao, en Patraix y por el camino de Algirós, debido a la necesaria mano de obra que demandaba la ciudad por su crecimiento.
La calle del General Pando observó en primera fila las diferentes ampliaciones del estadio valencianista hasta su desaparición, en cuya fase de derribo vemos en la presente foto con motivo de la urbanización de la zona para los “mundiales del 82”, que daría paso a la amplia avenida de Suecia con la nueva plaza del Valencia C.F. en homenaje a su afición.
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