Archivo de Rafael Solaz
“La morera” tuvo su crédito y dio nombre a un barrio cuyo trazado urbano en sus más importantes calles sigue siendo el mismo. Su origen estuvo en una acequia, la del Valladar y su final era zona de huertos ante la muralla cristiana. En un principio, la casa gremial de quienes practicaban el oficio del corte y la aguja, allí ubicada, daría nombre a la calle que recibió el de Cofradía de los Sastres. Era en el seiscientos.
Tuvieron que pasar tres siglos, a finales del XIX en homenaje al valenciano y jurisconsulto Pascual y Genís (que por su celebridad ostentó números cargos tanto en la justicia como en la política) quien con su nombre se rotularía nuestra calle.
Tras el derribo del barrio de Pescadores surgen nuevos edificios. De tal guisa, el chaflán con Barcas, donde en el Royalti los naranjeros con blusón negro iban a reflejar la prosperidad de la huerta valenciana merced a su dorado fruto rumbo a la exportación, entre aroma de café y apretón de manos.
El estilo modernista propio de la época impregna suntuosidad a una calle de por si elegante, con acreditados comercios, en la que el Colegio Notarial da fe con su rica fachada, vecino al lugar donde había establecido su laboratorio el Dr. Ferrán, una antigua casa en la que entre matraces, tubos y probetas había investigado la solución al cólera de 1865.
La imagen nos indica actividad, negocio. Coches y gente se desplazan de Barcas a Colón, como muchos años ha, de “la morera” a la ronda entonces amurallada.
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