Con el sistema del daguerrotipo la fotografía tuvo su implantación mundial pasado el primer tercio del siglo XIX. El nuevo invento llegó a Valencia, y a mitad del siglo existían en la ciudad un buen número de fotógrafos que ubicaban sus estudios en los pisos alos, buscando la luz.
Años después, en las décadas de los setenta y ochenta y ya con prestigiosos establecimientos de fotografía, se iban a significar como la “Edad de Oro del retrato profesional".
Años después, en las décadas de los setenta y ochenta y ya con prestigiosos establecimientos de fotografía, se iban a significar como la “Edad de Oro del retrato profesional".
La falta de medios para disponer de una máquina de fotos, sólo posible en las familias adineradas, hizo que los “estudios fotográficos" continuaran in crescendo.
Fue el caso de Julio Derrey quien llegó a Valencia mediados los ochenta y se estableció, finalmente, en la Plaza Castelar como el “primer fotógrafo de Valencia”, según rotulaba en su fachada.
Julio Derrey emigró a Francia y de su gabinete se hizo cargo Francisco Gimeno Gil. Tras la reforma de la plaza Castelar, el estudio se trasladó a la avenida Amalio Gimeno, después rotulada Marques de Sotelo, en su chaflán con la calle Convento Santa Clara, donde se continuó fotografiando a la familia valenciana hasta los años 60/70.
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